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Introduccion a la historia, conceptos generales


Enviado por   •  21 de Junio de 2016  •  Exámen  •  1.948 Palabras (8 Páginas)  •  266 Visitas

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Alumna: Rodeiro, María Virginia

                                                                                                           Fecha: 09 de Mayo de 2016

Introducción a la Historia

Parcial N° 1.

Respuestas:

  1. La palabra “historia” tiene una doble significación, pues se utiliza tanto para designar “la realidad de lo histórico” (los acontecimientos sucedidos o “res gestae”) y también para hacer referencia al “conocimiento histórico” (el resultado del oficio del historiador, de su investigación, “res gestarum”) y la disciplina que estudia la historia.

Es decir, que debido a esta ambigüedad de la palabra historia, existe una dificultad terminológica en lo referido a la denominación de la ciencia histórica y al objeto y método de ésta, lo cual acarrea dificultades epistemológicas.

Para superar estos obstáculos y sus consecuentes dificultades (que han sido motivos de debate por parte de los especialistas con el fin de echar luz sobre las distintas interpretaciones y alternativas propuestas, por ejemplo, el uso del término “historiología"), se estableció la necesidad de diferenciar ambos aspectos (la realidad histórica y el conocimiento histórico) y asignar  un nuevo término para cada uno. De esta manera, la palabra Historia fue reservada para designar la realidad histórica. Por otra parte, Historiografía se adoptó para designar la tarea de investigación y escritura de la historia, quedando clarificado y bien delimitado, de ese modo ambas facetas que componen a la ciencia histórica.

  1. Partiendo de la idea de que el hecho histórico es “un acontecimiento que debido a su importancia para el proceso histórico se ha convertido (o puede convertirse) en objeto de la ciencia de la historia”, toca ahora analizar las características que debe reunir un hecho para ser elevado a la categoría de “histórico”:
  • Todo hecho histórico es un acontecimiento pretérito, es decir que es un hecho que ha sucedido en el pasado.
  • Es una manifestación de la vida social de carácter muy diverso, ya sea un acontecimiento fugaz, un proceso de duración prolongada o cíclico y de los diversos productos materiales o espirituales de dichos acontecimientos.
  • Un hecho histórico, lo es en función de un sistema de referencia, es decir un contexto determinado que convierte un acto ordinario en un hecho histórico en el marco de sus relaciones con otros acontecimientos considerados en el encadenamiento de la causalidad o finalidad (y le da sentido y significación).
  • El historiador es el sujeto que realiza la valoración del hecho y su selección en función de la importancia y las consecuencias del hecho acontecido. Los hechos históricos producen efectos, cambios en el pasado histórico.
  • Los acontecimientos, los procesos, tienen carácter objetivo (no son producto del espíritu del historiador). Este los selecciona en función de su propio contexto histórico y de la teoría que profesa.

Se puede concluir de esta manera, que en base a estas características, todo hecho histórico es un hecho del pasado, pero no todo hecho del pasado es un hecho histórico.

  1. El historiador conoce los hechos del pasado a través de la observación histórica. Debido a la imposibilidad absoluta de conocerlos de manera directa, la observación histórica es necesariamente una forma de conocimiento indirecto a través de los testimonios, de los documentos y otras fuentes históricas, las cuales son sometidas a un trabajo de interpretación por parte del historiador que evalúa su autenticidad y veracidad, recreando el pasado.

Los testimonios indirectos de ese pasado llegan hasta nosotros por las huellas que dejan los hechos, a través de las marcas que han dejado esos fenómenos y que nuestros sentidos pueden percibir. Son los medios derivados de los fenómenos centrales (ya inaccesibles de forma directa) que nos permiten su reconstrucción.

Es importante resaltar que existe una gran variedad de fuentes (testimonios) históricas, todo lo producido por el hombre es susceptible de informarnos de él. Los documentos escritos son especialmente apreciados, pues proporcionan abundante información de interés para el historiador. Aunque no tienen garantía de estar exentos de errores o de falsear la verdad, una vez descartadas estas posibilidades, se convierten en fuente importantísima a la hora de elaborar una investigación histórica.

El historiador debe poseer, por lo menos, una noción de las principales técnicas de su oficio. Aunque solo sea para medir, por adelantado, la fuerza de la herramienta y las dificultades de su manejo. Casi todo problema histórico debe manejarse mediante testimonios de tipos opuestos y con técnicas que se distingan según el tipo de testimonio.

El investigador tiene la tarea de reunir las fuentes, estudiarlas y analizarlas y tras comprobar su autenticidad, sacar y deducir sus conclusiones.

Antes de esto, sin embargo, en la práctica se impone el cuestionario, es decir la interrogación de las fuentes. Ninguna investigación histórica llegara a buen puerto si no se tiene una dirección hacia la cual encaminarla y la observación pasiva no es de ningún modo efectiva. Las fuentes “no hablan” si no se las interroga adecuadamente.

Una de las dificultades a las que se enfrenta el historiador es la de reunir los documentos necesarios para realizar su labor. Entre las causas más frecuentes de obstáculos para recopilar las fuentes necesarias se encuentran:

  • La pérdida o destrucción de documentos por el paso del tiempo;
  • La destrucción voluntaria del documento por el cambio de régimen político;
  • El extravío (o destrucción) del documento por el paso de las generaciones, o la negativa a ponerlo a disposición del historiador por parte de su poseedor;
  • Destrucción de los documentos debido a catástrofes naturales, guerras;
  • Perdida del documento por la burocracia del sistema;
  • Destrucción, pérdida o deterioro por causas naturales como el clima de la región;
  • Extravío en bibliotecas, sucesivos traslados, inventarios mal confeccionados, negligencia del bibliotecario.

A veces, las dificultades provienen de las mismas épocas de paz, en las cuales los archivos y documentos permanecen silenciados en manos de los propios funcionarios. Son dados a conocer cuando ocurren revoluciones que “fuerzan las puertas de las cajas fuertes”.

Una vez reunidas las fuentes, el historiador debe someterlas a una evaluación documental, mediante la cual se puede establecer la fiabilidad y adecuación de las fuentes para el estudio y explicación del fenómeno histórico objeto de la investigación.

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