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Ideas troncales prisionero de guerra


Enviado por   •  11 de Junio de 2017  •  Prácticas o problemas  •  642 Palabras (3 Páginas)  •  87 Visitas

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Ideas troncales prisionero de guerra

Parte I: La campaña.

Al chaco

Es 1934, tercer año de la Guerra del Chaco y el abogado indígena Villafuerte se convierte en recluta de los llamamientos posteriores a Campo Vía.

Villafuerte es un hombre tranquilo, sereno, que no desea la guerra y que se encamina hacia ella con tristeza e incomodidad de dejar a su familia.

La tropa que se dirige hacia el Chaco está desesperanzada y desganada desde la ida; se sienten atrapados por un destino fatídico y sienten que ya no tienen la necesidad de analizar, razonar ni argumentar nada ya que su voluntad no importa, solamente importa la guerra.

Los soldados se apoyan los unos en otros, para unir fuerzas y entre ellos compartir un futuro incierto que se reduce a dos cosas simplemente: morir o volver.

Una vez llegan al Chaco, sienten toda la crueldad y la rudeza del desierto: el polvo que cubre hasta las plantas, la desesperación al contemplar la uniformidad e igualdad del laberintico desierto. El sol, el sudor, la sed.

Esta nueva tropa de indígenas no instruidos no sabe ni sostener un fusil.

Cañada Strongest

En el fortín de Cañada Strongest,  los soldados tienen que dormir con frazadas puestas sobre el suelo, bajo arbustos secos y llenos de espinas y descansan por turnos.

El abogado Villafuerte asiste a una reunión con el teniente Salas y el coronel Pérez, que comentan que no tienen suficiente información del enemigo y que a los pilas parece no agotárseles la gente.

 Villafuerte es elegido por el teniente Salas como secretario para atender el despacho de la comandancia del fortín. Villafuerte ayuda con el manejo del fortín, el depósito de municiones, el hospital…

Gracias a su puesto como secretario de la Comandancia conoce a todos los oficiales y jefes que pasan por el lugar, y sabe que no hay persona que no piense que la guerra del Chaco es la más estúpida de la historia.

En el Chaco, el calor es insoportable, y se mezcla con otras cosas desagradables como la fetidez de las cabezas de reses sacrificadas y las defecaciones de las tropas.

Villafuerte poco a poco sube de cargo y le dan tareas cada vez más importantes, como información de los cuadros de las nuevas divisiones.

En la guerra, los hombres se vuelven mecánicos: no experimentan ni odio, ni cólera, ni placer; no tienen ganas de nada y son como fantasmas que sueñan con evacuaciones por heridas leves o licencias imposibles.

Tienen que conseguir aguas de cañadas que se encuentran hasta 60 km de distancia.

En una de las expediciones a las cañadas, encuentran a una mujer anciana ciega y completamente desnuda, la cubren, le prestan ayuda y se la llevan.

A Villafuerte le encomiendan visitar más cañadas para extraer agua.

Conversan entre soldados (Villafuerte, Echenique y Ramírez), que los pilas no son ni buenos ni malos, si no como ellos mismos –los bolivianos –, ya que la guerra en realidad está forzada por el patrioterismo de dos gobiernos burgueses. También comentan sobre los crímenes realizados contra los prisioneros bolivianos y como la mayoría de estos son solamente leyenda periodística.

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