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Juan Jacobo Rousseau


Enviado por   •  24 de Marzo de 2013  •  2.148 Palabras (9 Páginas)  •  400 Visitas

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INTRODUCCIÓN

Juan Jacobo Rousseau nació en Ginebra, el 28 de junio de 1712. Tuvo una infancia serena y tranquila, sin embargo la madre de este nace poco después de darlo a luz, su padre se encargo personalmente de él. Tan pronto como el pequeño Juan Jacobo pudo leer su padre puso en sus manos sin fin de libros, desde novelas sentimentales hasta Plutarco. Tiempo después Juan Jacobo y su padre se ven obligador a huir de Ginebra.

A lo largo de su vida, Rousseau escribió grandes obras, la mayoría de ellas fueron rechazadas en sus tiempos, puesto que Rousseau tenia una visión muy diferente, miraba hacia el futuro y muchas de sus obras rompían con los esquemas de la sociedad de aquel entonces, es por ello que fue duramente juzgado.

Rousseau propugnaba la soberanía del pueblo que identificaba solamente con los varones. Su concepción sobre las mujeres puede conocerse a partir de su tratado de educación femenina "El Emilio" donde cuestiona la igualdad que propugnaba ya que solamente incluía a los varones.

Juan Jacobo Rousseau nació en junio de 1712, en Ginebra, como hijo de un relojero que formaba parte de un grupo de artesanos del barrio de Saint-Gervais. Su madre, Suzanne Bernard, murió pocos días después del parto. Es entonces cuando Juan Jacobo queda al cuidado de su padre, al cual le fascinaba la lectura, e inculco al pequeño Juan Jacobo en ese mismo habito leía desde novelas románticas e historias entre ellas Astrea de D'Urfé y las Vidas Paralelasde Plutarco. Estas lecturas avivaron la fantasía de Rousseau y acrecentaron su sensibilidad.

Tiempo después juan Jacobo y su padre se vieron obligados a huir de Ginebra, a la edad de 28 años, Rousseau se dirigió Lyon, en calidad de preceptor, y luego a París, donde conoció a Diderot, Condillac y muchos otros enciclopedistas. En este periodo se ocupa sobre todo de música, puesto que había inventado un nuevo sistema de notación musical cifrada, poco después Rousseau partió hacia París, donde presentó a la Academia de las Ciencias este nuevo sistema de notación musical ideado por él, con el que esperaba alcanzar una fama que, sin embargo, tardó en llegar.

Pasó un año como secretario del embajador francés en Venecia, pero un enfrentamiento con éste determinó su regreso a París, donde inició una relación con una sirvienta inculta, Thérèse Levasseur, con quien acabó por casarse civilmente en 1768 tras haber tenido con ella cinco hijos, los cuales internó en una institución, porque no confiaba en la educación que recibirían con su madre. Mantenía su postura en contra de los artificios de la vida civilizada que consideraba indigna. Consideraba a las artes y las ciencias como un adorno de las sociedades civilizadas que se convierten en cadenas que coartan la libertad del hombre. Abogaba por la pureza y la sencillez de la naturaleza destacando la relación entre la decadencia de los pueblos y el progreso de las letras. Vivía respetando sus propias reglas, sin reloj y observando una vida austera y sencilla.

Rousseau trabó amistad con los ilustrados, y fue invitado a contribuir con artículos de música a la Enciclopedia de D"Alembert y Diderot; este último lo impulsó a presentarse en 1750 al concurso convocado por la Academia de Dijon, la cual otorgó el primer premio a su Discurso sobre las ciencias y las artes, que marcó el inicio de su fama. En 1754 visitó de nuevo Ginebra y retornó al protestantismo para readquirir sus derechos como ciudadano ginebrino, entendiendo que se trataba de un puro trámite legislativo. Apareció entonces su Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres, escrito también para el concurso convocado en 1755 por la Academia de Dijon. Rousseau se enfrenta a la concepción ilustrada del progreso, considerando que los hombres en estado natural son por definición inocentes y felices, y que son la cultura y la civilización las que imponen la desigualdad entre ellos, en especial a partir del establecimiento de la propiedad, y con ello les acarrea la infelicidad. En 1756 se instaló en la residencia de su amiga Madame d"Épinay en Montmorency, donde redactó algunas de sus obras más importantes, como la Nueva Eloísa es una novela sentimental inspirada en su pasión –no correspondida– por la cuñada de Madame d"Épinay, la cual fue motivo de disputa con esta última. Esta se publico con un extraordinario éxito en 1761, mientras que El contrato social y El Emilio, aparecerían al año siguiente.

En Del contrato social, Rousseau intenta articular la integración de los individuos en la comunidad; las exigencias de libertad del ciudadano han de verse garantizadas a través de un contrato social ideal que estipule la entrega total de cada asociado a la comunidad, de forma que su extrema dependencia respecto de la ciudad lo libere de aquella que tiene respecto de otros ciudadanos y de su egoísmo particular. La voluntad general señala el acuerdo de las distintas voluntades particulares, por lo que en ella se expresa la racionalidad que les es común, de modo que aquella dependencia se convierte en la auténtica realización de la libertad del individuo, en cuanto ser racional.

Finalmente, Emilio o De la educación es una novela pedagógica, cuya parte religiosa le valió la condena inmediata por parte de las autoridades parisinas y su huida a Neuchâtel, donde surgieron de nuevo conflictos con las autoridades locales, de modo que en 1766, aceptó la invitación de David Hume para refugiarse en Inglaterra, aunque al año siguiente regresó al continente convencido de que Hume tan sólo pretendía difamarlo. En 1767, con 55 años, volvió a Francia con un nombre falso.

Rousseau es el hombre de las paradojas, la mayor de todas, es quizá que siendo así que acusaba de exceder en la critica destructiva a sus amigos los enciclopedistas, es en realidad mucho mas radical que ellos. (“La rabia de destruir sin edificar”). En Rousseau el metro del sentimiento coincide con el de la utilidad y la felicidad del genero humano, que no es en ningún caso algo diverso de la felicidad del individuo. En esto reside su “romanticismo” y, al mismo tiempo, su “pragmatismo”.

En efecto, se puede hablar de romanticismo porque en Rousseau la interioridad del sentimiento deja de estar a la merced del juicio que sobre él puede de formular la razón, y se convierte a su vez en juez del valor de la razón, si bien este valor sigue siendo en todo y por todo positivo para Juan Jacobo. Según Rousseau, para lograr una mejor comprensión del mundo y de la vida debemos emplear la reflexión filosófica. La educación es la mejor alternativa

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