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Joseph Fouche


Enviado por   •  11 de Noviembre de 2013  •  1.353 Palabras (6 Páginas)  •  410 Visitas

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Joseph Fouché provino de una familia de comerciantes y marineros, pero al nacer débil y falto de carácter lo único que le quedó como porvenir fue unirse a la iglesia. Pero como a todo en la vida, jamás se compromete ni toma los votos mayores, sino que da clase a los aprendices de monjes, en una igualmente apática vida. Pero es enseñando cuando desarrolla el frío, cínico y desalmado que le servirá en la política.

En pequeñas reuniones donde se relaciona con gente de todo tipo y es donde conoce a roberspierre. Para asegurar su carrera política, se casa con la poca agraciada, pero de buena posición, hija de un comerciante, y se gana a la gente prometiendo hasta que es elegido diputado. Después de su enemistad con Maximiliano, prefiere actuar con cautela y esperar tiempos mejores. Hasta que define la muerte del rey. Y se convierte en radical, uno de los mas sanguinarios.

Se declara contra el cristianismo, poco después de casarse por segunda vez, Cuando Joseph Fouché vuelve de sus misiones a la Convención, ya no es el pequeño y desconocido diputado de 1792. A un hombre que levantó diez mil reclutas, que requisó de las provincias cien mil marcos de oro, mil doscientas libras en metálico, mil barras de plata, sin utilizar ni una sola vez el "rasoir national", la guillotina, la Convención no puede negarle verdadera admiración "pour sa vigilance", por "su celo".

Un año después de haberse sentado cauteloso y titubeante en los bancos de los moderados, Fouché ha pasado a ser el más radical de los radicales. Y ahora, cuando la sublevación de Lyon requiere a un hombre sin miramientos ni escrúpulos, a un hombre capaz de llevar a cabo el edicto más terrible que inventó jamás una revolución, ¿quién más indicado que Fouché? "Los servicios que has prestado hasta ahora a la revolución", decreta la Convención en su lenguaje pomposo,

"son garantía de los que has de prestar aún. De ti depende volver a encender en la Ville Affranchie (Lyon) el fuego agonizante del espíritu ciudadano. ¡ Concluye la revolución, termina la guerra de los aristócratas y que caigan sobre ellos y les aniquilen las ruinas que pretende levantar aquel Poder destruido!". Y bajo esta figura de vengador, como el "Mitrailleur de Lyon", Joseph Fouché que será más tarde multimillonario y Duque de Otranto— entra por primera vez en la historia

ministro del emperador

En 1802, Joseph Fouché —es decir, su Excelencia el señor senador Joseph Fouché— obedeciendo a la presión suave y obstinada del primer Cónsul, se retira a la vida privada, de la que

había salido diez años antes. Década increíble, predestinada y cruenta, siniestra y fecunda. Pero ha sabido aprovechar bien este tiempo. No se refugia, como en 1794, en una buhardilla miserable, fría: se compra una hermosa casa, bien equipada, en la rue Cerutti, una casa que debió pertenecer a un "aristócrata ruin" o a un "infame rico".

Sus protegidos en la Bolsa le dan participación en sus negocios y aumenta ventajosamente sus posesiones; al cabo de un par de años, el hombre del primer manifiesto comunista será el segundo capitalista de Francia y el primer terrateniente del país. El tigre de Lyon se ha convertido en roedor paciente, capitalista cauto, prestidigitador del tanto por ciento. Este poder de Fouché sobre Napoleón, que resulta un enigma para todos los contemporáneos, no tiene nada de mágico o de hipnótico. Es un poder adquirido con laboriosidad, habilidad y observación sistemáticas, un poder calculado. Fouché sabe mucho, sabe demasiado. Conoce, gracias a las comunicaciones del Emperador, y aun en contra de la voluntad imperial, todos los secretos imperiales y así, tiene en jaque al Imperio entero y también a su señor. Por la propia esposa del Emperador, por Josefina, conoce los detalles más íntimos del lecho nupcial; por Barras, cada paso dado en la escalera de caracol de su ascensión. Gracias a sus propias relaciones con hombres de dinero, vigila la situación económica particular del Emperador. No le

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