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LOS AÑOS OCHENTA: EL RETORNO A LA DEMOCRACIA Y LOS PARTIDOS POLÍTICOS EN EL PERÚ


Enviado por   •  2 de Junio de 2014  •  2.162 Palabras (9 Páginas)  •  771 Visitas

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LOS AÑOS OCHENTA: EL RETORNO A LA DEMOCRACIA

Y LOS PARTIDOS POLÍTICOS EN EL PERÚ

Por Luis Fernando Amez Macedo

Con el inicio de la década de los ochenta, se inicia también en el Perú su retorno a la democracia. Después de doce años de dictadura militar, una nueva democracia renacía y su gran tarea histórica era definir el rumbo del país. El velasquismo había prácticamente, acabado con el viejo orden oligárquico que había gobernado, pero tampoco había logrado constituir un nuevo orden. En estas circunstancias, tres grandes bloques políticos surgidos en los años veinte, el aprismo, el socialismo y el reformismo conservador, se disputarían la hegemonía.

Con grandes expectativas en la ciudadanía, se iniciaba en el Perú esta nueva experiencia democrática. Los actores políticos tenían la gran oportunidad de ejecutar programas y desarrollar ideologías largamente postergadas. Pero el ambiente político de la década de los ochenta estaría muy cargada y activa, a causa principalmente de la crisis económica y de una violencia política que cobraría tantas muertes.

La vuelta a la democracia. El proceso de retorno a la democracia se cumple gradualmente y sin mayores dificultades, tal como lo había prometido el gobierno militar presidido por el General Francisco Morales Bermúdez. Primero se dio la elección de la Asamblea Constituyente que aprobó y promulgó la Constitución de 1979 y luego la convocatoria a elecciones generales para el próximo año. El Perú encontraba las posibilidades inéditas, desde el punto de vista histórico, de consolidar una democracia y un sistema de partidos representativo. Por primera vez en la historia, se establecía en el país una democracia sin exclusiones políticas, permitiendo la participación de todos los sectores políticos, incluido el APRA y los partidos de izquierda, y plenamente inclusiva en términos sociales, con la ciudadanía y el voto de los analfabetos [Ver cuadro 01].

La ampliación total del derecho al voto, las expectativas ciudadanas reprimidas durante décadas de dominio oligárquico y control militar, así como el dinamismo de vastos sectores de la sociedad organizada, posibilitaron que los partidos políticos aparecieran como los encargados de canalizar la participación ciudadana en la política. Así, desde 1978 el número de partidos se incrementó considerablemente. La sociedad civil, que era también, cada vez mas activa políticamente, tomaba posición tanto del lado de los intereses del empresariado como de los trabajadores y de los nuevos movimientos sociales. Se establecían, al parecer, bases sólidas para poder superar el tradicional problema de representación política de nuestra sociedad [Ver cuadro 02].

Fernando Belaúnde por segunda vez. Convocada las elecciones generales para mayo de 1980, el APRA lanza la candidatura de su secretario general Armando Villanueva del Campo, lo acompañan Andrés Townsend Ezcurra y Luis Negreiros Criado. El primero de ellos, de tendencia más conservadora, había sido derrotado antes por Villanueva del Campo en un congreso partidario que mostró fisuras; posteriormente, Towsend se alejaría del partido. Esta crisis en la dirección dl APRA no era más que la secuela dejada tras la muerte de su fundador Haya de la Torre. Por otro lado Acción Popular, que se había abstenido de participar en el proceso anterior (Asamblea Constituyente de 1978) y que había evitado el desgaste político que este le podría haber ocasionado, lanzaba la candidatura de su fundador Fernando Belaúnde Terry. Sin mayor esfuerzo, Belaúnde resultaba ser el candidato de la oposición a la dictadura militar por haber sido despojado del mando en 1968. Otros partidos en carrera fueron, en el sector conservador, representado por el Partido Popular Cristiano con Luis Bedoya Reyes; y la izquierda, que luego de su exitosa participación en 1978 no pudo lograr una candidatura unitaria y se dividió en cinco candidaturas, que no hizo más que confundir al electorado.

De esta manera, las primeras elecciones generales, en esta fase de retorno a la democracia, dieron como ganador por segunda vez a Fernando Belaúnde Terry con el 46% de los votos válidos [Ver cuadro 03], derrotando a su más cercano competidor, el candidato aprista, en sólo una primera vuelta electoral, tal como lo mandaba la nueva Constitución. Acción Popular obtuvo mayoría absoluta en la cámara de diputados y la primera mayoría relativa en la de senadores. Tuvo que contar con el apoyo del Partido Popular Cristiano para alcanzar, también, la mayoría en la cámara de senadores.

El gobierno de Belaúnde reinstauró la elección de alcaldes, que se había suspendido en 1968 con la llegada de los militares. En 1980 y 1983 se realizaron elecciones municipales; a la primera le correspondió el triunfo a Acción Popular con Eduardo Orrego, mientras que a la segunda a Izquierda Unida con Alfonso Barrantes. Se empezaba ya a manifestarse, de esta manera, la volatilidad del electorado peruano.

Este primer gobierno democrático, después de la dictadura, tuvo que enfrentar dos grandes problemas del país: la crisis económica recrudecida a la mitad de su mandato, y la aparición y posterior desarrollo del movimiento subversivo que mas dolor y muerte a ha causado a la nación, Sendero Luminoso.

Alan García y el primer gobierno aprista. Con las elecciones presidenciales de 1985, el Perú vivió su quinto proceso electoral consecutivo; esta se desarrollo en medio de una profunda crisis económica y el recrudecimiento de la violencia política en el país. El APRA, con Alan García Pérez, gana estas elecciones y conquista también, la mayoría absoluta en las dos cámaras legislativas. El partido aprista, después de más de medio siglo de intentos por llegar al poder, lograba conquistar la presidencia de la república,. Su joven candidato supo captar la mayoría de los votos y en especial la de los no apristas que antes se lo había negado [Ver cuadro 04].

En este gobierno se repitió lo mismo que el anterior, empezó con gran apoyo de la ciudadanía e incluso, el APRA gana las elecciones municipales de 1986 con Jorge del Castillo. A la mitad de su gestión esta aprobación ya no era la misma, especialmente porque se vio imposibilitado de cumplir con sus promesas electorales. Posteriormente tuvo que enfrentarse a una situación sumamente crítica en el ámbito económico, a consecuencia del fracaso del modelo que aplicó. Empeorando aún más la situación, con una postura sumamente populista, se enfrentó a la banca internacional, entre sus intensiones estaba el no pago de la deuda externa y la nacionalización de la banca. Esta última provocó la reacción de los sectores derechistas que se reagruparon y se convirtieron en ese

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