ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

François Furet.


Enviado por   •  24 de Septiembre de 2014  •  Tesis  •  10.469 Palabras (42 Páginas)  •  195 Visitas

Página 1 de 42

François Furet.

I. La Francia revolucionaria (1787-1791).

.La rebelión nobiliaria y la crisis prerrevolucionaria.

La crisis política que conduce a los Estados Generales.

Todo parte de la Asamblea de los Notables, o sea de los nobles.

Calonne, Ministro de Hacienda, reunió a los accionistas de la sociedad del Antiguo régimen para pedirles que redujeran sus beneficios, mediante un impuesto a los propietarios de tierras. Esta supresión de privilegios fue mal recibida. Calonne, enfadado, imprimió sus informes, enojando así al tribunal. Luis XVI lo despidió el 8 de abril de 1787 y lo exilió a Lorena. El sucesor de Calonne, Brienne, recibió el mismo rechazo, lo que desencadenó en el aplazamiento de la Asamblea hasta finales de mayo de 1787. Aprovechando la oposición aristocrática, el Parlamento de París, reclama, a partir de julio, la reunión de los Estados Generales,únicos habilitados, según él, para votar nuevos impuestos. Así culmina, en los años 1787-1788 el viejo conflicto entablado después de la muerte de Luis XIV entre la administración absolutista y las resistencias parlamentarias y aristocráticas.

Toda una psicología colectiva se expresa ya a través del odio hacia el absolutismo de Luis XIV y de la búsqueda histórica de las libertades tradicionales y de la constitución del reino. Esta nobleza es múltiple, aglutina a la aristocracia cortesana, a la nobleza de toga, y a la nobleza campesina.

La ambigüedad de la situación de 1787-1788 radica en que las reivindicaciones liberales del Parlamento, que aspiran al mantenimiento de los privilegios, aglutina provisionalmente a toda la opinión ilustrada, comprendido el Tercer Estado; y, paralelamente, la crisis cíclica moviliza contra el poder a las clases populares de las ciudades y el campo.

Desequilibrios estructurales y coyunturales acumulan sus efectos. Luis XVI se encuentra solo frente a lo que esta por convertiste en “la nación”. Cuando emprende la lucha contra los Parlamentos, en mayo de 1788, lo hace en las peores condiciones políticas: la Asamblea triunfa sin dificultad. A su vez, esta lucha deja en descubierto una unanimidad y deja ver claramente las ambiciones del Tercer Estado, que equilibra en numero a la nobleza y al clero, y obliga a los privilegiados a concebir una Asamblea nacional con poder de decisión. Luis XVI convoca en agosto a los Estados Generales para mayo de 1789. Entonces, la masa heterogénea de laoposición anti-absolutista revela a la vez la hegemonía burguesa y la reivindicación igualitaria: se trata de conseguir que al duplicarse su representación, el Tercer Estado, que da por descontada la adhesión de la nobleza y el clero, sea mayoritario en los próximos Estados Generales, Luis XVI acepta que l numero de representantes se duplique.

Durante los meses que preceden a la reunión de los Estados Generales, la crisis económica hace que el pueblo se levante contra el tradicional chivo emisario de la miseria: la administración real.

El invierno de 1788-1789 se ve plagado de violencias y motines a causa del hambre. Frente a esto, surge la esperanza de que la reunión de los Estados Generales va a poder apaciguar y modificar la situación. Si la opinión ilustrada piensa en términos políticos, el sentimiento casi religioso de un advenimientos domina las mentalidades populares: advenimiento del pobre, del bienestar social, llevado a cabo por el buen rey.

.Las revoluciones del verano de 1789.

Entre mayo y octubre de 1789, se desfondó todo el Antiguo régimen francés. Frente a este acontecimiento, se despliegan varias revoluciones:

.Mayo-junio: Revolución de los diputados.

La colectividad burguesa de los diputados del Tercer Estado, se enfrenta con el rey, con los obispos, los nobles, y atrayendo al bajo clero y a la aristocracia ilustrada, forma, el 17 de junio, la Asamblea nacional.

En la sesión del 23 Luis XVI dice, por primera y última vez, lo que acepta y lo que rechaza: sí a los impuestos y a los empréstitosde los Estados Generales, sí a las libertades individuales y de prensa, sí a la igualdad fiscal (condicional); pero no a la igualdad civil, no a la abolición de los órdenes, no al fin de la sociedad aristocrática.

El debate triangular – Estados Generales- privilegiados-monarquía – del año anterior, se convierte en un duelo en el cual, finalmente, el absolutismo aparece como solidario de los privilegiados. La resistencia del rey a la revolución es la que, en definitiva, cimienta la alianza entre los diputados de Versalles y la multitud parisina.

Se presenta, entonces, un pánico político provocado por la llamada a las tropas y la destitución de Necker el 11 de julio. EL 14 es el día que más cuesta el pan en todo el siglo. La caída de la Bastilla se inscribe dentro de una semana de revolución popular, provocada por la carestía del pan y también por razones políticas, y constituye así una suerte de modelo de las futuras jornadas parisinas: la voluntad popular canaliza el hambre mediante la pasión revolucionaria, dirigida en contra los causantes de la existencia de éste; o sea, los ricos y los nobles.

.Julio-agosto: Tercera revolución: la del campo.

Fenómeno del “Gran Miedo”, que es pura y simplemente una guerra social. Nos hallamos frente a un pánico colectivo en el campo, que se extiende paso a paso con la noticia de los sucesos parisinos. Toda la Francia campesina se levanta en armas. En Versalles, la Francia de las Luces, descubre a la Francia salvaje. Los diputados patriotas se muestran vacilantes ante lairrupción de la violencia campesina; por un lado, tenían la posibilidad de restablecer el orden por la fuerza, romper el frente común del 14 de julio, lo que significaría ponerse a merced del rey; o bien, contaban con la posibilidad de extinguir el fuego condescendiendo con él, pero entonces había que actuar más rápida y ampliamente de lo previsto: no alcanzaba con la igualdad fiscal, así como tampoco con el abandono de las servidumbres personales que subsisten en Francia. Para salvar la propiedad burguesa había que liquidar la propiedad feudal. Éste es el sentido de los decretos votados desde el 4 al 11 de agosto que abolían todo el sistema feudal: diezmos, derechos señoriales, privilegios personales y colectivos, Parlamentos, venalidad de los cargos públicos. La Asamblea, entonces, ha querido salvar la propiedad privada asimilándola en adelante al derecho común, que se convierte en derecho burgués. El campesino francés va a convertirse, en adelante,

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (65 Kb)  
Leer 41 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com