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Inquisición española.

Rayneris QuinonezEnsayo18 de Agosto de 2016

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República Bolivariana De Venezuela[pic 1]

Ministerio Del Poder Popular Para La Educación Universitaria Ciencia Y Tecnología

Universidad Nacional Experimental "Rafael María Baralt"

Programa: administración  -  Turno: mañana  -  II Semestre

 

Pensamiento Político

INTEGRANTES:[pic 2]

  • Rayneris Quiñonez
  • Edyerlyn Sandoval
  • Ronald

Santa Ana de Coro, agosto del 2016

Inquisición española

      El Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición mejor conocida como la Inquisición Española era una organización eclesiástica creada con el fin de imponer la fe católica y conseguir así una sociedad religiosa, dicha inquisición fue fundada por los reyes católico, Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, en el año 1478. Así mismo, esta perseguían, torturaban y condenaban a muerte a las personas que mantenían su religión en secreto como los judíos y musulmanes, a los cristianos que no la ejercían el catoliquísimo y a las personas que practicaban la brujería. De allí pues, que los reyes obtuvieron del papa Sixto IV el nombramiento de los primeros inquisidores en ese mismo año. Dos años después, el primer tribunal comenzó su actuación en Sevilla; luego se crearon en otras ciudades como castellanas y en Aragón, donde la sustituyeron como la Inquisición medieval. En 1483 se creó el Consejo de la Suprema y general Inquisición (vulgarmente llamado la Suprema), con autoridad sobre todos los tribunales provinciales. Como inquisidor general fue nombrado Fray Tomás de Torquemada. Por otra parte, la inquisición española era un tribunal eclesiástico qué dependía aparentemente de la Santa Sede, pero en realidad del rey de España, por concesión y delegación suya. Pues no hay que olvidar que los reyes se consideraban protectores de la Iglesia y tenían extensas atribuciones en materia de disciplina eclesiástica, el hecho de que a veces se sirvieran de la Inquisición con fines políticos. Cabe destacar que cada tribunal constaba de varios inquisidores; un fiscal y los ayudantes necesarios, el asesoramiento de padres, llamados calificadores y con un gran número de agentes civiles, llamados familiares, que eran como la policía del santo oficio. El cargo de familiar tenía varias ventajas: estaba libre de la jurisdicción común y probaba la limpieza de sangre del que lo mostraba, por lo cual era un cargo solicitado; hubo que dar reiteradas órdenes para limitar su número. Las competencias del tribunal solo se extendían a los bautizos, el bautismo se convirtió en algo legal para todos los habitantes de España. El caso de los extranjeros; la Iglesia reconocía la validez de su bautismo, y por lo tanto era de obligación vivir como católicos; los comerciantes o marinos que llegaban a España arriesgaban ser procesados y condenados como herejes (contrario a los principios) y de hecho, algunos neerlandeses, ingleses y franceses lo fueron, hasta que en el siglo XVII se firmaron tratados comerciales con los gobierno de Madrid con tal que no hicieran propaganda de sus creencias católicas. Los casos de brujería y hechicería eran también de la competencia de la Inquisición, así como otros que, en realidad no pertenecían al dominio de la fe, sino al de las costumbres: bigamia, blasfemia, confesores solicitantes, posesión de libros prohibidos, etc.

Por otra parte Los recursos económicos con que contaba el Santo Oficio eran las multas y confiscaciones, la apropiación de bienes, que se aplicaba a todo procesado, y a cuenta de ellos se le mantenía mientras permanecía en prisión. Si era absuelto, se le devolvía el resto; si era condenado a penas graves, sufría además la retención total. En los primeros años de actuación, la confiscación de los bienes de muchos infieles no sólo permitió atender a los sueldos de los inquisidores y demás gastos, sino que quedó un resto que se empleó en atenciones públicas. El número de condenados bajó mucho en el reinado de Carlos V, por lo que los reyes destinaron el producto de beneficio a cada catedral a completar los ingresos del tribunal. En cuanto al procedimiento de tortura que practicaba la inquisición española estaba determinada según su escala de penas; entre las más resaltantes estaban asfixiar con un paño al acusado, las multas, llevar puesto el sambenito, sentencias de cárcel perpetuas en algunos casos se reducían a pocos años y penas grave como vergüenza publica y azotes. De allí pues, que La Inquisición fue suprimida en 1808 por José Bonaparte, y en 1813 fue extinguida por las cortes de Cádiz. En 1814 fue restaurada de nuevo con el retorno del dominio, pero los liberales volvieron a anular en 1820, cuando volvieron al poder. Tres años más tarde, al regresar los dictadores, toda la labor legislativa fue anulada. Finalmente, en julio del año 1834, durante la regencia de María Cristina de Borbón-Dos Sicilia, heredera al trono Isabel II, se eliminó definitivamente el Santo Oficio, esta fue la cuarta y última abolición de la Inquisición española. Finalmente, concluía cuatro siglos de persecuciones, juicios y ejecuciones realizadas en nombre de Dios.

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