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Inicios e influencias de la obra misional franciscana en Sonora


Enviado por   •  18 de Marzo de 2014  •  1.630 Palabras (7 Páginas)  •  273 Visitas

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CAP II. Inicios e influencias de la obra misional franciscana en Sonora.

La obra arquitectónica en la provincia es el resultado de la sobre posición de los principios evangélicos jesuitas y franciscanos, así como resultado de la dinámica social existente a partir de la expulsión en donde nuevos factores regionales incidieron y dieron lugar a la concepción particular y heterogénea de un nuevo carácter de la iglesia seráfica.

la herencia Jesuita es interpretada por De la Torre Curiel desde tres matrices: La primera, la presentación de las misiones como una empresa evangélica; la segunda, el carácter de vehículo de la fusión de dos culturas; y la tercera, empresa destinada a generar excedentes de producción. Una diferencia fundamental entre jesuitas y franciscanos es que los primeros podían manejar dinero personalmente y así ocuparse ellos mismos de las peticiones, cada misión jesuita era un mundo en comparación con la administración centralizada de los franciscanos.

El establecimiento de las misiones alrededor de los ríos fue tiene su importancia para el avance misional jesuita y claro está el levantamiento de las iglesias; el número de indígenas y las diversas condiciones climáticas y naturales en la provincia, fueron los primeros elementos que condicionaron los aspectos funcionales y formales de la obra misional. Solían ser de adobe, con techos de madera cubiertos de barro y enramadas; mientras que la utilización de la mano de obra disponible fue adquiriendo importancia a medida que la explotación de los recursos sobre todo la minera se fue desarrollando y la mano de obra indígena era insuficiente. Muchos de los conceptos de los primeros franciscanos y su actividad práctica influyó en buena medida en la arquitectura que después se levantaría en la provincia de Sonora, en virtud de que las condiciones ambientales y humanas eran similares (el uso de muros de adobe, las cubiertas de madera, herramienta y equipo que pudiera ser transportado, la modulación de la nave en relación de la forma y función y los conceptos franciscanos de sencillez y sobriedad, etc).

Los constructores jesuitas todavía no habían decidido edificar a largo plazo; hecho que fue uno de los primeros objetivos de los franciscanos, además de sustentar el avance misional, así como la disponibilidad de la mano de obra sobre todo de la indígena fue o no el detonante para aumentar la fábrica sobre todo durante la etapa jesuita, mientras que los primeros frailes carecían de la formación como constructores, por lo que la dirección de las primeras iglesias se debió más a su voluntad y entusiasmo que dada su formación en los Colegios, los frailes buscarían identificar con su sello particular el carácter de las iglesias que recibieron de parte de los jesuitas y las que ellos mismos establecieron a partir de la expulsión, la arquitectura formal y funcional de las misiones representaba en sentido estricto la bula franciscana buscando un estilo.

El proceso constructivo de obra inmobiliaria, en Sonora, la planeación, construcción y organización fue realizada en primera instancia por los propios franciscanos; apoyados por una real observancia de sus reglas que se transmitían entre miembros de la misma orden a través de experiencias prácticas en misiones. Después de la segunda mitad del siglo XVIII los sistemas de construcción evolucionan de un trabajo empírico de concepción y materialización de la obra arquitectónica, a una ejecución mejor planeada y con instrucciones para el levantamiento de iglesias más precisas, basadas en guías o manuales de la misma orden con las que los frailes prosiguieron con la dirección de la obra. A finales del siglo, con el desarrollo inmobiliario resultado de la explotación minera y la creciente colonización, basada en estancias, ranchos y villas, su participación fue rebasada por personal especializado y maestros constructores que fueron llegando en forma aislada o junto con las caravanas de soldados mandadas por el Virrey a las regiones de frontera.

III. Fábrica y sistemas constructivos de las iglesias de misión.

Después de la fundación, se iniciaba con la nave para resguardar la congregación y un altar en el cual el misionero pudiera celebrar la Misa, se continuaba la fábrica con las sacristías y habitaciones de los misioneros y anexos.

Cada fraile compraba herramientas o instrumentos en un mercado regional existente, los aspectos térmicos también fueron tomados en cuenta además de los sistemas de ventilación. Siempre buscaron identificar con su sello personal el aspecto formal de las iglesias o levantarlas desde fundamentos bajo sus propios conceptos.

La Trazo, orientación y preliminares se basaba que el fraile tenía técnicas básicas. En la Nueva España, la cual era usada para marcar la planta del edificio in situ y en otras regiones como en la capital, se continuaba con el hincado de las estacas o morillos. Un gasto generoso de la valiosa cal y más de la madera; en una primera etapa es posible

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