Explicaciones sobre la caída del imperio Inca-I capitulo

Explicaciones sobre la caída del imperio Inca-I capitulo

Comenzaremos preguntándonos como pudo caer un Imperio tan poderoso en manos de un grupillo de aventureros. Surgieron 4 respuestas pero solo 2 fueron las mas convincentes: la ayuda divina derramada sobre los españoles, la superioridad racial y cultural de los españoles, el absolutismo exagerado del estado inca-al extremo de que si caia la cabeza dirigente que era el inca todo se viene abajo, la situación social y política de los reinos señoriales conquistados por los emperadores del Cuzco.

Todos los conquistadores pensaron que Dios lo había determinado así, para poner fin al despotismo territorial de los incas.

Acosta cree que el imperio se desplomo víctima de sus pecados nefandos, ya que Huáscar fue el fruto del incesto entre dos hermanos. El imperio se acabó, pues, por orden de Dios para terminar con la idolatría e implantar la religión católica.

Otro de los argumentos, muy mentados y estudiados, para demostrar la fácil destrucción del Imperio, fue de la división existente entre el ejército y la clase dirigente de dos bandos: los de Huáscar y los de Atahualpa; guerra civil de la cual se aprovechó Pizarro.

La principal es la rivalidad señorial, otra de índole secundaria es el poder destructivo de las  armas de fuego el caballo.

Los pueblos de baja cultura, los no civilizados, concluía Cieza, los no organizados política ni económicamente, adoran la libertad y la defienden hasta morir, es por esto que los españoles no pudieron someter a esta clase de etnias.

En cambio en Perú según Cieza, las cosas habrían ocurrido de diferente manera. Cieza siguió analizando y descubrió que la costa peruana, por desolada y plagada de desiertos, es otra de las causas para la fácil conquista del Perú. Los pocos ríos son los únicos medios de vida. Abandonarlos significa el frio, el hambre y la muerte. Al habitante de la costa no le quedo otra cosa que seguir habitando en ellos, a trueque de su libertad.

Los Huancas, la alianza, las primeras batallas- II capitulo

Los huancas fueron un numeroso grupo étnico que tenía su habitad en los territorios de las actuales Jauja, La Concepción y Huancayo que surgió al caer la cultura huari.

Eran un pueblo guerrero cuya economía estaba basada en la agricultura de los valles y quebradas, y la ganadería en las tierras altas de la puna, cada vez que sembraban algo no utilizaban el regadío sino que todo dependía de las lluvias. La mayoría de su población estaba ubicada en lo que hoy es desde 1782 Valle del Mantaro.

Mayormente las casas que construyeron las usaron más para dormir y refugiarse que para vivir en ellas, todas estas casas estaban muy separadas una de la otra, la capital de este reino fue la gran ciudad Siquillapucara que actualmente es llamada Tunanmarca. Si bien adoraban al Huiracocha que era el dios universal del mundo andino tenían un dios propio llamado Huallallo Carguancho al cual le hacían sacrificios humanos, de perros y de coca. Creían en la inmortalidad del alma ya que momificaban a sus muertos.

Cuando llegaron los incas, los reyes huancas como otros del área cultural andina, se vieron obligados a rendirse ante el Cuzco involuntariamente, simplemente les obedecieron por miedo.

Esta era la realidad del Tahuantinsuyo un imperio que estaba integrado por innumerables reinos, principados y ayllus antagónicos e irreconciliables, cuyo odio lo mantenían por lo anterior dicho que sería el miedo al Cuzco. Luego llegaron los españoles al mando de Francisco Pizarro, este se dio cuenta de que el Imperio estaba conformado por una comodidad de muchos adversarios políticos, que se debatían en una maraña de enemistades. De ellos tenía que aprovecharse para poner fin a tan inmenso y, aparentemente poderoso estado imperial.

Los invasores se aprovecharon de aquella realidad y muy pronto implantaron la teoría de que la conquista española quedaba justificada, porque gracias a ella habían quedado liberados los antiguos reinos oprimidos por el totalitarismo inca. Así se explica porque la caída del Imperio Inca fue relativamente sencilla, pasada la conquista los reyes huancas no lograron su libertad, simplemente cambiaron de amo.

La noticia de la captura de Atahualpa llego a todos los rincones del Perú y numerosos curacas principales y secundarios de cada provincia salieron en dirección a Cajamarca con el deseo de ver a Pizarro y a los demás españoles. Cada curaca llevaba presentes de oro, plata, de algo que había en sus tierras, etc., Pizarro se entrevistó con un jefe étnico, donde quedo pactada una alianza o mejor dicho “la confederación” entre huancas y españoles. Con la muerte de Atahualpa los huancas y otros señoríos se alegraron demasiado ya que sencillamente esto significo su liberación, pronto llegarían las riñas entre curacas para poder adueñarse de más tierras, pero fueron a Cajamarca para ayudar a Pizarro contra el ejército de quiteños que había derrotado a Huáscar y que no se entregarían al señor que había matado a Atahualpa, estos dirigidos por Chalcochimac se disponían a vengarse de los españoles, después este sería capturado y usado por Pizarro.

Mucho después Pizarro nombraría a Tupac Hualpa como inca, luego de la muerte de este inca títere, Pizarro convoco a los grandes orejones que lo habían alcanzado desde Cajamarca, a Chalcochimac, Ticzoc y a otros incas y auquis cuzqueños, les dio la potestad de poder escoger un nuevo inca, pero estos nunca llegaron aún acuerdo, fue por esto que Pizarro decidió llamar a Antitoc para entrevistarlo y pensar si este sería el nuevo inca, haciendo estas cosas él jugaba a doble clara, por un lado estaba de lado de Chalcochimac para que él pueda retirar y desintegrar su ejército y por otro a favor de los cuzqueños, así él estaba bien con ambos bandos.

Finalizando este capítulo el relato se queda en que Pizarro y muchos huancas e integrantes de otras etnias entre hombres y mujeres acompañaban a Pizarro hacia el Cuzco.

Batallas decisivas- capitulo III

Jatunsausa era demasiado importante como punto estratégico y eclógico. Alonso Riquelme fue nombrado por Pizarro lugarteniente en Jatunsausa. La guarnición de Riquelme fue, asimismo, bien servida  proveída por los jatunsausinos, los lurinhuancas y los ananhuancas. De todo les dieron y en gran cantidad; los españoles hicieron tanto derroche de víveres que los depósitos quedaron  prácticamente vacíos.

Quisquis de forma amenazante se concentró en el valle de Apurímac, pero no lo logró derrotar a ningún español. Quisquis y su ejército, al verse prácticamente perdido, se propusieron regresar al norte. Con tal objeto tomaron y siguieron el camino a Jatunsausa, y de paso atacar a la guarnición de Riquelme. Las tropas quiteñas avanzaban por los caminos y pueblos, destruyendo lo que hallaban a su paso.

Riquelme puso en pie de guerra a sus soldados y a sus aliados; a estos los aludo para que le continuaran sirviendo. El temor y la preocupación fueron tan grandes para Riquelme y su guarnición que hasta llegaron a desconfiar de sus propios confederados huancas, quienes, en gran número habitaban en la llacta de Jatunsausa y en los pueblos de Jutunmayu. Los quiteños llegaron rehechos y bien organizados, resueltos para embestir a la guarnición de Jatunsausa. Pero sucedió que los españoles o quizás sus auxiliares huancas, capturaron a un quiteño. Con tormentos lo hicieron declarar. Quisquis y dos capitanes conocedores del peligro en que se hallaban, por haber sido descubiertos, decidieron avanzar sobre Jatunsausa. Habían triunfado los hispano-huancas, quienes orgullosamente regresaron a Jatunsausa.

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