LA IGNORANCIA SOBRE EL RACISMO

LA IGNORANCIA SOBRE EL RACISMO

Buenos días estimados compañeros, el día de hoy me presento ante ustedes con el singular propósito de hablarles sobre un tema de interés social, el cual nos envuelve a todos por pertenecer al mismo, y que denigra y destruye nuestra sociedad: El Racismo.

Antes de continuar me gustaría explicar brevemente lo que esto significa. El racismo es la discriminación racial de un grupo étnico. Dicho de otro modo, se puede entender que existen diferentes tipos de razas, de las cuales una de ellas (la Aria) se considera superior a las demás, siendo éstos “bellos y moralmente perfectos” que actúan como colectivo y transmiten su superioridad al resto. Ya que estos genes se transmiten hereditariamente, la raza se “degenera” al contacto con otras razas inferiores. Estos rasgos heredados no se limitan tan solo a los rasgos físicos, sino que incluyen también las aptitudes y actitudes psicológicas. De aquí se deriva el racismo, la historia no es más que la lucha de las razas en las que las superiores dominan sobre las inferiores.

La autorepresentación positiva de nosotros no nos permite compararnos con una representación de nuestra gente como gente mala, gente racista.  Nos consideramos buenos, amables y para nada racistas. De todos los temas relacionados con la inmigración y la sociedad multicultural, el tema del racismo es casi tabú – y produce una clara incomodidad entre las elites de la política y los medios de comunicación. Sí hay racismo, solamente que existe en otro lado, en el extranjero, en países lejanos al nuestro.

Nunca en el discurso público se habla sobre el racismo como un problema fundamental de nuestro país, tampoco se menciona en la prensa, o en el sin número de artículos que se escriben a diario. No se ve el racismo como una amenaza a la democracia, o como una injusticia contra ciudadanos que vienen de otros países o culturas. No hay instrucciones explícitas contra prácticas y discursos racistas en las empresas o agencias públicas. Nunca se publican artículos en la prensa sobre el racismo de la prensa. A los periodistas no les gusta la auto-crítica.  A diario se leen titulares como éste “Apresan a 2 personas y un haitiano por abuso de drogas.”  O sea que, ¿el haitiano no es gente?

No es de extrañar la falta de información sobre racismo, la gente apenas sabe lo que es. La idea general es que el racismo es el racismo de los americanos a los latinos, o tal vez la agresión física y verbal contra un haitiano. El racismo no se asocia con las élites, con nuestro periódico, nuestros políticos, nuestros libros de texto, o las películas que vemos en la televisión. No con una palabra poco cortés a un haitiano en la calle. No es la ausencia de Africanos o Chinos en la portada del periódico, del canal de televisión. No se asocia con las sutiles maneras de discriminación en la vida cotidiana. El racismo cotidiano se ignora, no se conoce, y no se enseña. No queremos saberlo porque no es nuestro problema. Ni sabemos que es un problema fundamental de quienes lo sufren. El racismo es el rechazo constante a lo diferente. A lo que nos enseñaron que era “malo e inferior” a nosotros. Es la discriminación a otra forma de pensamiento, de vida, de cultura, de gustos, de color de piel, de clase social. El racismo es una de las amenazas más serias de nuestra democracia, de la convivencia, de la sociedad diversa, abierta y multicultural y de la cohesión social. La tolerancia hacia el racismo hace que puede crecer y crecer.

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