Hijo de la Tierra y el Sol, la serpiente Quetzalcóatl (“la serpiente emplumada” o “el Gemelo Amada”) era el dios de la vida y el viento. Era venerado como el dios de los sacerdotes y de la sabiduría

CULTURAS PREHISPANICAS

LOS AZTECAS

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El poderoso imperio Azteca dominó México hasta el siglo XV. Tenía por capital Tenochtitlán (la actual Ciudad de México), levantada en una isla cenagosa en medio del lago Texcoco. Según la leyenda, los Aztecas, en pleno viaje, observaron un águila, emblema de Huitzilopochtli, el dios les dijo que fundaran una ciudad en ese mismo lugar, Tenochtitlán (“el lugar del fruto de nopal”). La rica cultura de los aztecas se vio influenciada por la piramidal de los templos aztecas, el juego de pelota o los rituales con sacrificios humanos. Asimismo, adoptaron una gran cantidad de dioses mayas.

QUETZALCÓATL

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Hijo de la Tierra y el Sol, la serpiente Quetzalcóatl (“la serpiente emplumada” o “el Gemelo Amada”) era el dios de la vida y el viento. Era venerado como el dios de los sacerdotes y de la sabiduría, y se le atribuía el invento del calendario. Los aztecas creían que vivían en el Quinto Sol, o Era, del mundo. Cada una de las eras precedentes había acabado con una catástrofe. Al finalizar las cuatro primeras, Quetzalcóatl fue a los infiernos junto a Xolotl para robar los huesos con los que creó al pueblo del Quinto Sol.

XOLOTL

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Xolotl, hermano gemelo de Quetzacóatl, tenía la forma de un perro deformado. La respuesta a las oraciones que la gente le dirigía dependía de cómo tuviese orientadas las orejas. Ayudó a crear la humanidad, pero su agreste temperamento hizo que se arrepintiese y se vengase llevando las desgracias al mundo. Tenía un ojo quemado, fiel reflejo de las adversidades por las que tuvo que pasar, y era el dios del juego de pelota y de los gemelos.

CHALCHIUHTLICUE

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Diosa de los ríos, los manantiales y los lagos, Chalchiutlicue (“falda de jade”) era capaz asimismo de provocar huracanes y fuertes vientos. Estaba casada con Tlaloc, el dios de la lluvia. También era venerada como diosa de la infancia y protectora de los niños, debido al hecho de que las embarazadas rompen aguas antes de dar a luz.

TEZCATLIPOCA

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Tezcatlipoca (“el Señor del Espejo Ahumado”) era el dios supremo del panteón azteca. Empuñaba un espejo mágico con el que adivinaba el futuro, y solía adoptar numerosas formas; de hecho, se decía que los demás dioses creadores no eran sino encarnaciones suyas. Se le conocía también como Yoalli Ehecatl y Tepeyollotli. Hacia el final tomó la forma de un jaguar, el rey de los animales según los aztecas.

TENOCHTITLÁN

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La historia de los Aztecas está profundamente ligada a la llegada de las siete tribus Nahutlacas (gente que habla claro o gente que se explica) al valle de Anáhuac. Estas tribus llegaron del norte, procedentes de un lugar llamado Chicomoxtoc (lugar de las siete cuevas). Los historiadores no se ponen de acuerdo con respecto al sitio donde se localizaban estas siete cuevas que algunos creen que eran siete ciudades. En lo único que están de acuerdo es en que el sitio indicado estaba al Norte. Estas siete tribus fueron los Xochimilcas, los Chalcas, los Tecpnaecas, los Acolhuas, los Tlaxcaltecas, los Tlahuicas y los Aztecas, quienes fueron los últimos en llegar, cuando ya otras tribus estaban instalados en los lugares que juzgaron adecuados y que harían famosos con su presencia y desarrollo. Todos estos grupos tenían un mismo origen étnico y procedían del mismo lugar; hablaban el mismo idioma y tenían las mismas costumbres.

CULTURA MAYA

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La poderosa civilización Maya floreció en la península del Yucatán, México, entre el 250 y el 900 d. C. La cultura maya giraba en torno a una serie de centros espirituales con grandes plazas y templos en forma de pirámides donde se adoraban a los dioses. Se han conservado la mayoría de sus leyendas mitológicas gracias a las inscripciones en su peculiar escritura iconográfica. Se conocen unas 30 divinidades, aunque existieron muchas más, y solían adoptar formas humanas o de animales. La mayoría de ellas se relacionaba con el clima y las cosechas, dos aspectos indispensables sobre los que se asentaba la supervivencia y prosperidad de la cultura maya.

LAS CIUDADES MAYA

Los mayas se destacaron por ser excelentes arquitectos. En general, las ciudades mayas eran grandes centros ceremoniales y administrativos. Alrededor de una plaza central se levantaban enormes templos construidos con piedra, y otros edificios en lo que vivían los sacerdotes y nobles. Más afuera, dispuestas en forma dispersa, se hallaban las viviendas de la gente común. La mayoría de los templos se levantaban sobre una pirámide escalonada de cuatro lados, con la cima truncada. En los templos había altares en los que se realizaban sacrificios. Habitualmente, las paredes de estos edificios estaban adornadas con pinturas murales de una extraordinaria belleza, que realizaban con pigmentos de origen vegetal y animal. En el interior de estas construcciones se encontraron numerosas estelas, que eran bloques de piedra en los que se tallaban escenas importantes de la vida de los mayas.

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