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Historia Economica De Japon

djgn8725 de Enero de 2015

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EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA ECONOMIA JAPONESA: DEL

SIGLO XIX A LA CRISIS ACTUAL

En este módulo presentaremos aquellos aspectos más relevantes del desarrollo

económico de Japón a partir del periodo de autarquía del siglo XVII hasta la actualidad,

destacando el papel que han jugado los distintos agentes económicos.

1.1 Del desarrollo industrial del siglo XIX hasta la posguerra

1.1.1 El periodo Tokugawa 1603-1868

1.1.2 La Restauración Meiji 1868-1914

1.1.3 El periodo de guerras 1914-1945

1.1.4 Reconstrucción y recuperación 1945-1953

1.2 El Milagro económico del posguerra

1.2.1 Rasgos del proceso de crecimiento económico

1.2.2 Principales fuentes del crecimiento económico

1.2.3 El papel de la inversión japonesa en el exterior en el

crecimiento económico

1.3 Endaka y la década de los ochenta

1.3.1 Las crisis de los años setenta

1.3.2 Los acuerdos del Plaza

1.3.3 El origen de la burbuja económica

1.4 Crisis e inicio de recuperación

1.4.1 Periodo de recesión y deflación: los ciclos

1.4.2 Crisis financiera y política monetaria

1.4.3 Política fiscal

1.4.4 Debate y signos de recuperación

1.5 Conclusiones

2

1.1 El desarrollo industrial del siglo XIX

1.1.1 El periodo Tokugawa 1603-1868

Desde finales del siglo XII (1192) hasta el siglo XVII (1603) Japón estuvo

dirigido por samurai, pero sus políticos eran inestables y las rebeliones y luchas

por el poder por parte de los daimyô1 constantes, especialmente durante el periodo

de los estados guerreros o periodo Sengoku (1573-1603). Finalmente Tokugawa

Ieyasu2, que había conservado un extenso territorio en la región de Kanto y se

había asentado en Edo (nombre antiguo para Tokio) consiguió derrotar a sus

rivales y establecerse como primer shôgun 3 del bakufu 4 de Edo en 1603,

imponiendo la hegemonía Tokugawa, que durará hasta la Restauración Meiji

(1868).

Los dos siglos y medio de hegemonía Tokugawa condicionaron el modo de

pensamiento japonés, su escala de valores, su conducta social y sus instituciones.

Si bien la hegemonía Tokugawa acabó con el estado de guerras también aisló

Japón del resto del mundo, de los avances científicos, tecnológicos y culturales

que se produjeron en Europa y en América durante estos 250 años.

Durante el periodo Edo, o periodo Tokugawa, se crearon en Japón las condiciones

internas para la industrialización y modernización posterior. Estas condiciones

internas pueden sintetizarse en:

· Unidad política y estabilidad

· Desarrollo de la agricultura

· Desarrollo del transporte y de mercados nacionales

· Auge del comercio, de las finanzas y de una clase comerciante adinerada

· Crecimiento de actividades manufactureras como la artesanía y la

alimentación

· Promoción industrial por los gobiernos locales (han)

· Alto nivel de educación

El bakufu (gobierno central) adoptó una sociedad basada en un rígido sistema de

clases, originaria del confucianismo chino, que se distinguían no solo por la

educación sino también por su privilegio y estatus: de las cuatro clases los samurai

eran la clase dominante. Los 大名daimyô pertenecían a lo más alto de esta clase.

Poseían grandes extensiones de terreno (藩 han) que gobernaban libremente.

Desde sus castillos controlaban a sus vasallos (侍samurai) y a la gente que vivía

en sus dominios, la mayoría campesinos. Los samurai al servicio de los señores

1 Señor de la guerra: Jefe samurai de la región o gobierno local (han)

2 Ieyasu era ambicioso y despiadado. Obedeció a Nobunaga (su predecesor) cuando éste le ordenó

ejecutar a su propia esposa y obligar a su hijo a someter seppuku (suicidio ritual)

3 Originalmente comandante supremo, pero habitualmente significa gobernador militar

4 Gobierno central establecido por el gobernador militar (shôgun)

3

daimyô residían normalmente en el castillo y dado que no tenían propiedades

cobraban su paga en arroz. Había grandes diferencias de paga entre los samurai

de clase alta y los de clase baja, tampoco podían casarse entre miembros de ambas

clases. A los samurai se les permitía llevar espada y debían comportarse según el

código guerrero (bushido).

El segundo escalafón social lo formaban los campesinos, que eran la base de la

economía del país. Se calcula que representaban el 80 por ciento de la población

de Japón, aproximadamente unos 30 millones al final del periodo. Los campesinos

trabajaban la tierra, que pertenecía al, y entregaban una parte de ka cosecha,

generalmente de arroz, como impuesto (habitualmente entre el 40 y el 50 por cien,

en algunos casos más.)

Con anterioridad no existía una separación tan estricta entre los samurai y los

campesinos y de hecho ambas actividades se alternaban, así en tiempos de paz el

samurai se dedicaba a cultivar la tierra mientras que en tiempos de guerra luchaba

junto a su señor. En el periodo de los estados guerreros, a finales del siglo XVI,

los samurai se dedicaron mucho más intensamente a la lucha desplazándose con

su señor. Posteriormente, con Hideyoshi, se restringió la posibilidad de que los

campesinos abandonaran las labores del campo, y ya definitivamente con el

bakufu Tokugawa se establecieron las diferencias de clase y estatus entre samurai

y campesinos.

El tercer grupo social lo formaban los artesanos y comerciantes. Representaban

aproximadamente el 13 de la población y habitaban en las ciudades que se habían

ido formando entorno a los castillos. Desde el punto de vista del confucianismo no

estaban bien considerados pero lo cierto es que alcanzaron un notable desarrollo

durante este periodo gracias al crecimiento comercial impulsado por el bakufu y

por algunos daimyô. Algunas ciudades como Osaka se convirtieron en

importantes centros comerciales con poderosos gremios artesanales,

monopolizando el comercio de determinados productos como el índigo y el azúcar.

La tercera y última clase social la formaban los parias. Dentro de este grupo se

distinguían a su vez dos subgrupos, el primero eran los hinin 非人, comerciantes

itinerantes, pobres, prostitutas, delincuentes. El segundo grupo eran los eta 穢多,

clasificados como parias por nacimiento, destacaban algunas profesiones como

matarife, curtidor, cestero y zapatero, entre otras. Este grupo vivía en la más

absoluta marginación y discriminación.

Políticamente era un sistema muy centralizado. en la figura del bakufu, quien

tenía el poder absoluto sobre los gobiernos locales (han). El shôgun entregaba a

los daimyô la tierra para que la gobernaran, a cambio estos debían lealtad al

shogun y cualquier signo de desobediencia estaba penado, incluso con el seppuku.

Los daimyô tenían prohibido establecer vínculos matrimoniales sin la autorización

del bakufu, tampoco podían reparar sus castillos sin conocimiento del bakufu.

Tenían la obligación de pagar las obras públicas como construcción de carreteras,

canales, fosos y pantanos.

También se les obligaba a desplazar su residencia a Edo como forma de control.

En el caso de los daimyô cuyas tierras estaban cerca de la capital rotaban cada seis

4

meses y en el caso de los daimyô de tierras lejanas tenían que permanecer un año

en Edo por cada dos años en su dominio, mientras que la familia residía, por ley,

en la capital. De esta forma las familias de los daimyô se convertían en perpetuos

rehenes frente a posibles ofensivas contra el shôgun. Además, este sistema

obligaba a los daimyô a realizar enormes gastos en desplazamientos y residencias

para las familias, vasallos y sirvientes.

La obligación de residir de forma alterna entre sus posesiones y Edo tuvo notables

consecuencias económicas para el país. Se desarrolló una migración masiva de

personas hacia Edo, con el desarrollo de los transportes terrestres y marítimos,

especialmente las conexiones entre Osaka y Edo (el camino o vía de Tokaido). La

razón era que las adineradas familias de los daimyô que ahora residían en Edo

enviaban el arroz de sus dominios a Osaka, donde era almacenado y vendido para

mantener su nivel de gastos en Edo, favoreciendo el desarrollo comercial de la

ciudad. Todos estos gastos impuestos por el bakufu tuvieron como efecto minar la

capacidad financiera de los daimyô, eliminando toda posibilidad de rebelión.

La sociedad del periodo Tokugawa era agraria, con el 80 por cien de su población

formada por campesinos. La unidad básica era la familia campesina. Según la ley

no tenían libertad de movimiento y estaban atados a la tierra como fuerza de

trabajo y base impositiva.

Las aldeas daban autonomía a los campesinos siempre que pagaran los impuestos

establecidos por el gobierno central si se trataba de un han del bakufu, o por el

gobierno local. Los impuestos eran fijados a nivel de aldea, no a los campesinos

individualmente. Los jefes del pueblo,

...

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