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Imperialismo en america


Enviado por   •  18 de Septiembre de 2015  •  Apuntes  •  5.173 Palabras (21 Páginas)  •  212 Visitas

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El imperialismo en América latina

La historia moderna, política y social, latinoamericana, riquísima en contrastes, particularidades y en productos autóctonos, que a veces parecen no haber recibido legado genético alguno del “primer mundo”, nunca podrá entenderse en su totalidad como un “movimiento hacia...”-que es como en última instancia debe comprenderse siempre lo histórico-, sin el entendimiento del sentido de las líneas generales del movimiento total del resto del mundo, particularmente de la parte del mundo que más ha impactado en el devenir latinoamericano, es decir el mundo “desarrollado” o “central” o “ primero”, o como quiera llamársele. No sólo es imprescindible enmarcar permanentemente el particular movimiento histórico latinoamericano en el escenario global para entender muchos de sus principales episodios y procesos, sino que también es necesario entender el sentido del movimiento interno de aquel escenario global para poder comprender, a su vez, la dialéctica del impacto y la relación entre un proceso (central) y otro (periférico).

Nos proponemos aquí mostrar algunos aspectos de esa relación en el transcurso del específico momento político, económico y social de escala universal que ha sido dado en llamar “imperialismo” y que, a nuestro criterio, se extendió desde fines del siglo XIX (alrededor de 1880-85) hasta fines del siglo XX (alrededor de 1985-90) para poder analizar luego, y desde allí, el impacto que ha tenido en Latinoamérica la nueva etapa histórica del capitalismo, que sucede al imperialismo, y que ya se ha ganado el nombre de “Globalización”.

Ello significa afirmar, en consecuencia, que la globalización es una nueva etapa, realmente existente, del capitalismo, que se diferencia en cuestiones esenciales del imperialismo ya que la globalización es la síntesis dialéctica (dentro de la unidad del capitalismo) de las dos etapas anteriores: el capitalismo inicial de libre competencia y el imperialismo monopolista de estado. Y como tal síntesis expresa elementos reciclados y reformulados tanto de la primera etapa (por ejemplo .el liberalismo reformulado en neoliberalismo) como de la segunda (por ej.la hegemonía del estado norteamericano que actúan ahora ya no en asociación exclusiva con monopolios norteamericanos sino como instrumento del poder económico y financiero global).

Esta nueva etapa debe ser reconocida y analizada teóricamente desde el marxismo leninismo y desde el materialismo histórico, en su singularidad, a riesgo de, en contrario, no ver con claridad especificidades del nuevo momento político internacional que implican la necesaria renovación de las estrategias revolucionarias tanto internacionales como nacionales de los movimientos de masas y de los partidos que intentan impulsarlas y orientarlas. El imperialismo es un proceso histórico con vocación global, (como lo es en definitiva todo el capitalismo) desde un centro hacia una periferia. En el centro de la escena imperialista confluyeron siempre varios estados nacionales, pero, aunque como potencialidad primero y como realidad después, se destacó, entre todos, Estados Unidos de Norteamérica que surgió claramente como país con destino imperialista ya después de la guerra civil y entró a tallar en el proceso imperialista propiamente dicho después de la crisis europea de 1870, en igualdad de condiciones (al menos potenciales) que la decadente Inglaterra y la surgente Alemania.

Según nuestro punto de vista el primer momento de esta etapa del capitalismo, denominada imperialismo, es el que va desde su nacimiento hasta, por lo menos, la gran crisis de 1929, a partir de la que el esquema imperialista va abandonando su estrategia de exportación de capitales preferentemente apara la sustentación de una infraestructura dependiente que facilite la producción de materias primas para el comercio (desigual ) entre los centros imperiales y la periferia y comienza la exportación de capitales comienza encaminada (sin abandonar del todo el esquema anterior) hacia la directa instalación industrial para la sustracción de plusvalía y cobro de royalties y patentes.

En lo político se terminaron las dictaduras militares y civiles en la región pero las posiciones neoliberales ganaron la mayoría de los gobiernos por las urnas. Los saldos de la brutal represión de los 70 y los 80 sumados a la caída del socialismo realmente existente y el auge del neoliberalismo en el resto del mundo no dejó espacio alguno para la prédica política de la izquierda ni de posiciones favorables al esquema estatista más allá de algunos grupos reducidos o sectores académicos no predominantes. En lo que a América latina se refiere el impacto de las estrategias imperialistas de las dos primeras potencias mencionadas es el que más se va a imponer como preformativo de los rumbos de una América Latina, nacida colonial y devenida dependiente.

Está claro que en este primer momento la propia debilidad de un imperialismo recién nacido y en crecimiento y la no consolidada todavía hegemonía de los EEUU sumadas, tal vez, a restos todavía vigentes del clima independentista de las luchas anticoloniales, hace que sólo se pueda apreciar la influencia imperialista en Latinoamérica a través de procesos puntuales, en los distintos países, con impactos disímiles, y no como el resultado de una estrategia única y sistemática, como sí lo fueron el segundo y particularmente el tercer momento del imperialismo, ya con clara primacía norteamericana. Los rasgos comunes que coinciden con el impacto de las estrategias imperialista, en este primer momento, sobre todo el “continente” latinoamericano podrían enumerarse muy esquemáticamente como los siguientes:

  • Crecimiento de economías primarias y exportadoras, simultáneamente con la organización cada vez menos libre de los mercados. Las actividades primarias que exigen desde el comienzo aportes considerables de capital pasan al dominio de las economías de los países imperialistas, como así también las actividades vinculadas con el transporte y la comercialización (ferrocarriles, frigoríficos, silos de cereales, ingenios).
  • Deterioro de los términos del intercambio
  • Debilitamiento de las clases altas terratenientes frente al imperialismo a la vez que se desarrollan las clases medias urbanas y sectores de trabajadores, aunque hay también un fortalecimiento económico de las oligarquías por los “booms” exportadores de café, azúcar, cobre, carne y granos, salitre, caucho etc..
  • Reemplazo (gradual) del ferrocarril por el automotor y del carbón por el petróleo. Comienzan los cultivos más intensivos (emigración campesina). Las grandes ciudades triplican su población.
  • América Latina pasa, cada vez más, de ser una zona reservada a la influencia británica, a constituirse en un teatro de luchas entre influencias viejas y nuevas. Se agrega a la dependencia mercantil una dependencia financiera. Estados Unidos va asumiendo el papel de gendarme (Teodoro Roosevelt y la teoría del “big stick”). El avance de EEUU se nota particularmente en la zona centroamericana y del Caribe donde tiene como consecuencia la creación de un país, Panamá, a raíz del interés estadounidense en el dominio del canal interoceánico.
  • En lo político aparecen comienzos de democratización (producto del surgimientos de las clases medias urbanas) que se enfrentan al autoritarismo progresista (de corte positivista) consolidado en la última mitad del siglo XIX y que representaba los intereses de las oligarquías más conservadoras, asociadas muchas veces a los intereses británicos. En los países más desarrollados de Latinoamérica las clases medias urbanas irrumpen en la política local y dan lugar a movimientos como el Batllismo en Uruguay., el sufragio universal y el radicalismo en Argentina y la primera república en el Brasil. En Méjico la dictadura progresista de Porfirio Díaz es sucedida por un período de 15 años de revolución aunque es un movimiento con predominante composición campesina En Argentina la “dictadura progresista” de Roca es sucedida por las crisis de 1890, 1893 y 1904 y por el ascenso al poder del radicalismo en 1914.

Este escenario de exportación de materias primas, aparición inicialmente incipiente de la influencia de EE UU, dictaduras generalmente anticlericales pero basadas en los intereses oligárquicos y su alianza con los centros imperialistas, que son a su vez cuestionadas y puestas en crisis en algunos países por el ascenso de las clases medias urbanas, de inmigración restringida desde áreas rurales, monocultivos y “booms” exportadores, va a ser sacudido por el gran cambio traumático que va a experimentar el imperialismo a partir de 1930 y que lo va a llevar a su segundo momento, con especiales implicancias para la situación Latinoamericana.

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