Historia Del Partido Revolucionario Institucional

EL PARTIDO REVOLICIONARIO INSTITUCIONAL

El Partido Nacional Revolucionario, PNR, surge en 1929 como un partido de partidos, producto de una amplia convocatoria realizada por el General Plutarco Elías Calles, quien buscaba, por primera vez, orientar la política a través de una verdadera vida institucional y hacer de nuestro país una nación de leyes.

El PNR se convirtió en una institución en la que pudieron converger las fuerzas políticas afines para diseñar los primeros acuerdos y prácticas en la lucha por el poder público; el medio que llevó a la realización de relevos de gobiernos a través de elecciones y condiciones de estabilidad.

En 1938, ante la visión del General Lázaro Cárdenas, el pueblo de México requería un partido fuerte y vigoroso comprometido con sus ideales, capaz de dar continuidad las políticas redistributivas y de justicia social; fue así como el PNR se transformó en el Partido de la Revolución Mexicana, PRM.

En esta segunda etapa del partido, éste, se estructuró a partir de la integración de los sectores: agrario, obrero, popular y militar, iniciando así una tradición e integración de organizaciones que permitió a éstas ser beneficiarias de las políticas públicas impulsadas por los gobiernos.

Dando continuidad al proyecto modernizador, en 1946, se propuso la creación del Partido Revolucionario Institucional, PRI, que habría de sustituir en una tercera etapa al PRM, lo cual trajo consigo la preponderancia de la ciudadanía en la toma de decisiones políticas, se diluyó el sector militar hacia el interior del Partido y el ejército pasó a jugar el papel de soporte fundamental de las instituciones civiles; fue la etapa de la revolución institucionalizada, de la perspectiva de un país que se urbanizaba y en el que se ampliarían las clases medias.

Con la creación del PRI, fue aprobado también su actual emblema el que hasta el día de hoy es su lema: “Democracia y Justicia Social"

La contribución del Partido estuvo en mirar siempre hacia la democracia, aun cuando esa posición conduciría a elevar las exigencias que él mismo enfrentaba para la preservación y conquista de los espacios de poder público.

Con el PRI en el gobierno fue posible superar las tentaciones hacia los autoritarismos de izquierda y de derecha que aparecieron en el entorno de la segunda guerra mundial y de la posterior guerra fría. También se realizaría una transformación de gran profundidad, al dejar atrás la tradición de los gobiernos presididos por militares, para arribar a los de carácter civil, en un proceso sin fracturas ni enfrentamientos.

Concebir la cuarta etapa del PRI supone reconocer las necesidades de una sociedad que se ha transformado y que precisa de una instancia política eficaz y con sentido de Estado.

Durante años el PRI ha impulsado la competencia política, aceptó incluso la posibilidad de la alternancia y cuando la ciudadanía optó por ella, éste actuó con alta responsabilidad y respeto por las preferencias ciudadanas.

Finalmente, el propósito siempre será tener un Partido más eficaz, más democrático y más cercano a las causas sociales.

Tras doce años de un gobierno de oposición la ciudadanía nuevamente da su confianza al PRI.

Esta nueva etapa exige al partido seguir por el camino de la transformación y,

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