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Hiperinflación Аlemania años 20


Enviado por   •  28 de Abril de 2015  •  Informes  •  2.803 Palabras (12 Páginas)  •  278 Visitas

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1. HIPERINFLACIÓN ALEMANIA AÑOS 20

El término hiperinflación hace referencia al desorden monetario provocado por la subida rápida e incontrolada de los precios. La moneda del país que la padece pierde su valor. Para adquirir mercancías y servicios es necesario el desembolso de grandes cantidades de numerario. Por su parte, los salarios crecen a menor ritmo que los precios y con ello se erosiona su poder adquisitivo. La masa monetaria circulante es enorme, pero su valor nominal no se corresponde con el real.

El periodo de hiperinflación en la República de Weimar aconteció entre 1921 y 1923 en la República de Weimar, nombre histórico con el que se identifica a Alemania durante el período de entreguerras. No fue la primera ni la más fuerte de la serie de hiperinflaciones que asolaron Europa en los años 1920, pero es el caso más destacado de la historia, ya que en ella se sucedieron situaciones tales como: aumento de los precios, de los tipos de interés, modificaciones del tipo de cambio y abandono de la moneda como unidad de intercambio.

“En aquellos tiempos las complicaciones cotidianas de la vida en la capital eran tales que se precisaban amplios conocimientos matemáticos para las cuestiones más elementales. La prensa de cada mañana publicaba los precios del día:

Billete de tranvía......................................... 50.000 marcos. (...).

Coches de caballos..................................... 300.000 marcos.

Baños públicos............................................ 115.000 marcos.

Asistencia médica........................................ 80.000 marcos."

Adam Fergusson. Cuando muere el dinero.

CAUSAS

Desde los días de la Primera Guerra Mundial el Goldmark, la moneda del Imperio Alemán, había sufrido una grave pérdida de valor real y de poder adquisitivo pues el gobierno germano emitió papel moneda para hacer frente a sus necesidades derivadas de la guerra, llamando Papiermark a estas nuevas emisiones. Debido a las urgencias nacidas del conflicto, el Papiermark carecía de respaldo en oro y no era convertible en este metal precioso, lo cual era una situación inusual para la época, donde el esquema del patrón oro requería que todas las emisiones de papel moneda de un país estuvieran respaldadas en oro precisamente para garantizar su valor.

Tras el término de la Primera Guerra Mundial en noviembre de 1918 las potencias vencedoras como Francia y Gran Bretaña impusieron a la derrotada Alemania el pago de reparaciones de guerra por la destrucción causada durante el conflicto, sufrida principalmente en Bélgica y el norte de Francia, atribuyendo toda la responsabilidad por ello sobre Alemania, fijando esta condición en el Tratado de Versalles de 1919.

Pese a que las reparaciones eran por montos muy elevados para la época (implicando varios miles de millones de marcos alemanes), no abarcaban a todos los ingresos del gobierno alemán y se habían discutido plazos y montos de pago. No obstante, la República de Weimar había heredado la moneda depreciada del gobierno imperial y también carecía de reservas de oro suficientes, por lo cual se siguió usando el Papiermark como dinero sin respaldo.

El Papiermark, pese a la exigencia de las reparaciones, mantenía un tipo de cambio relativamente estable en los 60 marcos por cada dólar estadounidense durante la primera mitad de 1921.1 Sin embargo, el ultimátum de Londres por las reparaciones de guerra de mayo de 1921 demandó un total de 2.000.000.000 de marcos de oro anuales, una suma elevadísima y sin precedentes que representaba más del 26% del valor de las exportaciones alemanas. El primer pago se realizó en agosto de 1921.2

La fuga de marcos de oro (la parte de la emisión monetaria que sí tenía respaldo en oro del gobierno alemán) causó un severo daño a la economía, en tanto la República de Weimar debía utilizar papel moneda impreso apresuradamente para cubrir sus demás actividades, y parte de la riqueza generada por la economía local era absorbida por la urgencia de pagar reparaciones de guerra. No obstante, el costo real de estas reparaciones sólo ascendía a un tercio del déficit nacional total de Alemania, por lo cual el gobierno germano recurrió a la emisión de papel moneda principalmente para afrontar sus propias necesidades internas. Al aumentar desmesuradamente el flujo de dinero circulante entre la población, éste empezó inevitablemente a devaluarse.

El estado que sufre este fenómeno asiste al derrumbe de su sistema productivo, pues los productos que fabrica dejan de ser competitivos en el exterior y las empresas se ven forzadas a disminuir su actividad o a cerrar. La principal secuela social de la hiperinflación es el desempleo.

Las repercusiones políticas se traducen en el agravamiento de las tensiones y en el rápido desprestigio del gobierno que ostenta el poder. Psicológicamente da lugar a un generalizado pesimismo frente al futuro, llegando a modificar los hábitos de vida de amplias capas de la sociedad.

"En tiempos de hiperinflación, un kilo de papas puede valer más que toda la plata de la familia y un pedazo de carne más que el piano de cola. Una prostituta en la familia es mejor que un hijo muerto; robar es preferible a pasar hambre; no pasar frío es más importante que conservar el honor; el vestirse está antes que las convicciones democráticas y comer es más necesario que la libertad"

Adam Fergusson. Cuando muere el dinero.

Evolución del índice de precios al por mayor en Alemania

Julio de 1914 1

Enero de 1919 2,6

Julio de 1919 3,4

Enero de 1920 12,6

Enero de 1921 14,4

Julio de 1921 14,3

Enero de 1922 36,7

Julio de 1922 100,6

Enero de 1923 2.785

Julio de 1923 194.000

Noviembre de 1923 726.000.000.000

La mayor parte de los pagos se efectuaron emitiendo dinero sin límite. En 1923 franceses y belgas invadieron el Ruhr, una de las zonas más industrializadas de Alemania como medida de presión para que ésta reiniciase los pagos que había suspendido unilateralmente. El gobierno alemán incitó a la resistencia pasiva y como compensación a los industriales alemanes que se habían visto obligados a paralizar su producción, se emitió gran cantidad de moneda. Los billetes puestos en circulación por el Estado hicieron subir los precios y la moneda sufrió un incremento de su valor nominal sin la menor correspondencia con su poder de compra real. En 1923 se llegaron a emitir billetes con un valor teórico de cientos de millones de marcos.

"Los hombres y las mujeres se apresuraban a gastar sus sueldos, a ser posible, a los pocos minutos de cobrarlos. Los billetes eran llevados a las tiendas en carretilla o en cochecitos de niño. (...) Aquel otoño, en Alemania, se utilizaron virtualmente todas las prensas capaces de imprimir dinero. En realidad los billetes manaban a raudales. Y a veces el comercio se interrumpía al retrasarse las prensas en producir nuevos billetes de cifras lo bastante altas para que fuese transportable la cantidad de papel necesaria para la compra del día."

J.K. Galbraith, El dinero, 1975.

Billete de 10.000 marcos. Enero de 1922

Billete de cien millones de marcos. 1923

Aunque la inflación remitió a partir de 1924, la ruina de los pequeños ahorradores, el empobrecimiento de los asalariados y el desempleo, provocaron serios problemas sociales y el descrédito de la República de Weimar.

AL comenzar la Primera Guerra Mundial, la moneda de 20 marcos valía aproximadamente US$ 4,76, pero al terminar la guerra nadie tenía oro sino papeles moneda. El marco pasó, de 17.972 marcos por dólar en 1923 a 4.200.000.000.000 de marcos por dólar, el 20 de noviembre de 1923. El Reichbank imprimió el día 25 de octubre de 1923, la cantidad de 120.000.000.000.000.000.000.000 (120 mil trillones) de marcos en billetes, para poder atender la demanda del mercado hiperinflacionario.

Más valía el papel en el que estaba impreso este billete de 100 billones de marcos.

En términos de inflación hasta 1920, la economía alemana no se vio afectada de manera notoria, excepto por las consecuencias lógicas de la guerra, pero a partir de 1921, los signos inflacionarios fueron marcadamente preocupantes. Los precios de los alimentos subieron escandalosamente, sextuplicándose semanalmente. Es decir el producto que un día costaba un marco, a la semana siguiente costaba seis y esa escalada parecía no tener fin.

A partir de mediados de 1923, la inflación multiplicó los precios 100 veces y los alimentos se multiplicaron por 135. A partir de noviembre de 1923, los precios aumentaron entre 1 millón y mil millones de veces.

Ese brutal incremento se reflejó en el valor de las estampillas de correos. En 1920 el valor más alto de una estampilla era de 4 marcos. A partir de 1923, la depreciación fue tal que era imposible emitir nuevas estampillas por tanto remarcaban los precios. El valor de la estampilla de 4 marcos fue elevado a 50 mil millones de marcos. Muchas de esas estampillas se compraban, pero incluso no podían ser usadas al día siguiente. De hecho, las estampillas remarcadas y utilizadas, con el sello postal que las invalidaba, tenían un valor filatélico mayor que las estampillas nuevas, cosa inusual entre los coleccionistas. Muy pocas de las más de 200 variedades de estampillas emitidas en esa época tuvieron algún valor para los filatelistas.

Pero la inflación que perjudicó a millones de personas, benefició a algunos pocos. Los compradores se perjudicaban con el incremento de los precios. Los empleados con sueldos fijos se perjudicaban lo mismo que los acreedores. Pero por otro lado, quienes hacían pagos con tasas fijas, cosa usual para algunos deudores, se beneficiaban. La inflación eliminó las pólizas de seguros, los ahorros bancarios y en general cualquier tipo de ahorro porque lo más sensato era gastar el dinero el mismo día que se ganaba. Cuando se pagaba una póliza de seguros en 1923, el valor de la estampilla con el que se enviaba el sobre con el cheque era mayor que el monto del beneficio. La hiperinflación obligó a la eliminación de todas las deudas contraídas hasta 1921. Por ejemplo, el valor de una hipoteca de 10 millones -medida en dólares en 1913- en 1923 valía 1 centavo de dólar.

En 1924, la inflación cambió substancialmente la distribución de la riqueza en Alemania. El índice de inflación aumentó, de 39.2% para el período de 1920 a 1922, a la gigantesca cifra de 56.000.000.000% para el período de julio a fines de octubre de 1923.

La clase más golpeada fue la clase media. En la mayoría de los casos los sueldos se pagaban dos veces al día y era urgente gastarlo inmediatamente. Se les daba a los trabajadores un receso de media hora, dos veces al día, para que compraran lo que necesitaban, mayormente alimentos. Esperar dos horas podía significar comprar sólo la mitad de comida. Como no se podían remarcar los precios tan rápidamente, los comerciantes mantenían las etiquetas, pero exhibían un factor de multiplicación que variaba constantemente. Cada hora el comerciante llamaba al banco para que le dieran la nueva tasa de cambio referente al dólar y modificaba el factor de multiplicación aumentándolo un poco, para anticiparse al nuevo incremento. Los telefonistas de los bancos respondían las llamadas de manera peculiar: "100 milliarden, bitte sehr, guten Tag' que significaba: "La cotización actual del dólar es de 100 mil millones. Muchas gracias. Buenas tardes."

Por su parte, los pobres tenían poco que perder y en el otro extremo, los ricos, tenían medios para obtener ganancias con métodos no afectados por la inflación, por ejemplo con la compra a tiempo de moneda extranjera, depósitos e inversiones en el extranjero, compra de bienes raíces, joyas, etc.

Luego de la subida de Hitler al poder, bajo la dirección del Dr. H. Schacht, súbitamente, a fines de noviembre de 1923, la inflación comenzó a ceder. El hombre que hizo el milagro se llamó Hjalmar Horace Greeley Schacht, que con hábiles políticas económicas sacó a Alemania del marasmo en que se encontraba y la perfiló como una potencia económica en 1939. Schacht, inició un plan de recuperación económica basado en la generación de empleo mediante obras públicas, en especial de construcción civil, control de precios y control de cambios.

La nueva política de Hitler, fomentó la industria de armamentos y el Estado dejó de pagar las reparaciones de guerra. Inmediatamente, el desempleo bajó de 6 millones de desocupados en 1932, a 1 millón en 1936.

Cuando estalla la guerra, debido a las tasas impositivas y los recursos obtenidos de los países ocupados, juntamente con una congelación de precios obligatoria, los ingresos del Estado le permiten a Alemania estabilizar la economía hasta el final de la guerra.

Después de la guerra, Alemania sufre un proceso regresivo con una hiperinflación similar a la sufrida luego de la Primera Guerra Mundial por los efectos que le causó el Tratado de Versalles en 1919. En 1945, las libretas de racionamiento y los permisos necesarios para todas las actividades normales de un ciudadano, llegan a valer más que la moneda, y en el mercado negro, los cigarrillos, jabón, carne enlatada y chocolate se utilizan como dinero.

2. LA GRAN DEPRESION

La Gran Depresión es la mayor crisis económica y financiera que ha sufrido Estados Unidos. Sus causas fueron una combinación de factores, en parte todavía hoy discutidos por los historiadores.

Si bien no hay acuerdo sobre el peso de cada una de las siguientes causas, no cabe duda que entre todas jugaron un importante papel en el desencadenamiento de la Gran Depresión.

La Crac de la Bolsa de Nueva York de 1929

El 29 de octubre de 1929, la bolsa de Nueva York cayó un 11 por ciento. La caída prosiguió en los tres días siguientes alcanzando el 30 por ciento de su valor. Ese día se conoce como Martes Negro y se considera como el inicio de la Gran Depresión y el desencadenante de un gran pánico financiero y de la pérdida de la confianza en el sistema económico de los Estados Unidos.

Quiebra masiva de bancos

En los primeros años de la Gran Depresión, más de nueve mil bancos quebraron, dejando sin ahorros a los depositantes. En aquel momento, a diferencia de lo que ocurre ahora, no existía la garantía del FDIC. Esto quiere decir que los depósitos de dinero no estaban asegurados en ninguna cantidad. Si el banco quebraba, los ahorradores se quedaban sin dinero. Y esto fue precisamente lo que ocurrió.

Además, al ver lo que estaba ocurriendo con unos bancos, hubo una retirada masiva de ahorros de todo tipo bancos ante el miedo de quedarse sin ahorros. Lo cual llevó a la quiebra a instituciones bancarias que eran solventes, pero que no pudieron hacer frente a la retirada gigantesca de depósitos.

Paralización de los negocios

Al quebrar los bancos, los negocios tuvieron cada vez más difícil el acceso al crédito para financiar sus empresas. Además las quiebras de los bancos y la caída de la bolsa de Wall Street habían acabado con los ahorros de miles de americanos. Lo que se tradujo en una menor demanda por la compra de productos y servicios.

Las empresas reaccionaron intentando sobrevivir recortando gastos, entre ellos, el de sueldos de trabajadores. Esta fue la época de despidos masivos llegando el índice de desempleo al récord histórico en los Estados Unidos del 25 por ciento.

Mala política económica del gobierno

Entre las medidas que adoptó el gobierno de Washington para intentar proteger la economía de los Estados Unidos una destaca por su carácter contraproductivo: el establecimiento de las tarifa Smoot-Hawley en 1930.

La idea era proteger la producción nacional estableciendo tarifas a la importanción. De esta manera, los productos importados serían mucho más caros y así habría más mercado para los nacionales. Aunque en un principio se había pensado aplicar sólo a bienes agrícolas para proteger a los agricultores americanos, la tarifa se extendió a muchos más productos, incluidos bienes industriales.

Si bien la teoría de esta política era proteger la producción interna, la práctica resultó ser muy diferente. Los países europeos, que fueron los principales perjudicados por esta medida, adoptaron políticas similares en venganza. Y así, Estados Unidos se quedó sin un mercado internacional en el que poder vender sus productos agravándose más la crisis interna. Y es más, la medida generó una parálisis del mercando internacional a nivel mundial, llevando la crisis económica a nuevos países.

Asimismo, también influyó el mantenimiento del patrón oro, que contribuyó a provocar una deflación.

Una sequía de proporciones bíbilicas

Una gran sequía golpeó a los estados de las Grandes Praderas de los Estados Unidos. Los efectos se agravaron porque tras décadas de explotación no sostenible los suelos estaban totalmente desertificados.

Cuando la sequía golpeó la zona se conviertió en una gran “ensaladera de polvo” o Dust Bowl en inglés. A veces era imposible ver más allá de un par de metros. Las enfermedades respiratorias se dispararon, las cosechas se echaron a perder, las hipotecas y los préstamos dejaron de pagarse y se desencadenó la mayor migración interna de los Estados Unidos.

Hasta dos millones de personas emigraron desde estados como Oklahoma, Kansas, Texas, Nuevo México y Arkansas hacia el nuevo edén: California.

Medidas contra la Gran Depresión

Cuando Franklin Delano Roosevelt toma posesión como presidente en 1931, introdujo una serie de medidas conocidas como Nuevo Trato o New Deal para hacer frente a la crisis. Todavía hoy su efectividad sigue siendo objeto de gran debate entre historiadores y economistas.

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