Historia De Los Enfrentamientos De Corea
ezequiel_boca13 de Junio de 2013
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Indice
1. Introducción
2. Desarrollo del conflicto
.
4. Los problemas de 1947-53
5. República de Corea o Corea del Sur
6. República Democrática Popular de Corea o Corea del Norte
7. Información mas detallada del país
1. Introducción
Corea es una península de Asia, dividida desde 1948 en dos entidades políticas: la República Democrática Popular de Corea (Corea del Norte) y la República de Corea (Corea del Sur).
El primer estado coreano conocido fue Choson, situado en lo que ahora es Corea noroccidental y Manchuria del sur; fue conquistado por China en el año 108 a.C. Más al sur, los reinos de Paikche (Paekche) y Silla surgieron en el siglo III o IV d.C., cuando la influencia china había disminuido. En la costa sur existía un cuarto estado llamado Kaya.
Al principio, Koguryo fue el estado más poderoso, controlando la mayor parte de la península y Manchuria antes del siglo V. A mediados del siglo VI, Silla conquistó Kaya y se apoderó de los alrededores de Seúl en el valle del río Han, mientras que Koguryo y Paikche sufrieron constantes pérdidas territoriales. Los tres estados poseían culturas muy definidas. Koguryo sobresalía militarmente, pero Silla construyó instituciones sociales y políticas más duraderas. Paikche mantenía buenas relaciones con China y con Japón y desarrolló un alto nivel de civilización, pero era débil política y militarmente. Antes del 668, Silla, en alianza con la dinastía china Tang, había derrotado a Koguryo y a Paikche y había establecido el primer estado coreano unificado. El budismo, que se desarrolló durante el siglo IV, antes de alcanzar el siglo VI se había convertido en una poderosa fuerza, e inspiró gran parte de la vida intelectual y artística de Silla; la cultura china, su lenguaje escrito y sus instituciones políticas también tuvieron una gran influencia. Sin embargo, la propia cultura de Silla fue el principal vehículo del desarrollo coreano en este periodo. Antes de alcanzar el siglo X ya había arraigado con fuerza un característico modelo de estado coreano, y a pesar de muchos cambios y vicisitudes posteriores, esta política coreana ha perdurado hasta los tiempos modernos.
Periodo Koryo (918-1392)
Durante el siglo IX, la monarquía y las instituciones gubernamentales de Silla decayeron, y los líderes regionales lograron mayor poder a costa de la capital. Entre los años 890 y 935 los tres antiguos reinos resurgieron en la península. Esta vez el estado del norte, Koryo (el nombre, que procede del de Koguryo, queda reflejado en la actual denominación occidental, Corea), llevó a cabo la unificación. Fundado en el año 918 por un astuto guerrero y político llamado Wanggeun, el estado de Koryo reunió a los líderes regionales de Corea bajo una única autoridad central y extendió las fronteras del norte del país hasta el río Yalu (o Amnor). Aquí Koryo entró en conflicto con la dinastía manchú Khitan (Liao). Durante las guerras que duraron desde el 993 hasta el 1018, Koryo sufrió enormemente pero mantuvo su posición y en el 1022 logró una paz definitiva.
El florecimiento de la cultura de Koryo tuvo lugar durante el siguiente siglo. Estuvo marcada por un gobierno central estable, cuyas instituciones y métodos se debían en gran medida a la influencia china; una profunda fe budista que inspiró muchos logros en los campos del saber y de las artes, y una industria cerámica especialmente característica que produjo exquisitos celadones —objetos de barro con un brillo gris-verdoso con pigmentos de hierro— muy apreciados. Sin embargo, a principios del siglo XII la estabilidad empezó a fallar. Poderosas familias aristocráticas competían con el trono por conseguir el control político, y la dinastía manchú Jurchen (Chin) presionaba desde fuera, provocando respuestas encontradas en unos líderes indecisos. En 1170, los militares, alegando discriminación, expulsaron a los funcionarios civiles y convirtieron a los reyes en títeres, a consecuencia de lo cual comenzó un periodo de enfrentamientos internos. Los mongoles invadieron Corea en 1231, iniciando una serie de guerras que terminaron con la conquista de Koryo en 1259. Bajo el dominio mongol los reyes recuperaron su posición dirigente. El estado de Koryo fue capaz de expulsar a los mongoles en 1356, pero no fue capaz de restablecer sus instituciones o de contener a las nuevas fuerzas políticas con las que se enfrentaba, y en 1392 la dinastía Koryo llegó a su fin.
La dinastía Li (Yi)
(1392-1910) Durante el siglo XIV, los coreanos se vieron estimulados por el neoconfucionismo, que había sido formulado por el filósofo chino Zu-zi. Este sistema de valores tan desarrollado estimuló a los niveles medios de la burocracia de Koryo, y su movimiento en favor de la reforma social y política inspiró a Lisungkei la fundación de la dinastía Li.
El primer periodo
Los primeros reyes Li y su elite confuciana establecieron una estructura política y social que resistió todos los desafíos hasta 1910, logrando una de las dominaciones más largas de toda la historia por parte de una única dinastía. A pesar de estar muy influida por la cultura china, la dinastía Li mantuvo una identidad característica, como demuestra la existencia de su propio alfabeto, creado en 1446 por King Sejong. Los primeros doscientos años de la dinastía Li estuvieron marcados por la paz y en líneas generales por un buen gobierno, aunque en el siglo XVI se iniciaron divisiones que provocaron rupturas en la elite. Preocupados por estos enfrentamientos, los Li fueron invadidos en 1592 por los japoneses, que querían utilizar Corea como ruta de tránsito para la conquista de China. Sin embargo, antes del año 1598, los Li (Yi), con la ayuda de la dinastía china Ming y los esfuerzos de su temible héroe naval Yi Sunsin, ya habían rechazado a los japoneses. Corea aún no se había recuperado cuando sufrió nuevas invasiones, esta vez por parte de los manchúes (1627, 1636), quienes despojaron a los Li (Yi) de la soberanía feudal. La conquista manchú de China en 1644 ocasionó nuevos problemas para los Li (Yi) pero también estimuló a los coreanos, que por un tiempo se alejaron de la influencia china para desarrollar su propia cultura de forma más creativa.
El declive de la dinastía
Durante los siglos XVII y XVIII la dinastía Li disfrutó en líneas generales de reyes capaces y administraciones competentes, aunque se produjeron periódicamente virulentos enfrentamientos entre facciones. En el terreno social, la elite aumentó gradualmente con la incorporación de personas deseosas de ascender, y en el terreno económico tuvo lugar un inmenso crecimiento de la economía monetaria y del sistema de mercado. Estos complejos cambios agotaron gravemente el sistema político y social de los Li (Yi), que en el siglo XIX comenzó a derrumbarse. El cristianismo, introducido en 1784 desde China y propagado de forma encubierta después de 1836 por misioneros católicos clandestinos de origen francés, situó a las instituciones y a los valores del país bajo una presión aún mayor. En 1864 un nuevo movimiento político trató de afrontar estos retos: Taiwon, padre del rey-niño Kojong, se hizo con el poder, prohibió el cristianismo y rechazó las intervenciones militares por parte de Francia (1866) y de Estados Unidos (1871). Al mismo tiempo trató de eliminar la corrupción y restaurar el prestigio del Estado. Sin embargo, la reacción política desencadenada por estas reformas, desembocó en la caída del propio Taiwon. En 1876 los japoneses obligaron a Corea a establecer relaciones diplomáticas con su país, debilitando de este modo los tradicionales lazos de unión de Corea con China. China, a su vez, trató de neutralizar a Japón fomentando las relaciones de Corea con países occidentales, comenzando con el tratado entre Corea y Estados Unidos de 1882. Durante los siguientes años, Corea llevó a cabo numerosos esfuerzos con el fin de lograr la modernización y la reforma, pero se vieron frustrados por la continua influencia de potencias extranjeras. La victoria japonesa sobre China (1895) y Rusia (1905) llevó a la anexión de Corea a Japón en 1910.
Gobierno japonés (1910-1945)
La dominación japonesa de Corea comenzó con el Tratado de Protectorado (1905), impuesto al país tras la Guerra Ruso-japonesa, por el cual Japón asumía el control de las relaciones exteriores de Corea, así como de sus fuerzas armadas y cuerpos de seguridad, su moneda y banca, sus comunicaciones y cualquier otra función vital. Estos cambios fueron tenazmente soportados por todos los coreanos, desde el rey Kojong hasta los ejércitos guerrilleros. La anexión formal se dio tras quedar patente que los coreanos nunca aceptarían una soberanía nominal bajo el control japonés. Entre 1910 y 1918 Japón consolidó su gobierno deshaciéndose de los nacionalistas, recuperando el control del sistema agrario e imponiendo rígidos cambios administrativos. En 1919 estas medidas, junto con la demanda generalizada de autodeterminación nacional posterior a la I Guerra Mundial, derivaron en un movimiento en el que millones de coreanos tomaron las calles en manifestaciones pacíficas por la independencia, pero carentes de apoyo extranjero, con un poder japonés todavía fuerte, el movimiento fue brutalmente reprimido. En los siguientes años Japón reforzó su control, persiguiendo a los movimientos nacionalistas. Los esfuerzos dirigidos a la asimilación, con medidas tan draconianas como la prohibición del idioma coreano e incluso de apellidos coreanos, sólo cesaron con la derrota japonesa en la II Guerra Mundial.
Partición de la posguerra
Poco
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