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Guerra Civil Española


Enviado por   •  8 de Diciembre de 2013  •  1.445 Palabras (6 Páginas)  •  181 Visitas

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Antesala de la guerra

Tras el fin de la dictadura del general Miguel Primo de Rivera (1930) y la deposición del rey Alfonso XIII (1931), nació la Segunda República Española. Con su establecimiento una oleada de esperanza sacudió a la mayoría de los españoles; algunos la aclamaron con entusiasmo y otros se dispusieron a acatarla. Sólo una minoría, por nostalgia monárquica o en defensa de sus intereses, se mantuvo hostil y al acecho.

Desde aquel momento hasta las elecciones del 16 de febrero de 1936 -donde ganó el Frente Popular (una coalición de liberales e izquierdistas)-, la incertidumbre estuvo presente. La ambigüedad política provocó el estallido de una paz precaria, sostenida por una democracia vacilante y condicionada alternativamente en esos años por los gobiernos de la izquierda (republicanos) y de la derecha (nacionalistas).

Las causas de esta inestabilidad se acrecentaron entre los años 1934 y 1935, ya que el gobierno emprendió un programa de reformas que pronto chocó con los intereses de los sectores sociales más conservadores. Las tendencias políticas se radicalizaron y el gobierno, presionado por las organizaciones populares, adoptó una actitud pasiva ante el deterioro de la convivencia ciudadana. Así, la nación española marchó hacia una guerra civil.

El alzamiento

El 17 de julio de 1936 se produjo el alzamiento militar. Los incidentes comenzaron en el cuartel de Melilla y se expandieron a diversas guarniciones peninsulares. Al otro día, la rebeldía del Ejército se extendió por todo el país. Pero en la mayoría de las ciudades, capitales de provincia y en las regiones industriales, el golpe fracasó, y lo que pretendía ser un golpe de Estado se convirtió en una guerra civil. España quedó, rápidamente, dividida en dos bandos, el leal a la república y el sublevado.

En el bando leal (que recibió la ayuda de la ex Unión Soviética y de las Brigadas Internacionales (formadas por miles de voluntarios de toda Europa y de los Estados Unidos) se desencadenó un proceso revolucionario. Aparecieron dos sectores: uno que pretendía acabar con la república, dominado por la CNT (Confederación Nacional del Trabajo) y el POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista), y otro que pretendía mantener la república, liderado por el PCE (Partido Comunista de España) y el PSOE (Partido Socialista Obrero Español). Estas fuerzas consiguieron sofocar el alzamiento en algunas áreas, como Sevilla, Granada y Córdoba.

Los sublevados, que recibieron la colaboración de la Italia fascista y de la Alemania nazi, también desencadenaron una revolución, pero en favor de la instauración de una dictadura en España. Crearon una Junta de Defensa Nacional y buscaron a un nuevo líder, debido a la muerte, en un accidente de aviación, del general José Sanjurjo (20 de julio de 1936). Los dos generales que tenían más posibilidades eran el general Francisco Franco -que el 1 de octubre de 1936 se proclamó "Caudillo de España"- y el general Emilio Mola; pero este, al igual que Sanjurjo, murió en un accidente de aviación, dejando el camino libre a Franco.

Así, el 21 de julio los rebeldes adquirieron el control de la zona de Marruecos bajo protectorado español, las islas Canarias, las islas Baleares (excepto Menorca) y parte de la España peninsular situada al norte de la sierra de Guadarrama y del río Ebro.

Evolución de la represión

En agosto de 1936, el ejército de Franco, procedente de Marruecos, conquistó las tierras de Mérida y Badajoz. A continuación, dirigió sus esfuerzos hacia el norte, donde los aviones alemanes bombardearon la ciudad vasca de Guernica en abril de 1937.

En octubre de ese mismo año, Franco dominó toda la zona industrial -Bilbao, Santander, Gijón y Avilés-, lo que ya suponía la obtención de una ventaja decisiva.

El gobierno republicano decidió pasar a la ofensiva en dos frentes, con el objetivo de impedir esa superioridad de los nacionalistas en el norte.

En el frente madrileño tuvo lugar la batalla de Brunete (julio de 1937), en la que, después de una encarnizada lucha, vencieron las tropas de los sublevados.

La otra batalla se libró durante el mes se agosto en Aragón, donde los republicanos intentaron recuperar la ciudad de Zaragoza; la ciudad de Belchite fue tomada por el ejército leal en septiembre, tras un asedio de varios días. La ofensiva, no obstante, tropezó con la tenaz defensa de las tropas nacionalistas y no aportó al gobierno republicano ninguna ganancia sustancial. Ambas

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