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Fragmento Del Libro Primero, Primer Capítulo De La Obra Política De Aristóteles


Enviado por   •  13 de Febrero de 2015  •  703 Palabras (3 Páginas)  •  371 Visitas

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permite sentir estas dos afecciones y comunicárselas entre sí;

pero la palabra ha sido concedida para expresar el bien y el mal, y, por

consiguiente, lo justo y lo injusto, y el hombre tiene esto de especial entre todos

los animales: que sólo él percibe el bien y el mal, lo justo y lo injusto y todos los

sentimientos del mismo orden cuya asociación constituye precisamente la

familia y el Estado.

No puede ponerse en duda que el Estado está naturalmente sobre la familia y

sobre cada individuo, porque el todo es necesariamente superior a la parte,

puesto que una vez destruido el todo, ya no hay partes, no hay pies, no hay

manos, a no ser que por una pura analogía de palabras se diga una mano de

piedra, porque la mano separada del cuerpo no es ya una mano real. Las

cosas se definen en general por los actos que realizan y pueden realizar, y tan

pronto como cesa su aptitud anterior no puede decirse ya que sean las

mismas; lo único que hay es que están comprendidas bajo un mismo nombre.

Lo que prueba claramente la necesidad natural del Estado y su superioridad

sobre el individuo es que, si no se admitiera, resultaría que puede el individuo

entonces bastarse a sí mismo aislado así del todo como del resto de las partes;

pero aquel que no puede vivir en sociedad y que en medio de su

independencia no tiene necesidades, no puede ser nunca miembro del Estado;

es un bruto o un dios.

La naturaleza arrastra, pues, instintivamente a todos los hombres a la

asociación política. El primero que la instituyó hizo un inmenso servicio, porque

el hombre, que cuando ha alcanzado toda la perfección posible es el primero

de los animales, es el último cuando vive sin leyes y sin justicia. En efecto,

nada hay más monstruoso que la injusticia armada. El hombre ha recibido de la

naturaleza las armas de la sabiduría y de la virtud, que debe emplear sobre

todo para combatir las malas pasiones. Sin la virtud es el ser más perverso y

más feroz, porque sólo tiene los arrebatos brutales del amor y del hambre. La

justicia es una necesidad social, porque el derecho es la regla de vida para la

asociación

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