HISTORICIDAD DEL HOMBRE

INTRODUCCIÓN

La primera fuerza o necesidad que el hombre experimenta ya desde su adolescencia, es la de encontrar un sentido a su propia vida. La voluntad de placer, de gozar de la vida, no es la fuerza fundamental del hombre, no es la que puede explicar toda la historia de la humanidad y de cada hombre en particular. Tampoco la voluntad de afirmarse y de ser alguien en la sociedad es la ultima y mas importante tendencia del hombre.

Lo que en realidad el hombre mas necesita es encontrar un sentido a su existencia, ubicarse en el mundo del porque y saber si todo tiene un sentido, o en cambio es solo una promesa que nunca se realizara.

El hombre es capaz de vivir e incluso morir por sus ideales y principios, pero no puede inventar el mismo estos ideales. No podemos como nos propones Sartre, inventar nosotros el sentido de nuestra vida. Podemos descubrirlo, no inventarlo.

La vida del hombre no es, pues, un estado de satisfacción, sino una tensión, un conflicto, una lucha para descubrir una solución al problema fundamental.

El hombre es esencialmente esta tensión entre el tedio y el deseo. Experimentar el vacío la perdida del sentido de la vida el lo que constituye la angustia existencial del hombre..

A veces, el hombre quiere huir de esta realidad y compensarla con el dinero, con el sexo, la droga, el poder, la actividad frenética.

Pero la pregunta existencial: "Vale la pena todo esto .. ? ", vuelve a inquietar siempre al hombre. Vale la pena encarar este tema y buscar las pistas de solución

HISTORICIDAD DEL HOMBRE

El término historicidad surge a partir de una rama de la filosofía conocida como fenomenología. Bajo ésta, la historicidad se entiende como el análisis, reflexión e historia del cómo una persona se desarrolla a través de sus acciones para encontrar el sentido de su vida a lo largo de ésta.

Textualmente, la historicidad es toda cuestión, cosa o persona que presente una calidad de histórico, o sea, que pueda tener una historia propia.

Sin embargo, nuestra definición contempla dos aspectos: El primero establece que es hombre se desarrolla de acuerdo a la tradición o contexto dentro del cual le ha tocado vivir y que esta tradición es una fuerte influencia para sus acciones las decisiones que éste tome. Por otro lado, el segundo aspecto afirma que cada individuo vive su propia historia independientemente de la tradición o contexto que lo rodea.

Martin Heidegger afirma en una de sus obras filosóficas que la tradición de una cultura puede en efecto influenciar la historicidad del hombre, pero también una persona puede desarrollar su propia historia estando totalmente ajeno a su tradición o contexto. Por lo tanto, la historicidad del individuo no se desarrolla de la misma forma que su contexto.

Desde este punto de vista, vemos a la historicidad como el hecho de que cada individuo trace su vida a través de las decisiones que éste tome y la huella que quiera dejar en el pasado y la manera en la que quiera trascender en el futuro. En pocas palabras, la historicidad es la reflexión del desarrollo del hombre a través del tiempo (esto debido a que todos los seres ocupan un lugar en el espacio y el tiempo y a que nada sucede fuera de un proceso histórico). La historicidad en un sentido teológico.

En la religión católica, el término historicidad se emplea para referirnos a toda la información que está documentada acerca de los acontecimientos religiosos de tal manera que éstos tengan un sentido cronológico.

Hay que considerar también que las religiones piensan que el hombre no es ser estático, sino que éste es dinámico y que se desarrolla a lo largo de su vida terrenal para después trascender de forma espiritual (a través de su alma). Desde el sentido religioso, la historicidad del hombre es la manera en la cual se desarrolla para después de la muerte seguir existiendo, ya que se considera que los humanos están compuestos de un cuerpo (material, físico, finito y tangible) y de un alma o espíritu (infinita, trascendente y no material).

Así pues, la historicidad contempla 3 elementos:

• El hombre como espíritu encarnado:

Se considera que el hombre, como se mencionaba previamente) es un ser dual, que por un lado tiene un cuerpo material y finito y que por el otro lado posee un espíritu o alma que está encarnada en su cuerpo material. Por lo tanto, podemos pensar que el hombre se encuentra frente a una infinidad de posibilidades ya que aunque está limitado por su cuerpo material puede trascender a través de sus espíritu.

• La temporalidad:

No se refiere al tiempo que ocupa la existencia del hombre, sino que más bien establece que todas las acciones del ser humano tienen un lugar en el tiempo y que las posibilidades que tenemos están cambiando constantemente dependiendo del momento en el tiempo que uno se encuentre, éstas siempre son transitorias y son cambiantes.

• La libertad del hombre:

El elemento que le da un carácter histórico al hombre es sin duda la libertad, ya que gracias a ésta el ser humano elige su camino en la vida y la manera en la que se desarrolla. Si no hay libertad, no puede haber historicidad. Podrá haber historia, pero no historicidad del hombre.

A continuación se presenta la historicidad como distintas formas de desarrollo del hombre:

Historicidad como tarea a realizar:

Como el hombre es un ser consciente, puede distinguir aquellas acciones que debe tomar para que viva su vida con coherencia y que cumpla su sus obligaciones y con su proyecto de vida.

Por ejemplo: Un padre el totalmente libre de elegir sus acciones, sin embargo al tener hijos, el hecho comprometerse con ellos y proveerles lo necesario sería una obligación que forma parte de su proyecto histórico. Si éste hombre ha decidido formar una familia, es coherente que vea por el bien de sus hijos para así cumplir su objetivo a lo largo de su vida (formar una familia).

Así como el pasado ejemplo, el ser humano debe comprometerse con las decisiones que toma para poder desarrollarse y así trascender.

El trabajo como historicidad y forma de autorrealización:

Como la historicidad contempla ante todo el hecho de que el hombre debe autorrealizarse, muchos pensadores arguyen

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