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Este breve ensayo se ha diseñado en primera instancia para definir el concepto del Estado desde su forma más abstracta hasta su concepción más generalizada.

MagsolaresEnsayo17 de Noviembre de 2016

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  1. Introducción

Este breve ensayo se ha diseñado en primera instancia para definir el concepto del Estado desde su forma más abstracta hasta su concepción más generalizada. Las definiciones de los diferentes autores matizan la esencia del Estado y es precisamente desde el origen donde situaremos al Estado Mexicano, concepto surgido a partir de la lucha por el poder, la mayoría de las veces mediante el ejercicio de la violencia física.

El Estado Mexicano a lo largo de la historia de su conformación, ha sufrido una serie de cambios sustanciales marcados por acontecimientos como las Revoluciones de 1810 y 1910; resultado de un proceso político y social que buscaba terminar con los privilegios de pocos, de aquellos quienes sustentaban el poder ejerciendo una política individualista con beneficios para ellos mismos y que influidos por ideales ilustradas y con la finalidad de encumbrar a un poder que actuara desde el mismo centro, la creación de una incipiente infraestructura financiera, administrativa y militar.

Es así como desde tiempos antiquísimos en la Grecia Clásica se pensaba en la importancia de formar sociedades, surgiendo de este pensamiento el concepto de las polis y desde luego la necesidad de introducir la política basada en acuerdos comunes para el bienestar de los ciudadanos pertenecientes a esa sociedad. La política vista por Max Weber es la “aspiración de los individuos o partidos políticos a participar en la distribución del poder dentro del Estado y entre los distintos grupos que lo comparten” (Weber, 1989), encargándose de mantener el orden y administrar los bienes de éste, con el ideal de procurar el bienestar de los ciudadanos; donde el régimen y sistema político que se establezcan serán indispensables para regular la lucha por el poder así como el ejercicio del mismo.

Imaginado como una organización jurídico-política que ejerce la violencia legítima para lograr  y mantener el control de los miembros de una sociedad, y cuyo funcionamiento se basa en tres elementos: territorio, pueblo y gobierno, donde el Estado Mexicano se sitúa como un sistema político presidencialista, caracterizado por una división de poderes tradicional: Ejecutivo, Legislativo y Judicial; generando una división de funciones y que los representantes de estos poderes sean elegidos democráticamente, depositando en ellos la responsabilidad de administrar, legislar y sancionar a los infractores de las mismas, garantizando el establecimiento y conservación de la soberanía ciudadana.

I.1 Concepto de Estado.

El Estado es una institución que tiene como objetivo principal el mantenimiento de la cohesión social. El estado se verá obligado, incluso por la fuerza a evitar el trastorno político cuando la gobernabilidad y la estabilidad se encuentren en riesgo. El Estado deberá afrontar los problemas que surgidos y diseñar las políticas necesarias para evitar el uso de la fuerza y proveer mediante el uso de los recursos de la administración pública; “la administración pública sirve a muchos tipos de gobierno, su obligación fundamental es servirle” (Gladden, 1989).

No debe sustentarse que la administración está al servicio de la población sino más bien atiende los requerimientos de la actividad gubernamental; la administración se traduce como el gobierno en plena acción. Entonces el Estado se concibe como una entidad que contiene el gobierno y a la administración pública como uno de sus apéndices. Aristóteles sustenta que “Todo Estado evidentemente es una asociación y ésta no se forma sino es vista desde un bien, puesto que los hombres, cualesquiera que sean, nunca hacen nada sino en lo que les parece ser bueno. Si el Estado es un bien no debe olvidarse que éste habla de la existencia de individuos que por naturaleza nacen unos para mandar y otros para obedecer”. (Aristóteles)

En El Príncipe el autor aborda el problema de “la obtención y conservación del poder del gobernante, o sea que los rasgos y cualidades que debe tener en relación política con los gobernados y con otros gobernantes y poderes. El poder es la relación entre los hombres” (Maquiavelo). Para otro autor, el “Estado aparece como una ideología específica, a la manera de todas las estructuras sociales” (Kelsen, 1973).

El Estado se apoya en una afirmación, lo que hace es reducir los niveles de desigualdad, sin erradicarlos, pues si consiguiera que desaparecieran los cambios en la distribución de derechos y privilegios, entre iguales la actuación del gobierno sería innecesaria. El Estado por lo tanto se sustenta en una básica ideología, pero es fundamentalmente una relación que se deriva de la política. “Un estado es un sistema de creencias que es compartido por una colectividad, grupo o subgrupos mediante el cual se explican los momentos relevantes de su pasado, el presente y las expectativas que se tienen para un futuro y que difunden la aceptación del status quo” (Ludovico, 1974).

El objetivo del gobierno es lograr una vida digna y bienestar para un determinado grupo social. El ser humano en todas las sociedades ha respondido y ordena sus actos de acuerdo al entorno cultural e ideológico en el que está envuelto. Cuando los hombres analizan su realidad social, con asiduidad fusionan no sólo sus aspiraciones, su condición social y política, sino incluso sus concepciones filosóficas e ideológicas. “El estado es una ciudad que reúne a los hombres bajo las leyes, el acto por el cual el pueblo se constituye en una ciudad, según la cual únicamente se puede imaginar la legitimidad del acto mismo. Es el contrato primitivo, conforme el cual todos se desprenden de su libertad exterior ante el pueblo, para volver a recobrar al instante de nuevo como miembros de una República” (Kant, 1968).

Para conocer un poco más sobre la Génesis del Estado, se abordarán las propuestas de varios autores, pretendiendo encontrar las premisas que se esgrimen para determinar el concepto del Estado en la vida de una sociedad y en el ejercicio de los gobiernos que lo sustentan. Por ejemplo: “Una relación de dominio de hombres sobre hombres. Para que esta dominación se pueda hacer práctica es necesario que sea admitida y que cuando se presente la resistencia, el Estado cuente con elementos que impidan que pierda el dominio, como la coacción física” (Weber, 1989). Para otro autor, “la armonía se reestablece y se distingue a la que proviene de la naturaleza. A partir de ésta nacen el derecho público y el privado. Este último norma las relaciones entre particulares y el primero reglamenta las relaciones entre los individuos y el Estado” (Kliksberg, 1994).

Los fenómenos económicos no manifiestan realmente la formación del Estado. Es el Estado el que tiene una relativa autonomía que le hace prevalecer sobre ellos; no pueden ser considerados como instrumentos que obedecen a una clase dominante, desde luego tiene un papel preponderantemente político y su objetivo final es lograr y mantener el consenso dentro de la sociedad. El estado en tiempos modernos debe conservar esa inherente independencia y alertar que las diferencias entre los diferentes estratos humanos se regularicen pertinentemente. Por lo tanto, el Estado tiene una función política elemental, y está se conoce como conservar la estabilidad y el control de la estructura política y social, sin embargo necesita ejercer sus potestades mediante acciones que involucren a la sociedad, como en la educación, la economía, la democracia, o sea que determinantemente gobierne cumpliendo, o hacer todo lo posible por cumplir las necesidades sociales.

I.2 Origen del Estado Mexicano.

El Estado Mexicano a partir de su creación y en un intento de transición hacia un Estado moderno, sufrió una serie de movimientos dentro de su sistema político, el cual transitó “de un régimen históricamente no democrático a uno de mecanismos que permitieron la participación ciudadana, la competencia político electoral y un pluralismo moderado excluyente en tres partidos predominantes” (Navarrete, 2008). Antes de la revolución de Independencia, la incipiente formación política que luego se denominaría México vivía bajo la forma de gobierno monárquico, en donde diferentes grupos sociales deseaban emanciparse y junto con esto los privilegios y beneficios centrados en una sola figura: El Rey. Este movimiento representó una lucha de la clase aristocrática contra la monarquía, donde como resultado “terminó por imponerse la forma republicana federal” (Escalante, 1993), mediante la cual se deseaba garantizar “la soberanía y la integridad territorial del Estado Mexicano naciente, así como un gobierno estable y eficaz en el cumplimiento de las funciones públicas, basada en el reconocimiento y la garantía de las libertades individuales” (Aguilar, 2010).

El concepto de Estado viene de Europa pero se generaliza y se expande por todo el mundo. El Estado surge del conflicto a partir de la posesión de la tierra. La burguesía compuesta por agricultores y dueños de las factorías, tuvieron conflictos con los nobles. Se logra una centralización del poder, se enfrentan los nobles contra los burgueses (modelo de la Revolución Francesa). En México el encuentro se genera entre españoles criollos y peninsulares (sin títulos de nobleza pero con rangos militares). Los españoles llegaban a México como propietarios de la tierra, sin título mobiliario. En el periodo virreinal (1521-1821) hubo gobernabilidad, sin embargo no hubo el uso de la fuerza por parte de la metrópoli por medio a que las colonias se independizaran. El control era administrativo y eclesiástico, no militar. Un extenso territorio poblado por indígenas y era preciso organizarlos y esto se logró con la religión. Las compañías navieras españolas y portuguesas monopolizaban los mares y con esto el comercio entre Europa y muchos lugares del mundo. España financió el descubrimiento del nuevo mundo. Se concedía a algunos españoles la administración de los impuestos (el quinto real a la corona y el diezmo a la iglesia). Los españoles podían heredar la tierra, pero también los militares se hicieron de algunas propiedades prediales. Los nacidos fuera de España no podían ostentar cargos, por esto surge la animadversión de los criollo ante los peninsulares (este sentimiento es un antecedente de la patria mexicana). Las castas en México estaban por varios subgrupos sociales entre los que se encontraban mestizos, mulatos y zambos y el rey otorgaba tierras y encomenderos para explotar a la tierra y a los indios que además de domesticarlos había que enseñarles español y religión. No podía haber una tierra sin encomendero, era mucho más fácil comprar la tierra que heredarla; el snob era un noble sin título nobiliario. A los españoles nacidos en América no se les otorgaban títulos nobiliarios porque podían nombrar un Rey e independizarse de España; no debía haber nobleza en México, por eso los españoles se encargaban de hacer perpetuar al Rey de España.

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