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Evolucion De La Contabilidad

frankorap9 de Abril de 2014

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Historia dela Contabilidad

EVOLUCION HISTORICA DE LA CONTABILIDAD

Luna Benaroya – Stella Galante

1. INTRODUCCION.

V. Montesinos Julve en la introducción de su obra “Formación Histórica, Corrientes Doctrinales y Programas de Investigación de la Contabilidad” sostiene: “trataremos de presentar las grandes líneas del pensamiento contable, prestando mayor atención a ciertos hombres y obras fundamentales para el desarrollo de la ciencia y la técnica contables; el criterio para seleccionar los hechos procuraremos que sea amplio, para que facilite la comprensión de las distintas teorías y técnicas que actualmente coexisten en el campo de la contabilidad” [1].

Basándonos en este pensamiento hemos elaborado este trabajo sobre Evolución Histórica de la Contabilidad desde la antigüedad hasta nuestros días, que constituye un Resumen de la bibliografía seleccionada tratando de integrar contenidos para ofrecer una visión global del tema.

2. EVOLUCION HISTORICA DE LA CONTABILIDAD.

La preocupación por temas contables proviene de tiempos remotos y su historia está ligada al desarrollo del comercio, de la economía y de las disciplinas con las que se establecen relaciones de afinidad.

La registración de los hechos muy simples y sencillos en los primeros tiempos, se complicó paulatinamente con el crecimiento de las organizaciones económicas y sociales, y con el desarrollo de nuevos instrumentos como la moneda y el crédito.

Podemos dividir la evolución histórica de la Contabilidad siguiendo a Arévalo en los siguientes períodos:

· Período del arte empírico.

· Período de la divulgación del arte.

· Período crítico científico.

PERIODO DEL ARTE EMPIRICO.

Abarca la antigüedad y el Medioevo hasta aproximadamente el año 1200.

Desde las primitivas sociedades humanas el hombre ha sentido la necesidad de valerse de medios que le facilitaran el desarrollo de su actividad económica.

“Para suplir las deficiencias provenientes de la memoria se recurrió a señales, símbolos y elementos gráficos que con el correr del tiempo vinieron a constituir las cuentas”.

“Los hebreos tuvieron un sistema completo de llevar las cuentas. Lo demuestran los diversos censos de que habla el Cuarto Libro de Moisés o los Números. En el versículo VII del Capítulo VI del Viejo Testamento se lee “donde hubiere muchas manos, haz uso de llaves, cuenta y pesa todo lo que dieren y asienta en el libro el nombre de quien da y el de quien recibe”[2].

Los fenicios, por su parte, pueblo de gran impulso comercial, en el año 1100 antes de Cristo, perfeccionaron el arte de registrar operaciones, las difundieron en sus colonias y llamaron escribas a los encargados de llevar los registros.

Informaciones más precisas se tienen de los autores griegos y latinos, que se refieren especialmente a la administración pública en Atenas y Roma. En Atenas el Senado ejercía la administración de la cosa Pública y la Constitución establecía que el Consejo nombrase por sorteo entre sus miembros diez logistas que constituían el Tribunal de Cuentas destinado a juzgar las cuentas públicas que debían rendir los funcionarios a cargo de los diversos servicios administrativos.

“En Roma, según Cicerón, llevaban un libro llamado adversaria que era una especie de borrador o de primeras notas, y mensualmente las partidas se pasaban a un registro especial Tabulae en el cual las entradas y salidas se registraban en dos páginas distintas, cada partida llevaba la fecha y el nombre de la persona que había dado o de la cual se había recibido; y además debía contener las causas del débito y del crédito. Se supone que eran ambos registros de Caja, porque no se hace ninguna mención sino a entradas y salidas de dinero, y hacían fe en juicio a favor de su propietario”[3].

Caído el Imperio Romano decae el comercio y el desarrollo contable durante la primera mitad de la Edad Media. En los siglos XII y XIII los documentos contables se refieren a Inventarios de bienes pertenecientes a haciendas públicas y corporaciones religiosas.

Hasta la segunda mitad del siglo XIII aparecen los valores de las cuentas expresados en números romanos; desde esa fecha empieza a emplearse la numeración arábiga. Se plantearon discusiones entre los partidarios de uno y otro sistema, los argumentos en contra de la numeración arábiga se fundamentaban principalmente en las posibilidades de fraude y manipulación que ésta pudiera acarrear. Precisamente el mismo argumento que adujeron algunos siglos antes en contra de la sustitución de las palabras por los números romanos.

Al final del período del arte empírico se asiste al desarrollo de una actividad mercantil progresivamente floreciente, que exige el perfeccionamiento de la técnica contable, que pasará del memorial a la partida simple y a la partida doble simultáneamente.

PERIODO DE LA DIVULGACION DEL ARTE (SIGLOS XII A XV).

En esta época comienzan a realizarse asociaciones temporales constituidas con vistas a realizar expediciones comerciales. En Florencia se conservan registros de los Peruzzi que se inician en 1282, y otros pertenecientes a las compañías de los Verdi y los Alberti.

Los comerciantes venecianos al regreso de cada una de sus riesgosas expediciones debían estar en condiciones de rendir cuentas y repartir las ganancias o pérdidas entre los participantes de esas primitivas “Sociedades en Comandita”. La necesidad práctica a la que debía servir la contabilidad era la rendición de cuentas.

La idea central de este período, inexistente en períodos anteriores al 1200 fue la del concepto de capital productivo, como aquel que debe mantenerse y originar capital adicional, precisando para ello una racionalidad en los planteamientos y un orden en las actividades.

La Contabilidad por Partida Doble en sus orígenes está ligada definitivamente al nacimiento y puesta en práctica del espíritu capitalista.

“Los principios de la partida doble, cuya formación se produce a través de los siglos XIII y XIV, adquieren auténtico desarrollo en este último siglo, pero no se ven recogidos en tratados doctrinarios hasta el siglo XV. El primer escritor que se refirió a las registraciones por partida doble Benedicto Cotrugli, decía que el comerciante debía llevar tres libros: el mayor con su índice, el diario y el borrador. Que del borrador se deben transportar las partidas del diario, y del diario al mayor. Que se debe registrar en el Diario todo el capital; que a fin de cada año se debe compilar del libro mayor el balance, y que todas las ganancias o pérdidas se deben pasar a la cuenta capital”.[4]

En el año 1404 se imprime en Venecia un tratado de las cuentas publicado por Luca Pacciolo, en donde se halla un detalle minucioso de todo el proceso de registración por partida doble en los diversos registros conocidos en la actualidad. Según la crítica histórica parece que el tratado de las cuentas es obra de otro autor cuyo nombre se ignora y que Pacciolo se limitó a incluirlo en su libro.

A medida que las rutas comerciales se vuelven más seguras, posibilitan en grado creciente operaciones a distancia, y determinan un importante incremento en el uso del dinero y de los distintos instrumentos de crédito.

“A partir del siglo XVI asistimos al desarrollo del comercio en Países Bajos, localizado fundamentalmente en el puerto de Amberes. En estas circunstancias no resulta extraño que se multipliquen las obras de Contabilidad. Entre los autores del siglo XVI merece especial consideración YAN YMPYN, de Amberes”.[5] El valor de su obra reside en el hecho de que a través de él, la partida doble se dio a conocer en Europa occidental y fue traducida al inglés, alemán y francés.

En este mismo período, Angelo Pietra es el primer autor que sale del marco de la Contabilidad Comercial, y distingue tres clases de Contabilidades: Bancaria, Mercantil y Patrimonial.

Hasta entonces los actos comerciales eran netamente privados en el sentido de que involucraban tan sólo a los directos participantes de tales actos: socios solidarios y comanditarios, deudor y acreedor. Con el correr del tiempo las relaciones adquirieron mayor amplitud e interrelación, y las vinculaciones cuyos términos registraba la contabilidad ganaron en variedades. Y es precisamente en el siglo XVII cuando la incipiente legislación comercial asigna a la contabilidad un papel fundamental como garantía del orden público: es el elemento que permite fijar en determinado momento los bienes y deudas de la empresa, y determinar así el patrimonio con que podrá hacer frente a los compromisos. Este enfoque puede sintetizarse en el concepto del patrimonio como prenda común de los acreedores. Por ello comienza a reglamentarse a la Contabilidad desde el punto de vista legal y rodearla de garantías.

En el siglo XVII la obra de Antonio Moschetti se ocupa con amplitud de las cuentas de Capital y de Pérdidas y Ganancias. Distingue ya entre hechos permutativos y modificativos y concede importancia a la Contabilidad Industrial.

PERIODO CRITICO CIENTIFICO.

De acuerdo con las investigaciones históricas realizadas por Fabio Besta, la evolución de la ciencia contable giró en torno a dos tendencias: la primera que establece un fundamento jurídico a la Contabilidad, y la segunda, en que ese fundamento es de

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