ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Historia De La Odontologia


Enviado por   •  30 de Octubre de 2013  •  1.981 Palabras (8 Páginas)  •  600 Visitas

Página 1 de 8

HISTORIA DE LA ODONTOLOGÍA

El origen de la preocupación humana por la higiene y la salud dental se pierde en la noche de los tiempos. El hombre primitivo cuidaba sus dientes, pues le iba la supervivencia en ello. Un individuo desdentado o con la boca enferma tenía muchas dificultades para alimentarse. Así que prácticamente desde que el homo sapiens apareció sobre la faz de la tierra empezó a diseñar y construir herramientas, inventó y desarrolló sistemas y artilugios para la higiene dental y el tratamiento de las dolencias de toda índole, incluyendo las dentales.

En algunos yacimientos arqueológicos europeos se han encontrado cráneos de hombres de neandertal de edad avanzada a los que les faltaban los dientes, con evidencias de que el individuo los perdió, o le fueron extirpados, años antes de su muerte. La supervivencia de estos individuos desdentados es indicativo de una sociedad donde se tenía cuidado de los enfermos y los discapacitados, ya que probablemente alguien tuvo que encargarse de masticar los alimentos por él para que pudiera ingerirlos.

Pero el desarrollo de la odontología como ciencia va ligado al de la medicina en general, y ésta sólo empieza a convertirse en ciencia cuando el hombre, gracias a la agricultura y la ganadería, es capaz de crear sociedades amplias y sofisticadas. Por eso los primeros “dentistas” de los que tenemos noticia, los encontramos en la primera gran civilización conocida: el imperio egipcio.

El antiguo Egipto

La civilización egipcia, además de la primera en aparecer, fue una de las más avanzadas de su tiempo, y pronto desarrolló una ciencia médica bastante avanzada, aunque para ser una ciencia estaba aún muy ligada a la magia y la religión. Entre los egipcios existían dos clases de dentistas, los de rango inferior, llamados iryw-ibew, que significa “el que se ocupa de los dientes” y la élite de la profesión, los ir-iryw-ibew, o sea “grande entre los que se ocupan de los dientes”. Ambas categorías ejercían su arte dentro de los confines de la corte real; los súbditos comunes debían recurrir al swnw que significa “doctor del pueblo”, cuando necesitaban tratamiento dental.

El primer dentista conocido en Egipto, y en la historia de la humanidad, se llamaba Hesi-Re. Vivió aproximadamente en los inicios del tercer milenio, y era el encargado de resolver y mitigar las dolencias dentales de la familia del Faraón, era un ir-iryw-ibew, quizá el primero en merecer tal título. Tenía formación de médico e indicó la importancia de asociar el tratamiento dental con la medicina. Según parece, ya en el antiguo Egipto existían sacamuelas ambulantes que ni siquiera eran swnw y que efectuaban extracciones en las plazas y mercados: una profesión que sobrevivió en Europa hasta tiempos tan cercanos como el siglo XIX, y que de hecho, aún existe en algunos países.

El estudio forense de las momias revela dentaduras en las que parecen con frecuencia excoriaciones en el esmalte y hasta roturas parciales de algunas piezas. En los maxilares inferiores de algunas momias, las más antiguas datadas en el 2900 AC, pueden observarse dos agujeros abiertos en el hueso, presumiblemente para drenar un absceso dental. Otras momias muestran rudimentarios puentes confeccionados con alambre. Muchos pueblos antiguos creían que la caries y los dolores dentales los producían los gusanos.

Mesopotamia, Asiria, Babilonia

En Mesopotamia se fabricaban palillos de oro, cuya expresa finalidad era ser utilizados en la higiene oral. Los babilonios y asirios por su parte utilizaban masajes en las encías combinados con diversas medicaciones de hierbas. La palabra sbêrtu (shêrtu) significa a la vez, pecado, castigo y enfermedad.

El Imperio Etrusco y Fenicia

Los historiadores romanos, y en particular el emperador Claudio, a cuyos libros debemos la mayor parte de lo que sabemos de este pueblo, hablan de la blancura de la sonrisa enigmática de los etruscos. De los etruscos conocemos la primera prótesis dental fija de que se tiene noticia, además de ser el primer trasplante de la historia: la prótesis está formada por una banda de oro que llevaba remachado un diente de animal (de buey probablemente) para reemplazar una pieza que faltaba. El uso del oro en las prótesis dentales es una práctica que llega hasta nuestros días, ya que a este metal por su ductilidad y nula oxidación se le encontraron muchas aplicaciones en odontología.

Los fenicios aprendieron y perfeccionaron la técnica de fabricación de prótesis dentales de los etruscos. Empleaban oro blando o en rollo y alambre de oro para su construcción. También desarrollaron la soldadura y fabricaron cajas de seguridad, impresiones y modelos para diversos tratamientos de reconstrucción dental.

Grecia

En la antigua Grecia ya se fabricaban dentaduras postizas, con dientes de marfil tallado o de madera. Se solía usar orina humana, especialmente de bebé, para limpiar los dientes. Esta práctica, curiosamente, sobrevivió en occidente hasta bien entrado el siglo XIX.

Los griegos también disponían de un dios de la medicina, entre cuyas atribuciones estaba el tratamiento de los dientes: Asclepio, llamado Esculapio por los romanos, era un médico habilidoso que por ese motivo fue divinizado. Se dice que era antepasado de Hipócrates, el fundador de la ciencia médica occidental. De Asclepio se decía que tenía el don de la curación y del poder resucitar a los muertos, motivo por el cual Zeus le fulminó con un rayo, para que no perturbase el orden del mundo.

Hipócrates (460 – 355 AC) escribió sobre ungüentos y procedimientos de esterilización de infecciones dentales y de las encías, usando para ello alambres calientes cauterizadores. También describe sistemas de extracción y el uso de alambres de oro para estabilizar fracturas maxilares y ligar dientes perdidos.

Aristóteles (384 – 325 AC) Inventor del concepto filosófico del empirismo (sin experimentación no hay verdad), lo aplicó a la selección de aquellos tratamientos odontológicos que la práctica revelaba como eficaces. Por ejemplo, defendió la necesidad de extraer piezas dentales enfermas cuando los ungüentos y otros desinfectantes no funcionaban, para así evitar que la infección se generalizase en la boca. Fue él quien separó definitivamente la odontología de la magia, para ponerla en el terreno de la ciencia pura, de la que también él es el inventor.

Roma

Eran

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (12.9 Kb)  
Leer 7 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com