Facundo Y El Chacho

Gracias a la literatura, personajes de la historia riojana, como los caudillos: “El Chacho Peñaloza y Juan Facundo Quiroga”, fueron inmortalizados, en las letras de obras nacionales como Facundo: civilización y barbarie de Sarmiento, y Sarmiento y sus fantasmas de Félix Luna, como así también en libros de autores extranjeros, de esta forma nuestra provincia paso a ser una pieza de renombre dentro de la historia argentina.

A continuación alumnos de 3° de Lengua, representaran un fragmento de la obra de Félix Luna, “Sarmiento y sus fantasmas”, donde el sanjuanino, en sus últimos días de vida, entre delirios y momentos de lucidez, dialoga con personajes de la historia que marcaron sus días, entre ellos nuestro caudillos, El Chacho y Facundo.

Sarmiento ubicado ya en su lecho, desvaría y recuerda frases de una carta enviada a Mitre, luego al asesinato del Chacho… “He aplaudido la medida, precisamente, por su forma. Sin cortarle la cabeza a aquel inveterado pícaro y ponerla en expectación, las chusmas no se habrían aquietado en seis meses”, cuando parece empezar a dormirse aparecen frente a él, los fantasmas del Chacho Peñaloza y Juan Facundo Quiroga.

S- ¡oh! ¿Por qué usted? Ya deje en claro lo de su maldito asesinato.

C – Pero aplaudió la forma en que se perpetro mi muerte…

S – Las cosas tenían que darse así, Peñaloza.

C – Disculpe, me gustaría que me llame General Peñaloza o si no se anima dígame no más Chacho. Pero usted dice que las cosas tenían que darse así. No lo entiendo, soy un gaucho iletrado y usted un doctor. Explíqueme eso, por favor.

S – Quiero decir que, mientras usted viviera, andaría en correrías. Entonces no habría paz en la república.

C – Quiere decir que yo estaba condenado a muerte…

S – Si, pero no lo condene yo. Fue la civilización, el nuevo orden imperante desde Pavón, lo que lo condeno a usted. El Chacho era la personificación de las sublevaciones, de la guerrilla permanente contra un gobierno empeñado en ordenar un país. Por eso habíamos luchado contra Rosas.

C – Yo también luche en contra de Rosas, no con papeles, sino poniendo el cuero y casi solo en una campaña en la que me jugué la vida.

S – Lo sé general, pero usted no se sometió y tuvo que pagar las consecuencias de su rebeldía.

C – Yo hice un tratado con los enviados de Mitre y fueron ustedes los que no cumplieron.

S – ¿Cómo podía establecerse un tratado entre el gobierno y un general alzado? El mayor Irrazábal, era un soldado temible, que no hacía caso de ordene ni de instrucciones y solo quería pelear, solo así se puede entender que lo haya lanceado, estando usted rendido e inerte. Pero yo, general, no ordene su ejecución. No soy responsable de ese hecho.

C – Pero mire señor Sarmiento, con mi muerte, no terminaron los alborotos. Felipe Varela, Santos Guayama y tanto otros, siguieron peleando.

S – Y casi todos terminaron, como usted. Cuando fui presidente funde escuelas en La Rioja, para precisamente combatir el mal desde raíz.

C – Bienhaiga, Señor Sarmiento.

S - … Y el recuerdo del Chacho, se ira olvidando, ese será mi triunfo…

C – Así será. Pero mi sangre también será parte de los cuentos y mi memoria no se perderá del todo. No será un triunfo como el suyo, pero algo mío quedara en la tierra…

Seguidamente entre sueños delira con la presencia del fantasma de Facundo y se lleva a cabo el siguiente dialogo:

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