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La semana trágica (1919) y la huelga marítima (1919-1921)


Enviado por   •  18 de Octubre de 2022  •  Ensayos  •  2.432 Palabras (10 Páginas)  •  47 Visitas

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La semana trágica (1919) y la huelga marítima (1919-1921) fueron hitos claves en la relación entre el Estado, el movimiento obrero y la burguesía en el primer gobierno de Hipólito Yrigoyen, dado que son un reflejo de la política obrerista del presidente argentino. Para ello utilizare el texto de Enrique Garguin sobre “Las relaciones entre Estado y Sindicato durante los gobiernos radicales (1916-1930)” para analizar la relación del Estado con el movimiento Obrero, y el texto de María Ester Rápalo “El uso del poder político económico durante el gobierno de Yrigoyen 1916-1922” para analizar la relación entre la burguesía con el Estado.

Enrique Garguin nos explica cómo fue la posición de Yrigoyen en cuanto a la mediación en los conflictos de los trabajadores. El presidente de la republica argentina adopto una postura que beneficiaba la resolución de los conflictos a través del corporativismo en vez de una resolución legislativa. Garguin nos dice que la mediación de carácter corporativo socaba las bases de la democracia liberal ya que ejerce presión de manera directa sobre la sociedad política, generando un cortocircuito entre el reclamo de los trabajadores y la función que deben tener tanto los partidos como los funcionarios políticos en el Congreso. El corporativismo le permitía, a Yrigoyen, elegir con que sectores sentarse a dialogar mejoras para los trabajadores, y con quienes no. Esto género que la obtención de mejoras en cuanto a los derechos laborales se diera de manera particular, y fueron los sectores que se encontraban representados por un sindicato fuerte los que lo lograran, como puede ser el caso de los ferroviarios y de los banqueros

Esto también mostraba la doble cara que mostraba Yrigoyen ante los reclamos de los trabajadores, ya que era un presidente que se sentaba a discutir ante los reclamos de los mismos, pero a la vez enviaba a reprimir las huelgas, y es en este periodo en el que se dieron algunas de las represiones más sangrientas por parte del estado (hacia la huelga de los frigoríficos de 1917, la semana trágica de 1919 y las huelgas patagónicas en 1921). La gran violencia en estas represiones se explica porque el brazo represivo que utilizo el estado era el sector militar, como ocurrió en los sucesos de la Patagonia Rebelde.

A comienzos de su mandato Yrigoyen, tuvo que actuar de árbitro entre los trabajadores y las empresas, y en esta ocasión se volcó hacia los trabajadores. La posición del presidente argentino en apoyo de la causa de los trabajadores fue fundamental para la construcción del obrerismo de Yrigoyen, que se empezó a difundirse después del primer contacto con los dirigentes marítimos y la FORA. “Fue esta la primera vez en la historia argentina en que se produjo un triunfo obrero en huelga gracias al apoyo obtenido desde el Estado. Aunque ese apoyo no haya sido más que prescindencia real, es decir quite del apoyo efectivo a la parte patronal, el cambio de actitud fue notorio y resulto decisivo para el triunfo obrero” (Garguin; 2000; pág. 8).

Pero esta posición del presidente de solucionar conflictos de manera particular y no trasladarlo al Congreso, también género que los sindicatos se alzaran en huelga para luchar por la mejora de las condiciones laborales. Esto provoco un desgaste entre la relación del Poder Ejecutivo y los sindicatos en lucha. Además, que las continuas huelgas enfurecieron a los sectores más reaccionarios, que pedían la intervención represiva del estado contra los trabajadores, además exclamaban que las huelgas eran el producto de perturbadores foráneos más que en defensa de los intereses de los trabajadores.

 Mientras se iban sucediendo las huelgas la opinión de los radicales ante los sindicalistas fue cambiando drásticamente, ya que ahora, como muestra el diario radical La Época, los huelguistas eran vistos como agitadores profesionales y que promovían censurables sistemas de violencia. Tampoco ayudaba a la situación las posiciones que tomaron las patronales, ya que, en muchos casos la resolución de conflictos se dio por medio de decretos que las patronales decidían incumplir. Esto llevo a sectores sindicales, con mayor afinidad al socialismo, a pedir por resoluciones legales de los conflictos de los trabajadores.

Con la creciente tensión que existía entre las patronales, el Estado y el movimiento obrero se llegó al punto en el que se cree que se termina el obrerismo de Yrigoyen que es la Semana Trágica de 1919. Algunos autores piensan que este corte se da con lo sucedido en 1921. La posición del presidente argentino, ante las resoluciones que debía realizar sobre las huelgas de los trabajadores se reconfigurara a partir de este momento. Desde 1919 a 1921 la relación entre el ejecutivo y los sindicatos ira variando, ya que se mantuvo el dialogo, como por ejemplo con la Federación Obrera Marítima (FOM) y la Federación Obrera Regional Argentina (FORA) noveno congreso, donde se criticaba lo sucedido en la Semana Trágica, pero se mantenía el dialogo, logrando algunos objetivos de los trabajadores. “Pero para mayo de 1921 una serie de crisis se sumaron e impusieron un giro en la política obrera de Yrigoyen, quien termino por quitar su apoyo a su otrora apreciado sindicato marítimo, la FOM, y esparció una ola represiva que incluyo la clausura de numerosos sindicatos y de las dos federaciones obreras.” (Garguin; 2000; pág. 15). No solo el factor de la crisis económica de la postguerra presiono al Poder Ejecutivo a cambiar de postura, sino que también se sumaron los grupos empresariales, con amenazas desde la embajada británica y norteamericana de boicotear el puerto de Buenos Aires. Otro grupo que se sumo fue la Liga Patriótica que atacaba por medios violentos los sindicatos.

Queda claro que la relación entre Yrigoyen y los sectores en huelga fue cambiando desde 1919, para terminar bruscamente en 1921. Las publicaciones del Departamento Nacional del Trabajo (DNT) muestran que las intervenciones estatales en los conflictos laborales disminuyeron rotundamente. Con esto nos queda claro que anteriormente la política yrigoyenista está abierta al dialogo con los sindicatos de manera corporativista, preferían solucionar los conflictos por vías ejecutivas antes que llevarlos al Congreso, pero la multiplicidad de conflictos, sumado a las presiones externas y la crisis económica llevaran a una política de carácter represiva en cuanto a los conflictos laborales.

Se puede decir que lo que se mantiene, luego de estos sucesos, entre los sindicatos y el Poder Ejecutivo fue el modus operandi de puertas abiertas y diálogos para cuestiones menos apremiantes. Incluso varios sindicatos criticaran las posiciones puristas de otros sectores del sindicalismo argentina, como pueden ser las críticas de la Unión Sindical Argentina hacia la FORA del quinto congreso, por sus posiciones antidialogistas con el Estado. Este sistema corporativista de resolución de conflictos será utilizado también en el gobierno de Alvear (aunque se verá una tendencia a trasladar los conflictos al Congreso). La resolución de estos conflictos de manera particular será un factor decisivo para el Ejecutivo argentino para decidir con quien sentarse a dialogar y con quien no. Es por ello que quienes entablaron buenas relaciones con el gobierno fueron los representantes del sindicalismo revolucionario. Estos a la vez compartían un enemigo común en el Partido Socialista, uno en cuanto a las elecciones y el otro en cuanto a la dirigencia sindical. De esta manera se ve como sectores como los ferroviarios fueron aquellos que lograron respuestas positivas a sus reclamos.

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