Historia De La Medicina
susanarios6 de Mayo de 2015
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MEDICINA EN EL ANTIGUO EGIPTO
LA MEDICINA EGIPCIA Y SU LUGAR EN LA HISTORIA
Como en otras artes y ciencias, la medicina occidental tiene sus raíces no en Grecia sino en el Antiguo Egipto. La medicina del Antiguo Egipto fue muy apreciada desde los comienzos de la civilización, siendo superior a la practicada mucho tiempo después, inclusive en la Europa Medieval. Herodoto de Halicarnaso proclama en Egipto "el triunfo de la medicina".
Dice que durante el Imperio Antiguo, el Faraón tenía "médicos para sus dos ojos", y recuerda que los reyes persas Ciro y Darío llevaron médicos de Egipto, a los que reconocían su alta reputación. En la Odisea, Homero afirma que "los médicos egipcios eran más hábiles que los de otras tierras".
Imhotep, Primer Ministro del Faraón Djoser, de la Tercera Dinastía (2664 a.C.), fue también Sumo Sacerdote y un médico eminente. Su fama era tal, que se decía no sólo curaba a los enfermos sino que los resucitaba. Mil años después de su muerte fue deificado. Como Dios de la Medicina, los griegos lo conocieron con el nombre de Asclepios y los romanos como Esculapio. Imhotep fue asimismo un hábil administrador; y es considerado el "primer Leonardo", pues creó la maravillosa Pirámide Escalonada de Saqqarah, primigenia en su tipo en la arquitectura universal, construida en piedra y anterior a las de Gizeh.
Fueron los sacerdotes, principalmente de las diosas SELKET y NEITH, quienes llevaban la denominación de médico (SUNNU, el que corrige o cura). Sus principales centros fueron los templos de ATUM-RA en Heliópolis, de NEITH en Sais, de ANUBIS en Letópolis y el de Bubastis, lo que indica el carácter religioso y mágico de los primeros tiempos de la profesión médica. En el Papiro de Ebers, uno de ellos dice que "…salió de Heliópolis con los Príncipes de la Gran Casa, los Señores de la Salvaguarda, los Dueños de la Eternidad y de Sais, con las madres de los dioses que lo han tomado bajo su protección, para que pueda destruir toda enfermedad…".
Desde tiempos remotos se encuentran Médicos Reales, cuyos jefes son funcionarios de un rango muy elevado. El médico era el "Jefe de los Secretos". Algunos estaban relacionados con el Faraón, y quien lo estaba se llamaba "Médico Superior". Se dice de otro sacerdote de SEKHMET que es "Médico de Palacio" y que tiene a su disposición la "Barca de los Médicos de la Corte".
El egipcio más antiguo con un título médico es Hesy-Re de la Tercera Dinastía (2620 a.C.), especializado en problemas dentales. Por los títulos y jerarquías, deducimos que los médicos egipcios constituían una clase, y que bajo la vigilancia del Estado, garantizaban al público la calidad de su ciencia. Habrían sido funcionarios retribuidos para cuidar gratuitamente a los enfermos. Estaban asistidos por enfermeros, masajistas y vendadores. Incluso podían atender también a animales sin mayor prejuicio.
En Sais, junto a la "Escuela de los Sabios Magos" ("Casa de la Vida") existía una Escuela de Medicina que el invasor persa Cambises destruyó: "…Por orden de Darío I volví a fundar esta Escuela con todos sus estudiantes, hijos de buena familia; al frente de ellos puse a sabios de todo género, para todos los trabajos, con todas las cosas convenientes. Les doté de todo cuanto podía serles útil, de todos los instrumentos, conforme con los libros, tal como era antes. Su majestad lo hizo porque sabía lo que era útil a este Arte, para dar vida a todos los enfermos y para poner el nombre de todos los dioses en todos los templos…".
Hoy se conocen los logros de la medicina egipcia por hallazgos arqueológicos y técnicos, que revelan acertadas imágenes de enfermos que solían verse cotidianamente: cojos, jorobados, obesos, acondroplásicos, enanos, paralíticos, elefantiásicos, etc.
En el estudio moderno de las momias se encuentran estigmas de toda suerte de enfermedades y de algunas terapias aplicadas. Ramsés el Grande sufrió arteriosclerosis y quizás falleció por un absceso del maxilar superior y sepsis. Su hijo y sucesor Mernemptah tenía una aorta con múltiples lesiones ateromatosas. La momia de la anciana Bakrenes mostraba las femorales calcificadas.
Plinio (siglo I d.C.) informa que en ciertos casos se llegaban a realizar necropsias oficiales cuando no se había podido determinar con certeza las causas de muerte.
Una inscripción de la V dinastía establece la existencia de una Literatura Médica de carácter científico. En el reinado de Neferirkare, cuando el arquitecto Llashptah perdió el conocimiento mientras visitaba sus obras, el Faraón mandó llamar a los médicos del palacio y les hizo consultar escritos médicos relacionados con el caso.
La tradición piadosa atribuye los Libros de Medicina a una revelación divina: "Principio del Libro para curar las enfermedades", encontrado en escritura antigua en un cofre, "a los pies de ANUBIS en Letópolis, en tiempos del rey Usafais".
LOS TEXTOS Y LOS CONOCIMIENTOS MÉDICOS EGIPCIOS
Los textos médicos que se conocen, están escritos con caracteres hieráticos en rollos de papiro. Destacan los de Edwin Smith y Ebers procedentes del siglo XVII a.C., que son copias o recopilaciones de textos redactados en la época de las pirámides. Los más antiguos (2 milenios a.C.) son los papiros Kahum A y B, procedentes de Fayum, que están incompletos; el primero tiene 34 secciones, y trata de enfermedades ginecológicas, métodos de control de fertilidad y pronóstico del sexo del niño por nacer; el segundo tiene nociones de veterinaria.
El Papiro de Ebers (del egiptólogo alemán Georg Ebers), un rollo de más de 20 metros de longitud, es una especie de Enciclopedia Médica para los estudiantes de la época. Trata de diferentes temas ("todos los secretos de la Medicina").
Contiene 870 casos de medicina general: enfermedades internas, de los ojos, de la piel y las extremidades, aunque matizados con elementos mágicos y religiosos, exorcismos, etc.
En el Papiro Rammesseum descubierto en 1896, el fragmento IV es ginecológico y el V trata sobre la artritis. El Papiro de Carlsberg Nro. 8 se refiere a enfermedades oculares y obstétricas. El Papiro Chester-Beatty VI, actualmente en el Museo Británico, del Imperio Medio, es un tratado de proctología. El Papiro de Turín, también del Imperio Medio, habla de mordeduras de serpientes y enfermedades de los ojos.
Dice Herodoto de Halicarnaso: "En Egipto, la medicina, como los oráculos, está especializada. Hay un médico para cada enfermedad y no existe la medicina general. En todas partes hay un gran número de médicos: unos se ofrecen como médicos para la vista, otros para la cabeza, otros para los dientes, otros para el vientre, otros para las enfermedades internas".
Alcanzaban varias especializaciones, debido a la profundización de sus conocimientos; tanto, que llegó a existir una especialidad para cada órgano. En una pequeña monografía sobre el corazón, tema de gran interés para la medicina egipcia, se lee: "Existen en el corazón vasos para todos los miembros. Aún cuando el médico coloque sus dedos sobre la cabeza, la nuca, las manos, los brazos o las piernas en lugar del corazón, siempre lo aprieta, puesto que los va sos del corazón van a parar a todos los miembros". Distinguieron la relación pulso-corazón y la doble circulación de la sangre. En la etiología de las enfermedades, el movimiento de los líquidos orgánicos, era importante. Se refiere a que se hacía a través de una red o sistema de vasos que partían del corazón. La alteración de tal flujo era la causa de fiebres y trastornos del pulso. Por las venas, circulaba la sangre, pero también aire y agua; y en su interior, tendones y nervios. En el corazón situaban el entendimiento y la inteligencia y era el único órgano que regresaba al cuerpo después de la momificación, pues los otros se depositaban en los vasos canópicos.
Describieron más de veinte enfermedades del aparato digestivo (Papiro de Ebers): "…Instrucciones para uno que tiene mal el estómago: cuando visites a un hombre que tiene una oclusión en el estómago, demasiado grave para tomar un pan, su vientre está contraído y su corazón es demasiado débil para marchar con regularidad, debes observarlo tendido, y si encuentras su vientre caliente, mientras haya una obstrucción en su estómago, entonces dirás: es una afección del hígado, entonces harás un remedio de hierbas, como hace el médico: planta paserit, nuez de dátil, serán mezcladas y humedecidas en agua, y el hombre las beberá durante cuatro mañanas, de manera que vacíe su vientre. Después de hacer esto, si tu encuentras que los dos canales de su vientre, la mitad derecha está caliente y la mitad izquierda está fría, entonces a propósito dirás: esto significa que…" "…Después tu debes examinarlo otra vez, y si encuentras que todo su vientre está frío, dirás: su hígado se ha abierto…él ha admitido el remedio…"
Respecto al sistema nervioso, trataron las cefaleas y realizaban trepanaciones craneales. Para una fractura de cráneo recomendaban construir unas grandes pinzas de madera, almohadilladas, a fin de sujetar la cabeza del herido, a quien colocaban sentado, completamente inmóvil entre dos apoyos hasta que se advierta la curación. Conocían la relación entre cerebro y músculo, la existencia de casi todos los órganos humanos, así como parte de su funcionamiento biológico. Estaban bien enterados de las funciones del cerebro: se dice en el tratado que los movimientos de los diferentes miembros
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