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La Crisis Del Sistema De La Restauracion (1898-1931)

mariam.charkaoui14 de Febrero de 2014

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TEMA 11. LA CRISIS DEL SISTEMA DE LA RESTAURACIÓN (1898-1931)

1. REGENERACIONISMO Y REFORMISMO

El desastre del 98 mostró las deficiencias del régimen de la Restauración y dio lugar

a un reformismo político, basado en las ideas regeneracionistas.

El período que se inicia en 1902, con el ascenso al trono de Alfonso XIII, y

concluye en 1923, con el establecimiento de la dictadura de Primo de Rivera, se

caracterizó por una permanente crisis política. Diversos factores explican esta

situación:

• Intervencionismo político de Alfonso XIII sin respetar el papel de árbitro que

teóricamente debía jugar. Su apoyo a los sectores más conservadores del ejército

culminó con el apoyo a la Dictadura de Primo de Rivera. Elemento clave en el

desprestigio de la monarquía.

• División de los partidos del "turno", provocada por la desaparición de los

líderes históricos y las disensiones internas. A la muerte de Cánovas en 1897 se

sumó la de Sagasta en 1903. Es ahora cuando alcanza la jefatura del Partido

Conservador Antonio Maura, mientras en el Partido Liberal se afianzaba José

Canalejas.

• Debilitamiento del caciquismo, paralelo al desarrollo urbano del país.

• Desarrollo de la oposición política y social al régimen de la Restauración:

republicanos como Alejandro Lerroux, nacionalistas catalanes y vascos,

socialistas (en 1910 Pablo Iglesias es nombrado diputado) y anarquistas

(fundación de la CNT en 1910)

• El Pistolerismo: fue un método usado durante esta época de crisis de la

Restauración. Consistía en la contratación de matones a sueldo por parte de la

Patronal (representantes de los empresarios) para hacer frente a los sindicalistas

más activos. Por su parte los sindicalistas respondieron con sus propios

pistoleros. Como ejemplos más emblemáticos de este triste método están los

asesinatos de Salvador Seguí (el Noi del Sucre), líder del anarcosindicalismo

catalán a manos de pistoleros contratados por la patronal catalana, o los de los

presidentes del gobierno José Canalejas (1912) y Eduardo Dato (1921), a

manos de pistoleros próximos a la CNT.

Así desde principios de siglo se sucedieron los gobiernos de coalición, sujetos a

alianzas y continuos cambios. Ni liberales ni conservadores consiguieron mayorías

suficientes para conformar gabinetes sólidos.

En este contexto de inestabilidad política, el país tuvo que enfrentarse a graves

problemas sociales:

• Agudización de las luchas sociales. Las posiciones de patrones y trabajadores

se fueron enfrentando cada vez más como queda demostrado con un simple dato:

la CNT pasó de 15.000 afiliados en 1915 a 700.000 en 1919. Aun así, los 2

movimientos obreros fueron consiguiendo paulatinamente mejoras laborales: las

leyes protectoras del trabajo de las mujeres y los niños (1900), la Ley de

accidentes laborales (1901), la Ley del Descanso Dominical (1904), la Ley que

prohíbe el trabajo nocturno de las mujeres (1912), etc.

• La "cuestión religiosa" se reavivó con las crecientes protestas contra el poder

de la Iglesia, especialmente en la enseñanza. El anticlericalismo se extendió por

buena parte de la población urbana y las clases populares. Incluso desde el

gobierno se impulsaron medidas encaminadas a la separación Iglesia-Estado.

Por ejemplo, el gobierno liberal de José Canalejas (1910-1912) promulgó la

Ley del Candado (1910), que prohibía durante dos años el establecimiento de

nuevas congregaciones religiosas en España, lo que le enemistó con el Vaticano.

Además revisó el procedimiento de financiación de la Iglesia Católica.

• La "cuestión militar" volvió a resurgir ante el desconcierto de un ejército

humillado en 1898 que recibía críticas crecientes de los sectores opositores

(republicanos, socialistas, nacionalistas).

• El "problema de Marruecos". En la Conferencia de Algeciras (1906) se

acordó el reparto entre Francia y España del territorio marroquí. A España le

correspondió la franja norte. Desde 1909 se inició un conflicto bélico, la guerra

de Marruecos (1909-1927), que analizaremos después, muy impopular en el

país, que ensanchó el foso que separaba al Ejército y la opinión pública,

esencialmente las clases populares.

• Consolidación del movimiento nacionalista en Cataluña y el País Vasco, sin

ningún cauce de negociación por parte de los partidos de turno.

En 1906 estalló una grave crisis en Cataluña. La victoria de la Lliga Regionalista

de Francesc Cambó y Prat de la Riba en las elecciones locales de 1906 alarmó al

ejército que veía en peligro la unidad de España. Los comentarios satíricos contra el

ejército en alguna publicación barcelonesa, llevaron a que trescientos oficiales

asaltaran e incendiaran las imprentas. La reacción del gobierno fue ceder ante el

Ejército: en 1906 se aprobó la Ley de Jurisdicciones que identificaba las críticas al

Ejército como críticas a la Patria y pasaban a ser juzgadas por la jurisdicción militar.

La reacción pública fue inmediata. Una nueva coalición, Solidaritat Catalana,

consiguió una clara victoria electoral en 1907, reduciendo drásticamente la

representación de los conservadores y liberales en Cataluña.

Antonio Maura, líder del Partido Conservador, llegó al poder en 1907 con un

programa reformista: modificó la ley electoral, estableció el Instituto Nacional de

Previsión e intentó sin éxito aprobar una tímida autonomía para Cataluña. Su

proyecto reformista se derrumbó en 1909.

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2. DE LA SEMANA TRÁGICA DE BARCELONA (1909) A LA CRISIS DE

1917.

a) La Semana Trágica de Barcelona (1909)

Barcelona, corazón en aquella época de la industrialización española, había vivido

desde principios de siglo un gran auge de las movilizaciones obreras que había

culminado en 1907 con la creación de Solidaridad Obrera, organización anarquista

que nació como respuesta a la burguesa y nacionalista Solidaritat Catalana.

Alejandro Lerroux y su Partido Republicano Radical también se desarrollaron en

la Ciudad Condal con un programa demagógico y anticlerical.

La Ley de Jurisdicciones de 1906 trajo un reforzamiento del anticlericalismo y

antimilitarismo en la ciudad. La política autoritaria del gobierno de Antonio

Maura no ayudó a calmar los ánimos.

Sin embargo, fue la guerra de Marruecos, la que determinó el estallido de la

Semana Trágica:

Los ataques de los habitantes del Rif contra los trabajadores españoles de una

compañía minera llevó a la movilización de reservistas. Las protestas obreras

pronto aparecieron en Barcelona. La movilización contra la guerra comenzó el

18/07/1909 en el puerto de Barcelona, durante el embarque de tropas hacia

Marruecoss

Los primeros choques militares en Marruecos se saldaron con el Desastre del

Barranco del Lobo (1909) con más de mil doscientas bajas españolas. El día 26 de

julio estalló la huelga general en Barcelona, convocada por Solidaridad Obrera y

la UGT. Esta huelga general derivó en una revuelta popular que desbordó a los

convocantes de la misma. Los incidentes en la calle se multiplicaron, se levantaron

barricadas, se produjeron quemas de conventos, enfrentamientos con el ejército, etc.

Las autoridades respondieron declarando el Estado de guerra y enviando refuerzos

para reprimir las manifestaciones. Los sucesos violentos fueron controlados

finalmente el 2 de agosto. La Semana Trágica tuvo un brutal coste humano: un

centenar de muertos, heridos, destrucciones... La represión fue muy dura y culminó

con el juicio sin garantías y la ejecución de Francisco Ferrer Guardia, pedagogo

anarquista y fundador de la Escuela Moderna (proyecto de escuela libertaria, donde

se practicó la coeducación de sexos, la supresión de la religión, las enseñanzas

humanistas, las excursiones, etc)

La Semana Trágica se llevó por delante el programa reformista de Maura. Mientras

el PSOE conseguía que Pablo Iglesias fuera elegido diputado en 1910, el liberal

José Canalejas llevó a cabo el último intento regeneracionista dentro del sistema de

la Restauración. Sus acción reformista (servicio militar obligatorio en tiempos de

guerra, ley del "candado", Ley de Mancomunidades que se vio finalmente frustrada

en el Senado) acabó brutalmente con su asesinato por un anarquista en 1912. En

adelante, podemos hablar de una crisis permanente de los partidos del turno.

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La I Guerra Mundial, en la que España permaneció

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