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LITERATURA AZTECA: LOS CÓDICES HISTÓRICOS MEXICAS: EL CÓDICE AZCATITLAN

EL TUTI YTMonografía15 de Octubre de 2021

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LITERATURA AZTECA: LOS CÓDICES HISTÓRICOS MEXICAS: EL CÓDICE AZCATITLAN

Jhusty Castillo García

Teléfono móvil: 925434057

e-mail: jhustycastillo@gmail.com

UNIVERSIDAD NACIONAL DE UCAYALI

Facultad de Educación y ciencias sociales

                Carrera Profesional Educación Secundaria

Especialidad, Lengua y Literatura

Resumen:

Literatura azteca a las manifestaciones artísticas literarias del Imperio azteca. Los aztecas no eran una red social con el hábito de registrar su propia historia, sino que la literatura tuvo otros objetivos. Pero el ingreso a sus proyectos literarios no fue simple por numerosos fundamentos. Por una sección, se conservan muy escasas muestras en buen estado. Desgraciadamente la mayor parte de los contenidos escritos auténticos se perdieron en la etapa de la Colonia. Fueron quemados por los españoles al suponer que eran oraciones de magia negra. Las escasas muestras que han quedado son códices con el método organizado de escritura azteca, que se encontraba conformado por ideogramas y signos. Por otro lado, lo ajeno de esta lengua provoca que la traducción se complique, ya que no hay elementos recurrentes con el español en los cuales apoyarse. Pero las piezas que se pudieron traducir exitosamente fueron bastante para comprender el estilo literario de los aztecas.

Palabras clave: manifestaciones artísticas, literatura.

        

Resume:

Aztec literature to the literary artistic manifestations of the Aztec Empire. The Aztecs were not a social network with the habit of recording their own history, but literature had other objectives. But entering his literary projects was not simple due to numerous reasons. For one section, very few samples are preserved in good condition. Unfortunately most of the authentic written content was lost in the colonial period. They were burned by the Spanish assuming that they were black magic prayers. The few remaining samples are codices with the organized method of Aztec writing, which was made up of ideograms and signs. On the other hand, the strangeness of this language causes the translation to become complicated, since there are no recurring elements with Spanish to rely on. But the pieces that could be successfully translated were enough to understand the literary style of the Aztecs.

Keywords: artistic manifestations, literature.

1. Introducción 

Dentro del rico patrimonio documental que se crea en la Novedosa España en el siglo XVI se destaca el hoy llamado Códice Azcatitlan, brillante ejemplo de la novedosa escritura que aparece a raíz del acercamiento entre los antiguos sistemas de escritura autóctonos con las novedosas formas escriturales de Europa.

El Códice Azcatitlán se elaboró en el Valle de México hacia la más reciente parte del siglo XVI, con objeto de reseñar la narración de los grupos mexica desde la salida de su lugar de origen hasta los primeros años posteriores a la conquista de españa. Como sucedió con varios documentos pictográficos mexicanos por medio del tiempo, el Azcatitlan fué propiedad de diferentes personas e instituciones durante sus bastante más de 4 siglos de vida; es viable que primero haya pertenecido a don Fernando de Alva Ixtlilxóchitl, uno de los integrantes más distinguidos de la alta nobleza indígena colonial, bisnieto de Nezahualpiltzintli de Texcoco y de Ixtlilxóchitl, figura clave en la conquista de México.

Letrado y erudito, Alva Ixtlilxóchitl figuraría de forma destacable dentro del marco político y cultural de la sociedad indígena novohispana de principios del siglo xvii. Siendo un hombre público de importancia, tuvo el cargo de gobernador de Texcoco, Tlalmanalco y de Chalco, de esta forma como el de solicitador de causas en la Real Audiencia. No obstante, simultáneamente a sus ocupaciones reglas se desarrolló además en el campo de la historia, investigando con ahínco todo lo relaciado al pasado prehispánico, para lo que reunió una secuencia de códices, manuscritos y novedades del México obsoleto, formando una recopilación documental de piezas nativos excepcionalmente rica.

Al fallecer, los documentos de Alva Ixtlilxóchitl pasarían a manos de don Carlos de Sigüenza y Góngora, uno de los enormes sabios del barroco mexicano, quien paralelamente heredaría su biblioteca a los jesuitas mexicanos. De alguna forma, una sustancial parte de los fondos jesuíticos sería conseguida más adelante por don Lorenzo Boturini Benaduci, caballero italiano quien viajó a la Novedosa España en 1736 para atender algunos negocios de la condesa de Moctezuma. Una vez ahí, impresionado por la riqueza de las culturas nativas, escoge escribir una historia de los pueblos anteriores a la conquista, para lo cual, comienza por buscar toda la documentación viable concerniente a los antiguos mexicanos. En dicho desarrollo, Boturini consigue conformar una de las más indispensables compilaciones de documentos etnohistóricos de México de la que poseemos novedad.

A raíz de un malentendido surgido con las autoridades novohispanas por la intención de Boturini de fomentar la coronación a la Virgen de Guadalupe, el virrey don Pedro Cebrián y Agustín, conde de Fue clara, ordena su deportación y la confiscación de su recopilación de documentos; de esta forma, desde 1743, esa recopilación, formada de su peculio y por medio de siete años de esfuerzos ininterrumpidos, queda resguardada en la Secretaría de Cámara del virreinato.

De vuelta en Europa y con la intención de salvar sus importantes documentos, Boturini hace un minucioso recuento de la recopilación, a la que llamaría “Catálogo del museo histórico indiano”, que tiene dentro en su obra Iniciativa de una exclusiva historia general de la América septentrional. En dicho muestreo relata al Códice Azcatitlan como:

...Otro Mapa en papel europeo de 25 fojas, quizás traducido de otro antiguo. Explica la Historia Mexicana; la venida de sus gentes a la Nueva España; mansiones que hicieron en los lugares, con caracteres de los años y símbolos de los días; la llegada de los españoles, predicación del Santo Evangelio, y ritos de nuestra Sagrada Religión (Boturini, 1746)

Esta referencia, llevada a cabo en el siglo xviii, sería el primer registro formal del archivo pictográfico al que hoy conocemos como Códice Azcatitlan.

Es viable que en algún instante posterior, el códice haya salido del resguardo de la Secretaría de Cámara, debido a que hay indicios de que algunos otros investigadores de las antigüedades mexicanas tuvieron el archivo por algún tiempo. En esta situación estarían Mariano Veytia, Antonio León y Gama, quien logró una copia directa del códice, y el padre Pichardo, quien además lo copió; las dos copias están, del mismo modo que el original, resguardadas en la Biblioteca Nacional de Francia (la copia de León y Gama está en los fondos mexicanos con el número 90-1; la del Padre Pichardo, con el número 89-3).

Después, hacia la primera mitad del siglo xix, el códice quedaría en manos de Joseph Marius Alexis Aubin, director de la parte de ciencias de la Escuela Habitual Superior de París, quien inicialmente llega a México con fines de exploración en el campo de la física y la astronomía, pero que al contactar con el tema del México obsoleto cambia sus intereses, dedicándose en la exploración histórica (Graulich, 1995, pág. 18).

De esta forma, simulando a Boturini, el instructor Aubin agrupa una aceptable proporción de documentos y manuscritos nativos, algunos provenientes exactamente de la famosa recopilación del sabio italiano; lamentablemente, en 1840 Aubin se transporta toda la recopilación a Francia, donde la vende a Eugène Goupil; para finales de siglo, la viuda de Goupil la dona a la Biblioteca Nacional de Francia, donde hasta hoy se guarda en la salón de manuscritos orientales; el archivo de nuestro interés está registrado dentro de la recopilación de fondos mexicanos con el número 59-64.

2. El Códice Azcatitlan o Histoire Mexicaine, como además lo reconocen, es un archivo histórico del Valle de México, del último tercio del siglo XVI, que perteneció a la enorme recopilación del caballero italiano Lorenzo Boturini. ^ Luego de la expulsión de Boturini de México, en 1744, su recopilación quedó dejada en el palacio virreinal de donde León y Gama rescató el códice. Después pasó a manos del coleccionista y anticuario francés Joseph Marcus Alexis Aubin, quien llegó a México hacia 1830 consiguiendo parte de las colecciones de ios herederos de León y Gama y del Padre Pichardo. En 1840 Aubin deja México y, en 1889 se vio obligado a vender su recopilación que fue conseguida por Eugene Goupil con la promesa de que los documentos no saldrían de Francia. ^ Fue su viuda quien los donó a la Biblioteca Nacional de París cumpliendo la intención de su marido, ^ y ahí se mantiene con la signatura 59-64.

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