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Historia De Japon


Enviado por   •  27 de Mayo de 2012  •  2.439 Palabras (10 Páginas)  •  493 Visitas

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Historia de Japón

La historia japonesa ha estado condicionada por su relativo aislamiento geográfico, ya que la única extensión cercana de tierra es la península de Corea, que la conecta con el mundo chino. Hacia el sur y el este está rodeada por océanos, mientras que hacia el noroeste se extienden únicamente las bárbaras estepas de Siberia. Por este motivo, la civilización en Japón recién se instaló más o menos a comienzos de la Era Cristiana, en lo que se conoce como Época Yayoi. Se sabe que algunos reinos semibárbaros japoneses eran tributarios del Imperio Han, en China. El resto del territorio estaba poblado por tribus de cazadores-recolectores llamados ainus.

Índice

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1 Inicio del Mikado

2 Período Tokugawa

3 Era Meiji (1868-1912)

4 Era Showa (1926-1989)

4.1 El Imperio japonés

4.2 Periodo de la Ocupación (1945-1951)

5 Período Heisei

6 Referencias

[escribe] Inicio del Mikado

Después de la caída del Imperio Han, el archipiélago japonés emprendió un camino propio, aunque bajo la influencia de los monjes budistas provenientes de China. Hacia el siglo VI d.C. comenzó la institución del Mikado, llamada también el Trono del Crisantemo, el largo linaje de emperadores japoneses que han gobernado por lo menos unos quince siglos, y es la dinastía más antigua del planeta actualmente en el trono. El año 710, el Mikado abandonó su existencia seminómada a lo largo de todo el sur del Japón (la región conocida como Yamato), para instalarse como gobierno sedentario en Nara. La capital permanecería casi un siglo en dicha ciudad, siendo trasladada a Kioto el año 794.

Durante todo el período de Nara, y la primera parte del período de Kioto, la influencia china sobre la cultura japonesa fue muy marcada. Posteriormente, hacia los siglos IX y X, los japoneses desarrollaron una cultura con caracteres propios, llegando a la cúspide de su civilización.

Castillo Matsue.

Sin embargo, el militarismo de las regiones al norte del Yamato, en permanente guerra con los ainus del norte del archipiélago, desató una violenta guerra civil el año 1156. Siguieron una seguidilla de guerras que trajeron consigo gran inestabilidad, y en la que los generales (llamados shogunes) alcanzaron una gran relevancia. Finalmente, el año 1183 el general Minamoto Yorimoto tomó Kioto por la fuerza y amenazó al Mikado, por lo que éste le nombró shogún y le confirió plenos poderes. En la práctica, aunque el Mikado seguía en funciones, éste quedó reducido a un papel meramente decorativo, mientras que serían los shogunes quienes tomarían a su cargo el gobierno hasta el año 1867. A la muerte de Yorimoto, el Shogunato pasó a manos de su familia política, los Hojo, razón por la que a este período se le conoce más o menos indistintamente como Shogunato Minamoto o Shogunato Hojo. Después de una gran revuelta de tres años (entre 1333 y 1336), los Hojo fueron derrumbados, y el poder recayó en la familia Ashikaga. Los shogunes Ashikaga garantizaron cierta paz contemporizando con los daimios, la turbulenta nobleza feudal japonesa que había conseguido semiindependizarse del poder central aprovechando el caos, y habían tomado a su cargo diversos ejércitos compuestos por tropas cada vez más disciplinadas y militarizadas, los samurai. El verdadero poderío de los samurai había quedado en evidencia cuando Kublai Khan había intentado en 1292 una masiva invasión contra Japón, siendo duramente derrotado por el eficiente arte militar de sus enemigos. Entre la clase militar japonesa prosperaría grandemente una nueva variante de filosofía budista alejada de los cánones mahayánicos tradicionales: el budismo Zen.

La alianza entre los Ashikaga y los daimios trajo algo de paz a Japón, hasta que en 1470 este equilibrio político se rompió, y estalló una nueva seguidilla de guerras civiles. Los Ashikaga consiguieron mantenerse algo más de un siglo en el poder, pero finalmente el último miembro de la familia fue derrocado en 1588. A finales del siglo XVI, una serie de caudillos militares (Oda Nobunaga, Toyotomi Hideyoshi y Tokugawa Ieyasu) emprendieron una salvaje oleada de guerras que en algo menos de un cuarto de siglo unificaron la totalidad del archipiélago japonés bajo la égida de la familia Tokugawa. El Shogunato Tokugawa gobernaría Japón en paz entre 1603 y 1867, gracias a la implacable opresión a la que Tokuwaga Ieyasu y sus sucesores sometieron a los rebeldes daimyos.

Torii del Santuario Itsukushima.

En la época final del período Ashikaga, los europeos llegaron por primera vez a Japón, tratando de introducir el cristianismo, y buscando fundar factorías comerciales. Tras una tibia primera reacción, Ieyasu consideró que la nueva religión era atentatoria contra las prácticas ancestrales de los japoneses, y desató una dura persecución que tuvo como hito simbólico la crucifixión de veintiseis mártires en Nagasaki (1596). Un capitán español había comentado a uno de los Daimyos que los españoles conseguían dominar el mundo mandando monjes a las tierra para conquistar, y donde más tarde con la ayuda interna de los creyentes católicos, llegarían a dominar las tierras con pocos soldados españoles.

En años posteriores los Tokugawa expulsaron a todos los comerciantes occidentales de Japón, salvo a los holandeses, a quienes les permitieron permanecer en la isla de Deshima, cerca de Tokio, en condiciones de casi total aislamiento. Japón fue una sociedad cerrada a las influencias extranjeras durante 230 años, desde el decreto de reclusión de 1638 hasta la restauración del poder imperial y la Revolución Meiji que comenzará en 1868.

[escribe] Período Tokugawa

Barco japonés (1634).

Hacia 1600 el shogún Tokugawa consiguió someter a dominio feudal a todo el Japón, pero no era el emperador legítimo sino sólo un señor feudal: un samurai. En general el período Tokugawa fue de gran tranquilidad. Sin embargo, la cultura japonesa se había esterilizado profundamente. Los japoneses experimentaron un proceso de «retorno a las raíces», expresado en el renacimiento de los cultos ancestrales, hasta conformar la religión semiestatal que recibe el nombre de sintoísmo.

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