L.B. Alberti
chera25 de Abril de 2013
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por Álvaro Zarzuela
SU MUNDO.
EL MUNDO DEL RENACIMIENTO.
CONTEXTO SOCIOCULTURAL DE LOS SIGLOS XV Y XVI.
El Renacimiento nace en Italia.
El Humanismo. La corriente ideológica del Renacimiento.
El panorama político en la Italia de los siglos XIV y XV.
El contexto religioso. Reforma y Contrarreforma.
Sociedad y cultura en la Europa del Renacimiento.
La era de los grandes descubrimientos geográficos.
EL ARTE DEL RENACIMIENTO.
Características del arte del Renacimiento.
Yo, el artista.
El mecenazgo.
Evolución del arte del Renacimiento.
EL QUATTROCENTO ITALIANO.
Florencia y los Medici.
La arquitectura del Quattrocento.
La escultura del Quattrocento.
La pintura del Quattrocento.
Algunos otros grandes artistas del Quattrocento.
ALBERTI.
EL ARTISTA.
SU OBRA ARQUITECTÓNICA.
Palacio Rucellai.
Fachada de la Iglesia de Santa Maria Novella.
Templo Malatesta.
Iglesia de San Sebastián.
Iglesia de Sant’Andrea.
GHIBERTI.
EL ARTISTA.
SU OBRA.
Análisis comparativo de los Sacrificio de Isaac de Ghiberti y de Brunelleschi.
Segundas Puertas del Baptisterio principal de San Giovanni de Florencia.
Las Puertas del Paraíso.
BOTTICELLI.
EL ARTISTA.
Su vida.
Su personalidad.
Reconocer al pintor.
SU OBRA.
Epifanía (1465-1467).
Madonnas.
Regreso de Judith a Betulia (1469-1470) y
Descubrimiento del cadáver de Holofernes (1469-1470). pág. 48
La Fortaleza. pág. 49
Virgen con Niño y seis santos. pág. 49
Epifanía (1470-1475). pág. 50
Desconocido con medalla con Cosme de Medici. pág. 50
Epifanía (1475). pág. 50
Alegoría de la Primavera. pág. 51
Madonna del Magnificat. pág. 52
Rebelión contra la Ley de Moisés. pág. 53
Epifanía (1481-1482). pág. 54
Historia de Nastaglio degli Onesti. pág. 54
Minerva dominando al centauro. pág. 55
Venus y Marte. pág. 55
Nacimiento de Venus. pág. 56
Frescos decorativos de la Villa Lemmi. pág. 57
Anunciación (1489-1490). pág. 57
Coronación de la Virgen. pág. 58
Calumnia de Apeles. pág. 58
Natividad (1500). pág. 59
Oración en el huerto. pág. 60
Transfiguración de Cristo. pág. 60
Historia de Virginia e Historia de Lucrecia. pág. 61
BIBLIOGRAFÍA pág. 64
ALBERTI, GHIBERTI y BOTTICELLI.
SU MUNDO.
EL MUNDO DEL RENACIMIENTO. CONTEXTO SOCIOCULTURAL DE LOS SIGLOS XV y XVI.
Se entiende por RENACIMIENTO el periodo de renovación ideológica y artística que durante los siglos XV y XVI comienza en Italia y se extiende al resto de Europa, dando paso de la Edad Media a la Moderna. Su característica esencial es la admiración del clásico grecolatino, de ahí el nombre de Renacimiento, pues se supuso que había "renacido" todo el esplendor de los antiguos griegos y romanos. Los renacentistas consideraban esta cultura clásica como la realización máxima del ideal de perfección e intentaban imitarla en cuanto podían.
El Renacimiento nace en Italia.
El Renacimiento es un fenómeno fundamentalmente italiano, que aunque se extendió rápidamente a otros lugares de Europa guardó en cada uno de ellos unas características propias tan definitorias y en algunos casos tan profundas que puede hablarse de varias clases de Renacimientos, lo cual enriquece su concepto genérico. Es natural que fuera en Italia donde naciera este movimiento de renacimiento de los clásicos. Para empezar, es en esta península donde el Imperio romano tenían su centro de gobierno y los días gloriosos del Imperio todavía se recordaban con añoranza. Además, la península itálica nunca se había visto implicada íntimamente en la corriente internacional del gótico sino que sus manifestaciones medievales habían tenido una carácter muy particular, siempre más ligado a su propia tradición románica y clásica que a las evoluciones estilísticas de Francia, el gran rector del estilo gótico. Amén de que en prácticamente todas las ciudades se encontraban restos arqueológicos, arquitectónicos y escultóricos del antiguo Imperio, que favorecieron el estudio de esta cultura grecolatina. También favoreció este redescubrir el mundo clásico la emigración de numerosos eruditos, intelectuales y artistas desde Bizancio, conquistada por los turcos, trayendo consigo manuscritos de grandes autores helenos y romanos. Además, Italia, fraccionada en numerosos estados ricos y con fuertes personalidades al frente de sus gobiernos, llenos de numerosas y florecientes ciudades, con un sentido realista de la política y la economía, era el país que mejor podía favorecer una vida y una cultura como la del Renacimiento, basada en el Hombre y la Naturaleza.
El Humanismo. La corriente ideológica del Renacimiento.
Esta vuelta a los clásicos fue, sin embargo, más que una causa, una consecuencia. Los ejes de esta renovación son varios, mas el pilar más llamativo es la nueva corriente de pensamiento, el Humanismo, así llamado por ensalzar con preferencia las cualidades propias de la naturaleza humana. Su nuevo enfoque, que rechazaba la visión teocrática del Medievo, defendía una concepción antropocéntrica del Universo, un papel central del individuo y sus actos. Consecuentemente, el humanista se interesa por el Mundo que le rodeaba, de ahí su amor a la naturaleza, del mismo modo que, apoyándose en esta reintroducción de la sabiduría grecolatina, defiende la Razón para solucionar los conflictos humanos y busca un ideal de equilibrio y armonía. Este antropocentrismo fue lo que le llevó a girar los ojos hacia los valores de la cultura clásica.
Tiene el Humanismo su cuna en Italia, y si bien comenzó a gestarse en el siglo XIII, se desarrolló durante los XIV y, sobre todo, XV en toda la Europa Occidental. Lo que condujo a la aparición del Humanismo fue la profunda inquietud por una renovación espiritual latente ya en el Hombre de la Alta Edad Media, el cual, viendo cómo se debilitaban las tres instituciones básicas de la sociedad de su tiempo, el Pontificado, el Sacro Imperio y las Universidades, sentía que no eran ya suficientes para la consecución de sus nuevos ideales los principios en que se había basado la vida medieval, por lo tanto debía buscar otros pilares en que apoyar su nueva ideología. Con este anhelo de renovación, se fijó en los modelos clásicos y dio un profundo viraje a lo que habían sido su modo de pensar, pasando de una sociedad colectivista y teocéntrica a la exaltación del individuo y la Naturaleza. Rompió con escolasticismo medieval, las filosofías basadas en las doctrinas aristotélicas, y se inclinó hacia las escuelas neoplatónicas, filtradas por el cristianismo. El Humanismo halló en la antigüedad clásica el perfecto modelo que sí correspondía con su nueva ideología y concepción del mundo, lo que le llevó a reverenciarla e imitarla, considerándola el máximo exponente de perfección a que podía aspirar el ser humano. Su finalidad era un nuevo examen del Hombre y su Mundo, tomando como maestros y ejemplo los autores clásicos. Hombre y Naturaleza, desligados de todo su sentido trascendente y sobrenatural, se convierten así en los dos polos de la cultura y la vida renacentista.
Dado el pensamiento antropocéntrico del humanista, su principal campo de estudio son las ciencias humanas, y especialmente las filologías clásicas, progresando con ello ampliamente la lingüística. Los humanistas realizaron la labor de rastrear por doquier antiguos textos griegos y latinos, copiándolos, traduciéndolos, comentándolos, empapándose de la cultura clásica; numerosas obras prácticamente olvidadas, copiadas durante siglos mecánicamente por los monjes, son rescatadas del fondo de las bibliotecas y las intelectuales exiliados de Bizancio traen consigo otra gran cantidad de manuscritos antiguos. Pero para que los clásicos pudieran hablar en su genuino lenguaje era menester librar sus textos de las interpolaciones, deficiencias y errores que habían sufrido con el paso del tiempo y las sucesivas copias, lo cual requería un amplio bagaje de conocimientos históricos, geográficos, lingüísticos, arqueológicos, etcétera, y de esta ardua faena se encargaron los humanistas. Mas no se limitaron exclusivamente a un aspecto técnico en sus estudios sino que buscaron en los escritores clásicos la confianza en la inteligencia del Hombre y el amor a la naturaleza. También la anatomía humana fue objeto de cuidadosos estudios por parte de los científicos, que se preocupaban por dibujar con todo detalle sus descubrimientos, con lo que el papel del dibujante toma una relevancia inusitada hasta el momento. El invento de la imprenta fue de suma importancia para la rápida y amplia difusión del pensamiento humanista desde Italia al resto de Europa.
Este volver a centrarse en lo humano, no obstante, no significa en absoluto un abandono de lo divino, que tan fuertemente había marcado toda la sociedad, cultura, ciencia y arte durante la Edad Media. Bien al contrario, la religiosidad, y en concreto el cristianismo, sigue bien presente en todas las facetas de la vida durante el Renacimiento. El humanista valora el Mundo Antiguo como contribución al cristianismo. Lo divino es revisado desde la perspectiva humana para dotarlo de una mayor significación:
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