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LA HERENCIA DEL FRENTE NACIONAL EN COLOMBIA

SoledadOlsen7 de Septiembre de 2012

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“LA HERENCIA DEL FRENTE NACIONAL”

El Frente Nacional erradicó vagamente la violencia política del país, pero los beneficios para las clases menos favorecidas no fueron favorables debido a que cada campaña política guardaba su interés en el capital y la propiedad de determinados grupos.

La pobreza fue el mayor fruto que dejaron como herencia este frente político, fenómeno particular la migración campesina a causa de la violencia – consecuencia que agotó las fuentes de trabajo a causa de la superpoblación que fueron creando la clase campesina en busca de mejores perspectivas para mejorar su calidad de vida. En la ciudad la situación económica no estaba en su mejor momento debido al “cambio social” - programa de gobierno que abanderó Misael Pastrana Borrero, último gobernante del Frente Nacional, quien dejó como “beneficio el UPAC, pretendiendo estimular el ahorro, fortalecer la industria de la construcción y disminuir la tasa de desempleo, Pastrana Borrero nunca imaginó que casi 30 años después de este invento sus consecuencias serían nefatas para la población despojando de empleo e irónicamente de vivienda a un centenar de familias a las que el UPAC desvaneció sus sueños dejándolos con crisis económicas, conflictos intrafamiliares y rigurosos problemas de depresión que los condujo al suicidio.

El gobierno de “Transición” fue el de Alfonso López Michelsen 1974/1978 quien recibió el país con una elevada deuda externa, recesión económica, inflación e infinidad de problemas de tipo social. López Michelsen pretendió aliviar el estado de emergencia económica con una reforma tributaria creando nuevos impuestos haciendo creer al pueblo que su interés era proteger a los menos favorecidos. Haciendo pagar mas a los más pudientes. Es importante citar que en su gobierno los precios del café se incrementaron en el ámbito internacional generando divisas para el país pero que solo beneficiarían a los sectores económicos dueños de la bonanza.

En los discursos de su campaña, López anunciaba con vehemencia su deseo de romper los esquemas de gobierno de sus antecesores con el única interés de ganar adeptos a su campaña.

Retomando modelos económicos extranjeros pretendió convertir a Colombia en un “Japón de Suramérica”1 sugiriendo descaradamente a las industrias que aprovecharan los “bajos salarios para orientarse hacia una política audaz de exportación”.2

Un slogan relevante que desmiente ante la opinión pública su interés de un cambio es “cerrar la brecha entre las dos Colombias”3 frase con la que inconscientemente dejar ver su elitismo al no referirse generalizadamente al país sino dividiéndolo en dos “Los adinerados y los pobres” apoyándose en la situación económica de las clases menos favorecidas – que son la otra parte de la brecha-, que es la que siempre lleva la carga de los despilfarros gubernamentales ante todo de los “asalariados privilegiados” 4

Las exenciones fiscales generosamente otorgadas solo permitieron que su sistema fiscal perdiera eficacia aún mas cuando el CAT –“Certificado de Abono Tributario” primaba con un 15% sobre exportaciones a la mayoría de los exportadores, con excepción de los cafeteros, suscitó fraudes mediante el sistema de exportaciones ficticias.

Un gobierno cuyas metas propuestas fueron palabras perdidas en los balcones de sus discursos deja una vez mas al pueblo, o mejor, “La otra Colombia” en mas pobreza que dejó su antecesor a raíz de un UPAC que solo les cobraba mas por tener ahorros bancarios a las altas tasas de interés colocadas por tener un “ranchito propio”. En consecuencia al final de su gobierno ningún mandato fue claro. Un crítico de su gobierno como Gerardo Molina (q.e.p.d) opinó “La administración que le anunció como disputa a cerrar la brecha entre ricos y pobres y entre regiones prósperas y miserables, ayuda a comprender el insondable desasosiego en que vivimos hoy (...) Ahí están, sobre todo la inflación, el desempleo y los ataques a la moral pública, a los que no son ajenas personas allegadas a las esferas del alto gobierno para acabar de establecer la situación de una comunidad que se debate inútilmente en busca de una salida que no se puede llegar a través de los pasajes habituales”.

En 1982 López M. Aspiró nuevamente a la presidencia de la República y consideró que era para tratar de probar con “experimentos” y seguir engañando a la comunidad de que aún podía “cerrar la brecha entre dos colombias”... brecha, que de haber sido nuevamente electo, se hubiese convertido en un abismo mas grande que en el que vivimos los pobres colombianos.

Julio César Turbay Ayala 1978/1982: Prosiguió con algunos parámetros económicos marcados por López... primera evidencia de que la situación social, económica y política de la población colombiana no cambiaron en corto plazo ni para mejorar el estilo de vida de los mas pobres y asalariados.

El gobierno de Turbay Ayala se preocupó por fortalecer al sector eléctrico en la realización de obras, construyó media autopista de Medellín, construyó los aeropuertos de Barranquilla y Cartagena, introdujo la T.V. a color e incrementó campañas de alfabetización... Bien, pero considero que estos generosos aportes de los que nos beneficiamos una minoría no eran gratos; con las construcciones y desarrollo vial tenían partida los grandes empresarios de las entidades constructoras, el sector eléctrico beneficiaría a las industrias generadoras del servicio y a las termoeléctricas. Los aeropuertos sí, un muy buen progreso, pero un padre de familia asalariado con el mínimo no podría conocer a Cartagena, ni el aeropuerto, y probablemente respecto al t.v. a color, tampoco podía darse el lujo de cambiar su “viejera” por uno nuevo – la certeza de que la comunidad miserable no “cabe” en estos desarrollos es aún mas clara-, a consecuencia creció la “economía subterránea” fundamentada en actividades de narcotraficantes y contrabandistas”...

Los abusos de esta administración llegaron al tope, tanto, que el grupo revolucionario Movimiento 19 de Abril –M 19- conformado por miembros de la Anapo que habían pasado a la clandestinidad –por considerar fraudulentas las elecciones de 1970- tomó por asalto la embajada de la República Dominicana en Bogotá, para presionar al gobierno y de esta forma mostrar al mundo externo la grave situación que en todas las esferas vivía Colombia. El M-19, pretendía dar a conocer su ideología y las causas de su lucha a estas embajadas extranjeras a través de una retención forzosa, pues ellos en su calidad de “insurgentes” no les permitían mostrar que eran un grupo con ideales en común que solo querían revelarse contra los gobiernos y sus programas. La situación provocada por este grupo recrudeció el secuestro y la extorsión, desatando la creación de un grupo denominado MAS –“Muerte a secuestradores”- que desencadenaría mas violencia y pobreza en este país. La formación de este grupo guerrillero tuvo origen en desavenencias y fraude de tipo político de los que un sinnúmero de colombianos se cansó de la manera como estos gobernantes manipulaban los sueños de un pueblo. Sus metas eran sublimes y buscaban erradicar la pobreza y tomarse el gobierno por la vía de las armas para crear un gobierno visionario, equitativo y justo.

Belisario Betancur Cuartas 1982/1986: Para este periodo los colombianos buscaban una opinión diferente eligiendo a este candidato conservador respaldado por Misael pastrana. Belisario Betancur se mostró ante el pueblo colombiano como líder del “Movimiento Nacional” para ocultar su tendencia conservadora, pues con la “herencia del Frente Nacional, cuyo último gobernante fue Pastrana” muy posiblemente su estrategia escudada en un partido creado por conveniencia, le daría más popularidad dentro de las esferas sociales marginales que eran las únicas que podrían fijar su confianza y regalar su voto a Betancur Cuartas.

Basado en los fracasos anteriores, Betancur Cuartas probó gran oferta de amnistía, no tenía probabilidad de ser aceptado por los grupos guerrilleros si no venía acompañado de una modificación del clima político, una amplia concertación con la oposición. El anhelo de una cesación de la violencia fue un gancho fuerte en la campaña presidencial de Belisario Betancur y ¿cuál pueblo no vota por un candidato que ofrece fin a una ola de violencia?. Todo se daba, fue una época buena electoralmente y el conglomerado ciudadano lo eligió creyendo ampliamente que su programa tenía la solución a los conflictos políticos y sociales que padecía Colombia.

Su lema “sí se puede” y uno de sus programas u ofrecimientos de la campaña presidencial fue la facilidad con la que prometió a los sectores desfavorecidos la obtención de vivienda “sin cuota inicial”... que sueño, todo se mostró muy elemental y aún los ciudadanos inocentes pensaron que él sería la solución, pero seguía tratándose de ganchos de campaña para conseguir adeptos a su candidatura.

Luego el 6 de noviembre de 1985 el grupo guerrillero M 19 en muestras de rechazo a su política de gobierno, y cansados de la campaña económica, política y social de la que siempre es víctima el pueblo, se tomó el Palacio de Justicia y tomó como rehenes a los magistrados de las altas cortes, a los funcionarios y visitantes, su gobierno decidió no negociar con los subversivos ordenando a las tropas militares retomar el Palacio –poco sabia su decisión- desencadenó una masacre que cobró víctimas de todos los bandos, magistrados, guerrilleros, militares y particulares que no tenían nada que ver ni de un

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