Hispanoamérica

Hispanoamérica hacia 1880 comenzó un proceso de industrialización apostando a la exportación básicamente de materias primas, esto hizo que se dejara a un lado lo que fue el pacto colonial impuesto por las metrópolis ibéricas y se comenzara con una nueva etapa en Latinoamérica. Este nuevo comienzo trajo consigo una reorganización en las tareas económicas de diferentes sectores sociales, produciéndose una disyuntiva entre las metrópolis, que se vieron altamente beneficiadas con su nuevo rol económico ,y las clases altas locales que comenzaron a visualizar la ruptura de esa alianza hegemónica que mantenía con la metrópolis tiempo atrás. Así se vio también el surgimiento de una nueva clase social: la clase media, que comenzaba a ser más exigente, junto con algunos trabajadores de áreas donde las clases altas ponían más resistencia a las presiones metropolitanas. Esto a su vez tiene su correlato político que tiene que ver con un proceso de democratización que ayuda a la incorporación de otros sectores, mediante el sufragio universal, al plano político.

En este orden neocolonial la metrópolis que contaba con un nivel de capital importante toma el dominio de actividades como la minería, así también, actividades vinculadas con el transporte, frigoríficos, silos de cereales e ingenios de azúcar, pasan a ser enclaves de la economía metropolitana en tierras marginales. Las metrópolis se lanzan a la conquista de economías dependientes como por ejemplo: es el caso de Cuba con la conquista de tierras azucareras primero por España y luego por compañías norteamericanas, es el caso de Puerto Rico, Haití, y Santo Domingo donde el imperio del banano se apodera de sus tierras y son operados desde Boston. Esto trajo consecuencias en las clases altas locales que pese a seguir manteniendo un apoyo político, comercial y financiero se vieron debilitadas frente a los emisarios económicos metropolitanos.

La aparición de diferentes sectores sociales como es la clase media y los nuevos trabajadores urbanos comienzan a plantear cambios internos con respecto al rol de las oligarquías en el plano político. Sin embargo estos movimientos antioligárquicos solo se dan de modo masivo en México durante ciertas etapas de revolución, aun en tiempos en que los movimientos antiologarquicos contaron con algún tipo de poder político, no introducen un cambio significativo en lo social ni el económico. Sin embargo, sí se puede ver en Argentina movimientos estudiantiles inspirados en revoluciones como es la rusa y la mexicana exigiendo un compartimiento en el gobierno universitario. Eliminan el poder absoluto de los profesores y logran que se comparta el gobierno universitario con los estudiantes. De estos movimientos estudiantiles altamente politizados surgen futuros líderes revolucionarios como por ejemplo Fidel Castro. A pesar de ello, el movimiento estudiantil no logra instalarse de modo permanente en el ámbito político.

Ya en 1930 con la crisis mundial, Latinoamérica se ve fuertemente afectada debido a la dependencia financiera de potencias como Inglaterra y otras potencias continentales europeas, provocando luchas desiguales con los poderosos acreedores. Este pacto neocolonial se ve afectado cuando Estados Unidos comienza una disputa de poder con otras potencias mundiales como Alemania e Italia. La primera intervención de Estados Unidos fue la de colocarse como “gendarme” al servicio de las relaciones financieras, esto quiere decir que si algún estado Latinoamericano tuviese una deuda con acreedores europeos, ellos serían los únicos encargados de tomar medidas, incluso a favor de intereses europeos, utilizando la fuerza para acatar las ordenes necesarias a beneficios de estas potencias. Estas medidas fueron tomadas por el pueblo Latinoamericano con una cierta incredulidad, ignorando la nueva potencia hegemónica que se estaba consolidando. A partir de ese entonces EEUU busca imponerse sobre América Latina e institucionaliza esa relación y forma la Organización de Estados Americanos con carácter de pacto regional en el marco de las naciones unidas, sin embargo, no le fue fácil imponer su hegemonía, ya que la dependencia comercial que tenía por ejemplo Argentina con Gran Bretaña, ofrecía una gran resistencia. A pesar de ello, esta situación comienza a cambiar hacia 1914 frente a la gran depresión y la guerra, EEUU comienza hacer inversiones aumentando la dependencia hacia EEUU sobre todo en áreas del Caribe y Centroamérica. Finalmente con el fin de la era del ferrocarril, Inglaterra pierde su dominación mercantil y financiera dando lugar a Norteamérica a invertir en el transporte automotor que le asegurara nuevos mercados en el continente.

Otro caso de intervención

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