LA HISTORIA DE MATILDE

Matilde se levantó muy temprano aquella mañana. Casi no había podido dormir toda la noche y por eso estuvo fastidiada toda la mañana. Antes de ir a la oficina encendió un cigarro y cogió aquel papel escrito que estaba en la mesa de su sala. Ella subió a la parte posterior del automóvil, mientras el chofer se colocaba en el asiento correspondiente. El chofer encendió el auto y se dirigió hacia la oficina de Matilde con toda prontitud.

Matilde, sentada en la parte posterior del auto seguía estando muy intranquila. Estaba mas perturbada que en otras ocasiones. Saco aquel papel escrito de su bolsillo y lo volvió a leer. Leer el contenido de lo que estaba escrito en ese papel le provocaba sentimientos encontrados. Ese papel escrito se lo había mandado un amigo que vivía en Buenos Aires. Se había enterado a través de ese escrito, de un infidelidad más de aquel hombre al que ella amaba. Aquel hombre la había deslumbrado por su habilidad en muchísimas cosas. Es posible que las mujeres se sientan atraídas por hombres de esas características, más aun, cuando tienen una personalidad misteriosa como lo tenia aquel hombre. De hecho, aquel hombre era muy temido por otros hombres. Eso hacia que Matilde se sienta segura, más de lo que se había sentido al estar relacionada sentimentalmente con otros hombres.

Pero ese mismo hombre la había vuelto a engañar. Semanas atrás aquel hombre había viajado a Buenos Aires, supuestamente por razones de negocios, pero en esa ciudad se había encontrado con otra mujer. Esa mujer era la “conquista” del momento, y es posible que ambos la hayan pasado de lo mejor en esa ciudad. No era la primera vez que ese hombre engañaba, ya lo había hecho muchas veces. Esta ves, a diferencia de otras veces, algo dentro de Matilde le decía que esa mujer era distinta. Esa mujer haría que el hombre abandonara a Matilde definitivamente. Matilde amaba casi con una obsesión única a ese hombre y por eso le había perdonado todas sus infidelidades. Pero esto era distinto. Matilde no esta dispuesta a aceptar a que otra mujer le arrebatara definitivamente a ese hombre.

Ahí sentada en el auto, planeaba su venganza. Primero pensó matar a esa mujer, pero eso no solucionaría su problema, pues podría ir presa y él libre, podría seguir engañándola. Segundo, pensó en matarlo él, pero casi instantáneamente desechó la idea, imposible matar al amor de toda su vida. Matarse ella, fue el tercer pensamiento, pero igual, una vez muerta ella, el hombre la olvidaría rápidamente y se iría tras los brazos de otra mujer. En eso se le vino a la mente una idea. Quizás esta era la solución definitiva.

Ordenó que el chofer diera la vuelta y se dirigiera a una de las oficinas que aquel hombre poseía. Sabia que él no estaba en ese momento en la oficina y le seria fácil entrar, pues ella era la persona de más confianza y poseía la llave de esa oficina.

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