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GOBIERNO DE LAS FUERZAS ARMADAS DEL SIGLO XX EN EL PERÚ


Enviado por   •  4 de Marzo de 2021  •  Ensayos  •  1.388 Palabras (6 Páginas)  •  318 Visitas

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GOBIERNO DE LAS FUERZAS ARMADAS DEL SIGLO XX EN EL PERÚ

La mayor parte del siglo XX, el Perú fue gobernado por regímenes militares y autoritarios en alianza con las élites sociales y económicas tradicionales. En este contexto, cerca al año de 1950, nuevos grupos políticos y sociales empezaron a movilizarse detrás de proyectos de modernización y de consolidación de la democracia representativa. Por lo que Acción Popular, un partido de centro derecha, ganó las elecciones de 1963 y llevó a la presidencia al arquitecto Fernando Belaunde Terry. Asimismo, los primeros años del gobierno de Belaunde, se vivió un tiempo de bonanza económica; sin embargo, en setiembre de 1967 se devalúa la moneda en un 40%, agudizando la disconformidad social. En dicho panorama se dio el golpe de Estado, perpetrado por los militares y encabezado por el General Velasco Alvarado, con propuestas reformistas y nacionalistas. A continuación, detallaremos en los siguientes párrafos cuatro puntos muy importantes relacionados al gobierno de las fuerzas armadas; la justificación del golpe militar, las reformas planteadas, el impacto de la Reforma Agraria y, por último, las consecuencias económicas de la primera fase del gobierno militar.

El golpe militar, se da debido a un deficiente manejo de poderes, lo cual anunciaba una crisis económica y social. En este escenario, las Fuerzas Armadas no toleraron la dependencia económica y la poca respuesta de los civiles ante tales hechos. Una justificación más resaltante, fue la pérdida de la famosa “Página 11” donde era evidente el entreguismo del gobierno en los contratos de la Brea y Pariñas, ya que estos contenían los precios del barril de petróleo favoreciendo a la International Petroleum Company (IPC) en Talara; las acusaciones de corrupción y la controversia   por   el   contrato   y   la   negociación   petrolera   con   empresas   extranjeras, alimentó   sentimientos   de   molestia   y   nacionalistas   en   gran   parte   de   la   población, debilitando así la credibilidad  del gobierno de  Belaunde. Todo esto se suma a la crisis política   que   involucra   una   minoría   en   el   congreso   por   parte   del   partido   político de Belaúnde, ministros censurados, reformas ineficaces y la aparición de focos guerrilleros inspirados en la   revolución   cubana.  

Ya en el poder, el gobierno de las Fuerzas Armadas, liderado por Velasco, instauró una serie de acciones de carácter nacionalista, destacando principalmente la reforma agraria y la reforma educativa. En primer lugar, mencionaremos sobre la reforma agraria.

En este sentido, a partir del lema populista del gobierno de Velasco “la tierra para quien la trabaja”, se puede evidenciar que la reforma agraria buscó la redistribución justa de la tierra, con intención de beneficiar al campesinado subordinado que venía siendo explotado por los grandes terratenientes, hacendados y gamonales de aquellas épocas.

Asimismo, las tierras fueron expropiadas sin compensación con el precio actual del mercado de la época.

No fue fácil, sin embargo, determinar quiénes eran los trabajadores de cada hacienda, ya que en éstas habían existido diferentes regímenes laborales, dándose el caso de trabajadores, por ejemplo, solamente temporales. Al repartirse la tierra entre los operarios básicamente estables y permanentes, se dejó sin tierras a los trabajadores temporales, que eran los más pobres del campo. A fin de que no se perdiesen las ventajas de la escala en la administración agraria, las tierras de los latifundios no fueron parceladas, sino que se mantuvieron como empresas agrarias en las que los dueños eran los trabajadores organizados bajo la figura de una cooperativa (en la costa) o una comunidad (en la sierra). Pero la administración quedó en manos de gerentes nombrados por el gobierno. (Contreras y Zuloaga, 2016, p. 253)

Según lo mencionado líneas arriba, se puede constatar que, si bien es cierto, la reforma agraria tuvo como principal interés el poder colaborar con la redistribución justa de la tierra para beneficio del campesinado, en la práctica las haciendas fueron organizadas como empresas asociativas, en la costa eran conocidas como Cooperativas Agrarias de Producción (CAP) y en la sierra denominadas Sociedades Agrícolas de Interés Social (SAIS), todo ello con motivo de mantener las economías de escala; asimismo, estas tierras pasaron de ser administradas por un dueño latifundista a ser administradas por funcionarios públicos, que en su totalidad eran personas vinculadas a las fuerzas militares del círculo de Velasco, los cuales carecían de un staff con competitividad técnica y gerencial, por lo que esta administración improvisada, sumada a los conflictos de intereses de los trabajadores, resultaron en un fracaso eminente.

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