Historia De La Belleza

Umberto Eco nos seduce con su novela “la Historia de la Belleza”, gracias a la riqueza de sus ilustraciones, y el fantástico análisis que demuestra a la hora de desarrollar la evolución a lo largo del tiempo. Profesor ordinario de Semiótica y presidente de la Escuela Superior de Ciencias Humanísticas de la Universidad de Bolonia, se doctoró en Filosofía en la Universidad de Turín con su tesis “El problema estético en Santo Tomás”.

Leyendo su obra, descubro que este autor se caracteriza por el conocimiento asombroso del arte y la cultura en los ámbitos históricos; en la utilización del método de análisis llamado: la teoría semiótica, que le permite descifrar cualquier fenómeno cultural como un acto de comunicación. Yo lo destaco como un “arma secreta” que lo emplea para explicar sus ideas con gran argumentación, que en mi opinión, lo hace brillantemente.

La Historia de la Belleza realiza un paseo histórico utilizando como brújula la belleza en el mundo del arte, empieza en la Grecia Antigua, traspasa la Edad Media, y el Renacimiento hasta nuestros días. Desarrolla las ideas existentes sobre la belleza, y resuelve inteligentemente las dudas reales llegando a unir con más conocimientos empíricos, como las matemáticas. Nos enseña ver más allá de la belleza buscándola como un ideal, y para ello, utiliza como nexo conductor las riquísimas obras de arte que realizan una función de documentación y un claro ejemplo de soporte para entender sus teorías.

Se podría escribir otro libro con sus aportaciones más importantes, que son todas de mi agrado, pues como amante del arte y el conjunto del libro es maravilloso. Pero quiero destacar las siguientes aportaciones como son: el concepto clásico asociado al canon en la Grecia Antigua, que es el equivalente a la proporción y el equilibrio. Para él: el arte es una copia de la auténtica belleza, y nos recuerda que el triángulo matemático es un símbolo de la igualdad perfecta.

En la Edad Media el cosmos tiene una importancia en las cosas, y una connotación sobrenatural de la belleza. Trata el tema de la luz, que para el autor nace del interior de los objetos. Nos alienta con la idea de la belleza del color, que viene dado sobre todo, por el simbolismo medieval y puede tener dos significados opuestos según el contexto. Este término lo va desarrollando, pues en el período de la Edad Media se van produciendo cambios, llegando a la idea fundamental que consiste que el color es la causa de la belleza.

En el libro cita a San Agustín, entre otros autores, para aclarar una supuesta contradicción entre la belleza y lo monstruoso. Estos son criaturas divinas que nacen por voluntad divina y en consecuencia puede llegar a creer, que lo feo es necesario para la belleza. Se realiza una evolución de la belleza de la mujer, que pasa por distintas épocas: la dama angelical, la dama sensual medieval, la dama huidiza, la dama de belleza sensible, la Venus, todas ellas adquieren un cambio constante en la historia.

En el Barroco asistimos al movimiento que desarrolla una estética que está entre el bien y el mal. De lo bello se pasa a lo feo, de la vida a la muerte, y en este término es el tema más característico en esta época, llegando incluso a una obsesión. Con el Clasicismo se plantea el binomio entre la razón y la perfección, que irán apareciendo otros conceptos como la ambivalencia, lo sublime, la religión de la belleza o la aparición de un éxtasis sin Dios.

Finaliza el libro con una nueva belleza contemporánea, que son los nuevos objetos, las máquinas que como dice Marinetti: “la Niké de Samotracia del siglo recién concluido era un hermoso coche de carreras “. La provocación está unida a la belleza, que reivindica como una nueva forma en los nuevos movimientos artísticos

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