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HISTORIA DE LA BELLEZA Y FEALDAD


Enviado por   •  2 de Octubre de 2018  •  Tareas  •  1.506 Palabras (7 Páginas)  •  144 Visitas

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FEALDAD Y BELLEZA

Introducción        

        Fealdad y belleza, dos conceptos, dos categorías estéticas que se contraponen en esencia, pero que a la vez se complementan porque la una de la otra no tendrían cabida sin la existencia del contrario.

Ambas categorías tienen en común  que terminan en la sensación de placer o de emoción estética en el espectador que las observa.

La Belleza.

        Desde la antigüedad, el hombre se ha ocupado del estudio y consecución de la belleza, desde las pinturas rupestres, en donde quedaron plasmados animales de la remota época prehistórica, se observaba ya una capacidad humana de interpretación de la realidad y la expresión de esa realidad, aquellas imágenes ya estaban dotadas de forma, espacio y hasta cierta textura, además de color. Aún son desconocidas las intenciones expresivas del autor o autores de aquellas pinturas primigenias, podían ser imágenes de carácter ritualista, quizá fuera la representación de un plan de caza, etc., asimismo nos es desconocida la emoción que a los espectadores causaban aquellas imágenes.

Es en la Antigua Grecia, que encontramos en los grandes filósofos griegos el tema de la belleza como una idea a definir; Aristóteles la define como algo bueno y  agradable, preferible sobre cualquier otra cosa pues es preciada por sí misma. Sócrates ya distingue de una belleza ideal en el sentido de acrecentar la naturaleza de las cosas para representarlas bellas y una belleza espiritual, que implica sentimientos y emociones, ámbitos invisibles a la percepción visual, por esto en Sócrates la belleza se liga más a lo humano, mientras que Platón, distinguía una belleza ideal en el sentido de que esta se encontraba en el mundo de las ideas, es objetivista, pues concibe que la belleza existe por sí misma, independientemente de los objetos, mismos que se vuelven una mera representación de ella, por eso la belleza en Platón se liga al universo y a las ideas y no al hombre, pues considera al cuerpo como prisión del alma.

Desde estos tiempos griegos, la belleza se identificaba con la proporción, algo que continuó siendo tomado de esta manera prácticamente hasta tiempos muy recientes.

Iniciando el apogeo del cristianismo, encontramos a San Basilio Magno, que afirma que la belleza consiste en la composición de los elementos, su disposición y congruencia, aunque reconoce también el papel del espectador (subjetivismo) para concebir hermosas cosas que no tienen proporción alguna, tales como la luz o el color, reconoce la finalidad como punto esencial de la belleza, relegando al placer y sostiene que existe una belleza para Dios (verdadera y objetiva) y otra para el hombre (superficial y subjetiva). San Atanasio sostiene que en la obra de arte no solo se ve la obra misma sino también al artista, para los Padres de la Iglesia el mundo era hermoso por ser creación de Dios, este tipo de ideas llegaran a la concepción medieval de que la belleza suprema es Dios.

La estética bizantina concibió dos mundos, el terreno y el divino, es decir lo material y lo espiritual. En un principio la concepción de la belleza fue una continuación de las ideas de los Padres de la Iglesia, sin embargo, entre los siglos VI y VIII, el movimiento iconoclastas rompió con las concepciones estéticas de la época, concibió como imposible la representación del mundo divino a través de imágenes, mientras sus adversarios iconódulos sostenían la validez de la representación de los prototipos divinos mediante la imagen.

El arte tenía un fin religioso, inspiraba la contemplación para fomentar la oración, por lo que las imágenes eran estáticas y desproporcionadas, por lo que la belleza no se encontraba en la imagen en sí sino en la representación del alma y en esta representación, fue el gesto, la expresividad del rostro y la mirada lo que se convirtió en el centro de la belleza; la iconoclastia fomentó el arte de lo real que plasmaba la belleza de lo real, desvinculándose de misticismos. El resultado en el mundo occidental fue el triunfo de la iconodulia sobre la iconoclastia y la continuación de la representación mística en el arte, sin embargo, en el oriente musulmán, la prohibición de las imágenes, dio impulso al surgimiento del arte realista.

La belleza es hasta la época contemporánea el principal tema artístico, en la Edad Media, lo no bello podía ser representado pero era vinculado con el mal, con las ideas de lo incorrecto o lo perverso, idea que persistía desde la antigüedad greco-romana.

En los siglos XV y XVI, el arte oscila entre los temas de la Antigüedad y los de la Edad Media, pero en su consecución, la belleza se relaciona con el avance científico, como lo muestra El Hombre de Vitrubio, de Leonardo Da Vinci, dibujo que muestra el interés de su autor en la proporcionalidad del cuerpo humano.

Las ideas de Kepler y Copérnico, sobre el universo influyeron para buscar la idea de la belleza dentro del artista y no como un concepto universal, por eso el estilo barroco decanta su quehacer en el detalle y llega hasta la exageración.

A fines del siglo XVIII, Kant distingue la belleza de la naturaleza y la belleza artística, la primera es intrínseca al objeto, sea el que fuera, su belleza existe sin poder juzgar su perfección ni su finalidad; en cambio la belleza artística es la representación bella de una cosa, la cual debe ser perfecta y tener una finalidad, el objeto bello producirá un sentimiento estético y su belleza radica en el equilibrio de sus elementos dentro de límites cerrados, pero siempre reconociendo que la belleza surge de la mente de quien la percibe.

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