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Historias reales en la solidaridad y comprensión del ser humano

Mevi Cabrera CamposEnsayo5 de Diciembre de 2016

3.954 Palabras (16 Páginas)329 Visitas

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Historias reales en la solidaridad y comprensión  del ser humano

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Mercedes Cabrera Campos.

¡La sensibilidad es una virtud, y la empatía

              es ver detrás de una sonrisa dibujada!

Para Guillermo y María con cariño.

Índice

Introducción…………………………………………………………4

Capítulo 1( Amistad sincera y solidaria)……………………………………………………………5-7

Capítulo 2(el encuentro perfecto con tu sonrisa)….………………………………………........................8-13

Capitulo 3(María, nunca dejes de sonreír en el cielo)…………………………………………………..…………14-17

Capitulo 4(Una historia para recordar)……………………….18-21

Reflexión………………………………………………………...22

Anexos……………………………………………………………23

Introducción

Existen situaciones donde podríamos sentirnos identificados, ¡cuántas veces hemos sido excluidos por nuestras propias actitudes!, es decir por ser egocéntricos, faltantes de tolerancia, la solidaridad es simple y pasajera, y solo actuamos interesados cuando existe la conveniencia, el mundo necesita personas que cuiden de él, de la vida humana, los valores no sobreviven a la maldad de las personas, pero solo existe una solución, tomar conciencia, empezar por alzar la mano y decir “yo seré el cambio; amemos a nuestro prójimo como a nosotros mismos.

A continuación daremos inicio al panorama explicito de esta obra pequeña, pero significativa, eso se espera del lector, que introduzca estas líneas en su vida.

CAPÍTULO 1

(El encuentro con tu sonrisa)

Te conocí un día de verano, donde el sol calienta y el cielo esclarece, por eso tu sonrisa resplandecía con tanta fuerza, que no pude quitar mi mirada sobre ella…siempre te recordare.

El arrulló de las palomas anunciaban el amanecer, entonces ya es hora de ir nuevamente como todos los días a trabajar, siendo las 7:00 am, presurosa levante mi rostro y dije: hoy será un día diferente, luego di un salto desde mi cama, coloque mis pies sobre el suelo, y con eso empezó la rutina. Lista para emprender el día, abrí la puerta, Salí de mi casa, y camine lo más rápido que pude por las calles, que ya hacían iluminadas por el sol y por el ardor de mis pensamientos.

Estando en movimiento, atendiendo las peticiones de los usuarios, que pedían horas adicionales, en las “cabinas de internet”, escuche una risa, que llamo la atención de mis sentidos, acerque mi visión, y no pude evitar ver la sonrisa mas risueña, que nunca había existido ni en mis sueños, era real. Lo describo como algo

expresivo, un momento donde aparece una melodía fascinante, y queda en tu memoria por horas, días, semanas, meses, en pocas palabras dejo huella en mi sentir. Una mañana, se encontraba sentado, cerca de la puerta, esperando que “las cabinas” sean abiertas, era él, el de la sonrisa iluminada, Pero nunca pasó por mi intuición, que sería parte de mi vida, por un tiempo corto.

Se llamaba Guillermo, tenía 18 años, amaba la música, le fascinaba el rock, tocaba la guitarra con tanta pasión; ya que siempre la llevaba siempre con él, y siempre interpretaba algunas canciones, en el parque, uno muy cerca de mi casa, por eso puedo decir que era un loco por las melodías y acordes, pero muy aparte de ello, el estudiaba la carrera de derecho. Siempre llegaba en compañía de sus amigos, terminando las clases de la universidad, nuestra primera conversación fue muy amena, como si nos conociéramos de toda la vida. Al llegar a primeras horas de la mañana, encontré a Guillermo esperando a un amigo con el que llevaba clases en la misma universidad, como acostumbraba, me acerque a decirle que faltaba poco tiempo para que se desocupase una cabina, sólo 5 minutos, ya que lo percibí algo con prisa. El con

esa sonrisa que lo caracterizaba, me pregunto: ¿desde cuándo

trabajas aquí? ¡Nunca te había visto antes!, por lo que le conteste:

 estoy trabajado desde el año pasado, más o menos 6 meses; su

rostro de asombro fue evidente, porque no podía creer que tan distraído pudo haber sido, pues tanto tiempo acudiendo al mismo lugar, no se había percatado del cambio de personal; es comprensible todos andamos ajetreados, por los deberes del día a día. Siguiendo con mi relato, cada vez que Guillermo frecuentaba este lugar, se volvían momentos de conversaciones llenas de risas y simpatía. Una tarde, conversando de diferentes ideas, me pidió mi número telefónico, lo dude por un momento, pero había sido tanta la conexión entre los dos, que logro convencerme. Pasando los días, después de largas conversaciones, por mensajes de texto, y por chat, el se atrevió a pedirme una salida al cine,  sentí emoción, no pude evitarlo, desde que lo vi había tenido una linda impresión de su persona, podría decir que fue una corazonada.

Mi intuición podría jugarme una mala pasada, obviamente tendría que pensar acerca de esta situación, nunca se llega a conocer a la personas.

“El destino es incierto, la amistad es una, no la dejes pasar, hazle caso al corazón, él lo sabe todo, pero siempre en compañía de la razón”

CAPITULO 2

(Cita con la verdadera amistad)

Cuando te vi correr alrededor de mi jardín, las flores cobraron vida, y las mariposas no volaban, porque tu presencia las hipnotizaba

Había llegado el día del encuentro, siendo sábado a las 5:00 pm, me encontraba esperando sentada en el parque cerca a mi casa, esperando que el llegara, pasando media hora, pude ver ah alguien corriendo desesperado alrededor del parque, por

encontrarme, se acerco y me dijo: disculpa por la demora, había mucho tráfico, y le dije con una sonrisa algo sarcástica: si, claro, a lo que él me pregunto: ¿estás molesta?, seguidamente dibuje con mi mirada hacia su rostro, y le dije: no para nada, solo que me hace gracia ver como corrías desesperado, de lado a lado, parecías asustado, al final reímos juntos. Camino al cine, conversando de todo un poco, de nuestros gustos, de lo que nos interesa, planes a futuro, etc. De pronto, sonó el celular de Guillermo, contesto algo tenso, esto me pareció algo extraño, y sembró dudas en mi mente, que no lo pensé dos veces y pregunte preocupada, y confundida: ¿Qué paso? ¿Algún problema? El no

supo contestarme enseguida, pero su mirada lo delataba y su voz temblorosa aun más, tanta fue mi insistencia, que decidió confiarme su dilema, pero me pidió guardar discreción acerca de lo sucedió, a lo que le conteste: no te preocupes, soy buena escuchando y guardando secretos, dime qué es lo que te sucede. Ahora ustedes se preguntarán ¿Qué preocupación invadía la mente de Guillermo?; luego me miro fijamente como queriendo hablar por los ojos, conteniendo el sollozar, y con cierta angustia dijo: mi familia es algo complicada, no creo que quieras seguir frecuentando a una persona como yo, mi padre es drogadicto, mi madre administra un negocio, y sufro de una enfermedad, mis amigos apoyan en lo que pueden, no creo que viva más de un año,  tengo leucemia, estoy muy avergonzado por contarte todo esto, pero me inspiras confianza, sé que puedo apoyarme en ti, espero no asustarte, y entonces dije: no te preocupes, puedes contarme lo que quieras, no te juzgare, los seres humanos estamos para ayudarnos, y aun mas siendo amigos, no pensare mal de ti, al contrario, gracias por confiar en mí; seguidamente le di una palmada en la espalda en señal de aliento, y a ello dijo: no pensé que entenderías, gracias Romina, nuestra amistad será para siempre. Después de tener esta conversación, nos levantamos de la banca del parque, y caminamos hacia mi casa, de pronto vimos

 que alguien se acercaba, era la madre de Guillermo, como es correcto, la salude, diciéndole: buenas tardes señora, pero creo que no le agrado mucho que estuviera conversando con su hijo, porque si la mirada matara esta hubiera disparado en mi pecho. Ahora sabíamos que tendríamos obstáculos para la amistada tan bonita que estábamos construyendo.

Una noche saliendo de mi trabajo, encontré a Guillermo caminado cerca de mi casa, parecía que su intención fue encontrarme, lo salude con efusividad, y mi padre pudo ver lo sucedido en ese momento, que tampoco le agrado igual que a la madre de mi amigo, se preguntarán ¿porqué estoy segura de decir que no le agrado esto a mi padre?, mi padre enfadado dijo: ¡pasa a la casa, tenemos que conversar!, no pude decir nada, me despedí de mi amigo y obedecí a mi padre. Ya al interior de mi casa, comenzó una lluvia de gritos, no pensé que sería tan grave lo que mi padre diría acerca de la familia de Guillermo, tanto así que quede perpleja y mis ojos no podían aguantar el llanto, por todas esas palabras hirientes y prejuiciosas, esta palabras fueron: ¿Qué crees que la ente diría de ti, que te juntas con un drogadicto, su padre lo es, y el también lo seria, su madre es una cualquiera, ¿no sabes que vive a unas cuadras cerca del parque?, eh visto que clase

...

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