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LA SEMANA TRAGICA

danielpinkfloydReseña5 de Agosto de 2015

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“LA SEMANA TRAGICA”DE EDGARDO BILSKY (BUENOS AIRES: CEAL, 1984)

En el libro  Edgardo Bilsky se encuentra una renovación de la historia del movimiento obrero de los años ochenta opuesta a la historiografía que se transformo en dominante, la cual cambio el objeto de estudio, de clase obrera a sectores populares,  separando la vida de la conciencia  como por ejemplo el autor Leandro Gutiérrez[1].

El autor nos ofrece una historia social con contenido sindical y político de la clase obrera Argentina, analizando  la semana trágica ocurrida en  1919 en el gobierno radical de Hipólito Yrigoyen.

En la introducción toma la semana trágica como un acontecimiento de mucha significación para el movimiento obrero de nuestro país ya que puso fin a una etapa “insurreccionista”.

En el capítulo 1 analiza la situación obrera durante la primera guerra mundial. Para comprender  la formación obrera hay que situarse en Buenos Aires dentro de los barrios obreros en una situación de enfrentamiento social.

Esta clase fue concebida dentro del modelo agro exportador principios del siglo XX, cuyos sectores fundamentales fueron, los de servicios, obreros industriales, el sector artesanal y por último la masa de peones, la mayoría obreros “golondrinas”.

El fenómeno inmigratorio multiplico cuatro veces y media a la población cambiando la fisonomía del país entre 1872 y 1915, habiendo desequilibrios en ese periodo como en la economía que produjo un atraso del desarrollo del sector manufacturero, el estancamiento de las regiones del interior, y la propiedad de la tierra del campo en pocas manos, también la dependencia puesta en el capital extranjero británico.

En lo político los desequilibrios estuvieron en el control de la elite que basaba su poder en el monopolio de la tierra y del gobierno. Fueron estos factores los que contribuyeron a la formación de un proletariado, ya que la oligarquía Argentina no se comprometió a un verdadero desarrollo industrial.

Las inversiones iban a parar a los frigoríficos, las bodegas y los molinos harineros  mientras que los establecimientos industriales eran pequeños talleres que no poseían mucho capital.

Los inmigrantes que fueron traídos con el objetivo de poblar y colonizar el país, no pueden acceder a la propiedad de la tierra (por supuesto que hubo algunas excepciones), se convirtieron  en arrendatarios y sufrieron  la miseria de estas condiciones por esto terminaron  dirigiéndose a los centros urbanos  formando parte de la mano de obra de las ciudades. Argentina estaba integrada al mercado mundial, esto, sumado al crecimiento demográfico y el desarrollo urbano intervino en el incremento de la clase obrera.

A partir de 1914 la economía Argentina se estanco, esto como consecuencia del  régimen de propiedad de la tierra que impidió la formación de una capa de campesinos medios lo que limito el mercado interno y deformando el desarrollo industrial lo que afecto a las pequeñas industria.

En los años1917 a 1920 la ganadería se convierto en el sector más importante de la economía, pero el flujo de capitales se mantenía  por debajo del periodo anterior a la primera guerra mundial. Al finalizar este periodo la sociedad argentina contaba con una  clase obrera relativamente constituida y una clase media formada por inmigrantes sus hijos, y la población criolla.

Los inmigrantes eran marginales dentro de la sociedad por no tener acceso a la participación política tradicional, la elite estaba consciente de esta restricción y reprimía fuertemente las manifestaciones de estos, apuntándolos como responsables de revueltas sociales.

Para darnos una estructura global de la clase obrera Argentina durante la primera guerra mundial el autor examina los tipos de establecimientos, como las pequeñas y medianas empresas, en las que se encontraban los conductores de taxis, los  trabajadores de muebles y  imprentas .Las grandes empresas por su parte daban  una imagen del obrero moderno, incluían  a los obreros del ferrocarril, los frigoríficos y los metalúrgicos, entre otros.

En cuanto a la organización obrera  Bilsky  parte del año 1854 con la creación de la sociedad de ayuda mutua de tipógrafos aunque aclara que el verdadero desarrollo de organización sindical se hace más notorio en 1880.

En 1894 se fundó el partido socialista  el cual publica “La vanguardia” su periódico, en el caso del los anarquistas su publicación se llamo “La protesta”  creada en 1897.En mayo de 1901 se creó la F.O.A  la federación que agrupa a todos los sindicatos, con la dirección anarquista se fundó la F.O.R.A que adopta el anarco-comunismo.

Afirma que los sindicalistas revolucionarios tienen mayor influencia entre los obreros más calificados mientras que los menos calificados se relacionaban con la F.O.R.A. la importancia de estas organizaciones obreras era  que los trabajadores inmigrantes se podían expresar y fue también un medio de integración.

A partir de 1919 el número de huelgas se elevan en  Buenos Aires esto coincidió con la baja de los salarios, la miseria, la subalimentación y la enfermedad.

El Capítulo II examina los  Antecedentes de la Semana Trágica  en el que el gobierno de Yrigoyen tenía la oposición de las elites conservadoras las que  perdieron el poder  luego de su victoria  a partir de 1916.Esta Elite vio el peligro de la llegada de agitadores extranjeros y su posible explosión social por esto piensan en la formulación de reformas.

El radicalismo estaba ligado al desarrollo de las capas medias urbanas y rurales y estableció fuertes lazos con los hijos de inmigrantes.es decir, este partido quería la armonía entre las clases pero no modifico las características estructurales económicas y sociales. Lo que muchos autores, dice Bilsky, denominan “Gobernar y no hacer nada”

Cuando Yrigoyen asumió el poder inmediatamente se enfrento a una huelga, la de los obreros marítimos dirigidos por la F.O.M, este no recurrió  a los medios represivos sino que propuso  una mediación, lo que se transformo en un constante por parte del poder ejecutivo. Más adelante debido a presiones el presidente comenzó a reprimir a los obreros en huelgas de frigoríficos.

Capítulo III: Los comienzos de la Semana Trágica, sobre las hipótesis del porque sucedió este hecho, el autor plantea  algunas de estas como la que la policía actuó para vengar la muerte de un cabo muerto .Los socialistas, en cambio, culpaban  al gobierno por la masacre.

El autor avanza sobre la jornada del 8 de enero, la cual marco el comienzo de la movilización obrera, que era limitada y sobre todo localizada. El día transcurrió sin enfrentamientos, manifestándose cierta lentitud en la movilización.

Bilsky focaliza en el papel de  la prensa la cual parecía estar en  alerta contra la evolución  de la  agitación  obrera. Dadas las características antes mencionadas  por parte del accionar obrero, los periodistas de La Razón dicen que el clima que reinaba  hacia fines del día tendía a la conciliación.

L a prensa anarquista se indigno  por el poco eco suscitado por la masacre en la población de Buenos Aires, y lanza un clamoroso llamado a la acción.

Según las  fuentes policiales, la intervención de los piquetes de huelguistas provino del local del partido socialista situado en la calle Loria cerca de los talleres Vanesa, que genera ataques a los tranvías.

Los acontecimientos se precipitaron, un inspector de policía recibió una puñalada cuando intentaba calmar a la muchedumbre. En el resto de la ciudad la acción de los de huelga comenzó a hacerse sentir.

Con el paro de los transportes, la ciudad estaba en un verdadero ambiente de huelga general, la falta de transportes impidió a los empleados volver a sus trabajos, muchos comercios cerraron sus puertas, inclusive en el centro de la ciudad.

Las medidas tomadas por el gobierno en el curso del día permitieron  pensar que de su parte tampoco se esperaba una reacción de esa envergadura. Durante la mañana, ninguna medida había sido tomada para reforzar las fuerzas represivas; al contrario, la vigilancia en los barrios próximos a los establecimientos Vasena era más discreta. A medida que el gobierno fue tomando conciencia de la importancia de la huelga  y quedo   invadido por un pánico progresivo, la jornada del 9 transformó totalmente la situación existente.

El autor expresa algo muy importante en este capítulo y es que los sindicalistas revolucionarios se encontraron  sin pretenderlo, con una huelga general, que no solo estuvo  lejos de ser un conflicto localizado y limitado, sino que fue la huelga general más importante en la historia del movimiento obrero de la primera mitad del siglo.

En torno a la actitud que tomaron los socialistas fue de temor a las consecuencias de la expresión de descontento popular, ya que hubieran preferido que sea más controlada, pero por sobre todo más pacífica.

Los anarquistas, eran  los únicos que anhelaron estos acontecimientos, no escondieron la impresión de sentirse desbordados por esta erupción que los dejo absortos.

Durante el día 10 los enfrentamientos continuaron, los más graves se produjeron  hacia fines de la tarde, o por la noche. Se debieron  en su mayoría a encuentros con la policía o con soldados, generalmente cuando los obreros intentaban  hacer plegar a la huelga a tranvías  vehículos, o cuando se intentaban  atentados contra instalaciones públicas por ejemplo, de aguas corrientes o de alumbrados.

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