GENOCIDIO ARMENIO

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GENOCIDIO ARMENIO

“…La negación del genocidio es el estadio final del genocidio; asesina la dignidad de los supervivientes y destruye la memoria del crimen…”

Manifiesto en Chronicle of Higher Education

PALABRAS CLAVE: Conflicto, territorio, persecución, genocidio, Imperio Otomano, Armenia, Azerbaiyán, guerra, enclave, religión, etnia, cultura, masacre, minoría, alianzas, negociación, resolución.

INTRODUCCIÓN:

Tratar este conflicto dispone una variedad de diferentes casos, pues supone un territorio que se encontró inmerso durante su historia por diferentes contiendas, persecuciones y masacres. El presente ensayo, se enfoca en dos situaciones, en primer lugar, el genocidio armenio ocurrido entre los años 1915 y 1923 (pleno auge de la Primera Guerra Mundial) a manos del antiguo Imperio Otomano y el pueblo de Armenia. En segunda instancia, la disputa territorial desarrollada entre Armenia y Azerbaiyán por la región de Nagorno-Karabaj.

Teniendo en cuenta los casos anteriormente nombrados, se hará énfasis en la trayectoria del conflicto, partiendo desde el siglo XIX, cuando el Imperio Otomano se vio envuelto en una serie de desbalances internacionales por la constante búsqueda de expansión territorial. Simultáneamente, la representación del pueblo armenio se vio reflejada como una minoría étnica y religiosa, quienes lidiaban por la obtención de derechos civiles e igualdad ante la ley en tierras turcas; siendo estas más razones para incrementar los abusos, amenazas y masacres frente a ellos.  

En vista de tantas destrucciones, no sólo se ve involucrada la actual República de Turquía, sino también el territorio y población de Azerbaiyán quienes se enfrentaban al pueblo armenio por el enclave de Nagorno-Karabaj. Dicha tensión trajo consigo otra gran cantidad de crímenes y enfrentamientos durante el siglo XX. A continuación, se pretende explicar detalladamente los acontecimientos anteriormente nombrados teniendo en cuenta la especificidad de la historia.

DESARROLLO:

En 1453, se levanta el Imperio Otomano, después de la conquista de Constantinopla. Este gran territorio estaba comprendido por una estructura organizacional encabezada por el sultán Mohamed II, quien facultaba sus funciones al patriarcado (delegados entre el gobierno y la comunidad) y este, a su vez, a Los Millets (cuerpos autónomos encargados de temas religiosos, sociales y culturales). A través de los siglos se hizo mucho más evidente el poder influyente en la región, sin embargo, se empezaron a presentar diversos actos discriminatorios frente a posturas contrarias a las establecidas por el estado Otomano.  En particular, las minorías cristianas armenias, quienes se asentaron en Turquía fueron las más ultrajadas, pues tal como indica Hintlian (2003), “estaban sometidos a un conjunto de incapacidades legales que les denegaban protección y reparación institucionales en caso de ser víctimas de una agresión. También estaban sometidos a imposiciones arbitrarias, de las que la peor era el tributo de los niños” (p.66).

Llegando a este punto, Turquía empieza a atravesar una serie de crisis internacionales, razón por la cual busca la protección rusa, sin embargo, fue un intento fallido, pues el Zar Nicolás I declara al Imperio Otomano como el “Enfermo de Occidente” (Hintlian, 2003). Ahora bien, por este motivo, se dio origen a la Guerra de Crimea, en la cual, los turcos intentaban detener el expansionismo ruso hacia el Mediterráneo y Oriente Medio, gracias esto, en 1856 se firma el Tratado de París, otorgando independencia e integridad al Imperio Otomano y “derrotando” a Rusia. En adición a esto, se produjeron demás confrontaciones, como La Revuelta Kuleli (1859), no obstante, fue allí donde surgieron las primeras injusticias frente al pueblo armenio.

Hecha esta salvedad, se plantea que los acontecimientos nombrados anteriormente produjeron un auge de conflictos globales como la Primera Guerra Mundial. A pesar de que, los turcos se veían reflejados como una figura de poder, el pueblo armenio contaba con un sistema feudal donde eran protegidos por los señores Derebeyi, sin embargo, este fue abolido en 1808 (Hintlian, 2003). En este sentido, los abusos en contra de Armenia no disminuían, y, por el contrario, su pueblo empezó a ser cada vez más deshumanizado, esto se evidenció cuando en los enfrentamientos bélicos, los otomanos privaron de oportunidades militares y de defensa a los armenios. Por tal motivo, estos últimos desarrollaron sus capacidades de trabajo en actividades comerciales, dando origen al Movimiento de Reforma Armenia, más específicamente dice Hintlian (2003), “para buscar derechos civiles, igualdad ante la ley e institucionalización irrevocable” (p.70).  

Siguiendo con el punto anterior, se vieron materializados algunos de los esfuerzos llevados a cabo por el Movimiento Armenio, por ejemplo, gracias al Tratado San Stefano, Armenia empieza a ser reconocida internacionalmente pese a todas las arbitrariedades de las cuales habían sido víctimas. A pesar de las acciones alcanzadas, los disturbios no cesaron, pues gracias a este tratado y a la nueva distribución por distritos establecida en Turquía, se incrementaron los deseos por expulsar a los armenios de sus tierras a partir de mecanismos violentos y extremo uso de la fuerza. A causa de ello, las actividades armenias lucharon por continuar su protección, estableciendo nuevos modelos para preservar su nacionalidad y libertad, como las marchas en el Banco Otomano de Constantinopla en 1896, o, las reformas armenias en 1912, aunque cada intento se presentaba como un arma de doble filo, ya que siempre tuvieron claro que no podrían alcanzar su independencia total y seguirían siendo vulnerados y mártires en masacres masivas.

Teniendo en cuenta que el objetivo principal de los turcos fue la absorción del pueblo armenio, mediante diferentes estrategias desleales, y los motivos que impulsaban a los armenios eran la salvación del estado otomano y la obtención de derechos, igualdad, libertad y reconocimiento de su breve independencia (1918-1920) la cual se vio afectada por la inmersión de los soviéticos, se reconoce ahora, el papel que toma tanto el Gobierno Soviético como la República de Azerbaiyán, esta última buscando la defensa de su independencia y su integridad territorial, partiendo de la eliminación de los rastros violentos dejados por Armenia y del seguimiento de negociaciones del Grupo de Minsk de la OSCE.

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