ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Estado Absolutista


Enviado por   •  10 de Septiembre de 2014  •  2.691 Palabras (11 Páginas)  •  427 Visitas

Página 1 de 11

El Estado absolutista es la consecuencia directa del fin del feudalismo. El poder político se concentró en la persona del rey como así también el uso de la fuerza, el ejército, el cobro de tributos y el ejercicio de la justicia. El estado absolutista puede ser considerado el primer estado moderno porque se apoyó en instituciones que todavía perduran.

El Estado Absolutista es la formación estatal que nace después de la crisis del siglo XIV, y marca el refuerzo a la autoridad real por medio de nuevas instituciones del Estado.

¿Estás de acuerdo en que el poder se concentre en una sola persona?

El nacimiento del Estado Absolutista es la expresión política, en Europa Occidental, que se originó a fines de la crisis del siglo XIV, que terminó con la cadena de soberanía fragmentada característica del feudalismo.

El absolutismo implicó, en la sociedad, un primer intento de igualación entre las personas: ahora todos se transformaron en súbditos del rey y por ello debían obedecerle. El poder político se concentró en la persona del rey y, en consecuencia, también se concentró el uso de la fuerza, el ejército, el cobro de tributos y el ejercicio de la justicia.

Es en la época de los reyes absolutistas que Europa comienza la expansión ultramarina, animada por el Mercantilismo, en busca de nuevos mercados en los cuales comerciar y obtener metales preciosos; así, no sólo Europa llegó a América, sino que también logró tomar contacto y dominio de algunos territorios en India y China a lo largo de los siglos XVI y XVII.

El Estado absolutista es una forma en la que el Estado y su gobernante (el monarca) se consideran como una única entidad situada por encima de las leyes. La expresión del romano prínceps legibus solutus, de la que deriva ese uso de los términos absoluto y absolutismo, se aplica en este contexto en el sentido de que el gobernante no está sujeto a la ley, y ejerce su gobierno sin control, límites ni responsabilidad. La forma de gobierno correspondiente es la monarquía absoluta, expresión de la forma de gobierno por la cual los súbditos de ese Estado, coincidentes con la totalidad de la población de las entidades territoriales que lo componen, están sometidos a la autoridad única y soberana de un monarca absoluto.

Con el título El Estado absolutista se tradujo al castellano la obra Lineages of the Absolutist State, de Perry Anderson (primera edición en inglés de 1974).1

Aunque existen precedentes de Estados con una fuerte concentración de poder en todas las formas de monarquía e imperios de la Antigüedad (despotismo hidráulico, Imperio romano, etc.), su definición historiográfica se limita a su aparición en la Europa Occidental de la Edad Moderna como expresión política de la formación social histórica denominada Antiguo Régimen (siglos XV al XVIII). Este periodo termina con la Revolución liberal de finales del siglo XVIII a mediados del siglo XIX, con la notable excepción de la autocracia zarista rusa, que llega hasta 1917. Su utilización para designar a otros Estados de épocas posteriores y hasta la actualidad es habitualmente objeto de controversia.

Anteriormente en la historia política de Europa medieval, la monarquía había pasado por fases de monarquía feudal y monarquía autoritaria, en las que la autoridad real se fue haciendo cada vez mayor, después de que la disolución del Imperio carolingio disgregara y descentralizara de forma muy acusada el poder político y militar.

«EL ESTADO SOY YO»

Es la traducción de la frase atribuida a Luis XIV, «L'état c'est moi», la más clara descripción del Estado absolutista. El Estado adopta esta forma en base a la relación dada entre sus tres elementos constitutivos que son: el territorio (o país), la población (o nación) y el poder (o forma de gobierno).

El poder absoluto de un Estado absolutista debe entenderse, por una parte, como un poder soberano, desvinculado de cualquier control o límites institucionales (como los que impondría una división hacia el interior o la sujeción a soberanías exteriores como las que en la Edad Media representaban los poderes universales -pontificado e Imperio-); y por otra parte, como no exclusivo: es decir, presupone y asume la existencia de otros poderes simultáneos descentralizados: señorial, asambleas representativas de uno o varios reinos (parlamentos, estados generales, cortes), que pueden tener particularismos e instituciones locales, los municipios, etc.; pero respecto a los cuales se considera preeminente o superior. Los fueros y privilegios estamentales, locales, institucionales y personales, que afectan a clérigos, universidades, gremios y multitud de otras situaciones privativas, suponen otro límite, que también pretende superar mediante la común condición de súbditos, que supone una relación directa con el rey sin cuerpos intermedios. En todo caso, el absolutismo de la monarquía absoluta nunca se ejerció de forma total (dado el rudimentario desarrollo de los instrumentos para ejercerlo -burocracia, ejército, hacienda-), sino que se planteaba como pretensión o ideal.

Véanse también: Monarquía feudal y Monarquía autoritaria.

Para Europa comienza con la Edad Moderna. El monarca es el sujeto soberano y él está por encima del derecho que él mismo monarca crea (la palabra del rey es ley). La forma de gobierno es el absolutismo. La doctrina económica imperante en el Estado absolutista es el mercantilismo. El desarrollo del gobierno absolutista durante el siglo XVIII se denominará despotismo ilustrado, descrito por otra famosa expresión: todo para el pueblo, pero sin el pueblo, y que se suele contraponer a la definición de la democracia de Abraham Lincoln: gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.

ABSOLUTISMO

El absolutismo surge en Europa Occidental en los siglos XVI, XVII y hasta el siglo XVIII, como nueva forma de organización política-económica sustitutiva del régimen feudal. Se caracteriza por la centralización del poder en el monarca.

Durante la Edad Media, el centro de organización político y económico era el FEUDO (extensión de tierra) y la cabeza del mismo era el señor feudal. Económicamente era una unidad productiva cerrada de subsistencia, donde el comercio era casi nulo. Socialmente, un sistema de estratificación centrado en el linaje, la movilidad social era casi imposible. Se centraba en un contrato feudal con obligaciones de ambas partes: señor feudal debía brindar seguridad y protección, y los vasallos debían servir al señor, respetarlo y acompañarlo. El estado es de carácter patrimonial, y es propiedad privada del rey.

Las dificultades comienzan a partir

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (17 Kb)  
Leer 10 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com