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La Cultura libresca en El Quijote


Enviado por   •  30 de Mayo de 2017  •  Ensayos  •  2.393 Palabras (10 Páginas)  •  314 Visitas

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Jeferson Alejandro Ruiz Morales[pic 1]

Licenciatura en Filosofía y lengua castellana

Licenciatura del Renacimiento y Barroco

ID: 2201630                                           

La Cultura libresca en El Quijote: A propósito de la lectura de los capítulos I al X del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha

I

 En el presente ensayo, abordaremos la idea según la cual, Alonso Quijano el bueno, encuentra en sus libros de caballería una verdad que encarna en su vida misma de bibliófilo y posteriormente de caballero andante. Los libros de caballería que el Hidalgo guarda y cuida con tanto recelo, son la clave para entender todo lo que sucede a lo largo de la novela, pues dentro de la cultura libresca que notoriamente se encuentra en los capítulos del Quijote, estos constituyen en gran medida la imagen, el pensamiento y la acción, en primer lugar, de Alonso Quijano y posteriormente del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha. Es por esto, que encontramos necesario evidenciar la verdad que existe en los libros de caballería y que incorpora Alonso Quijano en su vida, hasta convertirse en el caballero que quiso ser. A lo que llamaremos, la verdad del bibliófilo dentro de la cultura libresca del Quijote.

De manera que, para defender la hipótesis propuesta y habiendo leído los diez primeros capítulos de la primera parte del Quijote, acudiré en primer lugar directamente al texto, pero de manera particular a los capítulos, I y VI en donde demostraré que Alonso Quijano en su situación de bibliófilo adquiere unas convicciones que solo se pueden traducir a partir de la verdad que para él, emanan de los libros de caballería y de igual manera señalaré todo lo contrario  desde la posición del cura, el barbero y la sobrina. Todo esto nos permitirá entender el porqué de las acciones de Alonso Quijano y luego del Quijote, todo enmarcado desde una cultura eminentemente libresca. Y, en segundo lugar, recurriré al texto de Jorge Luis Borges titulado, “magias parciales del Quijote” y desde allí argumentaré y defenderé aún más, la hipótesis propuesta en este ensayo valiéndome del conocimiento de este escritor acerca de la novela de cervantes.

Por último, es importante que destaquemos esta hipótesis en el marco de un estudio analítico y riguroso de la cultura libresca y aún más enmarcada desde la obra de literatura por excelencia de la lengua castellana. Pues el analizar, lo que significó para Alonso Quijano cada uno de los libros de caballería que hacia parte de su biblioteca es realmente importante si queremos tener un mejor conocimiento, no solo de la cultura libresca sino de la novela misma en general. El por qué defender está hipótesis está implícito en la historia misma de Alonso Quijano en primer lugar y luego del Quijote y por supuesto en el interés de nosotros como amantes de la lectura y de los libros.  

II

Cada vez que hablamos del Quijote de la Mancha y muchas veces sin siquiera haberlo leído, la única idea que se tiene es de un viejo amante de los libros de caballería, que pasaba días y noches enteras leyendo las hazañas de los grandes caballeros y que como consecuencia de su fanatismo se vuelve loco y emprende un camino en el cual,  él es el caballero y que a  raíz de sus alucinaciones cree combatir con gigantes y grandes personajes de la caballería, pero que en realidad no existen sino en su imaginación y sus libros. Pues bien, quizá esta idea un poco vaga y simple de lo que es en realidad el Quijote, nos de la puntada inicial para empezar a determinar de manera más profunda lo que en verdad es y significa, pero partiendo de la idea de verdad que Alonso Quijano encuentra en sus maravillosos libros y que a nuestros ojos no son más que fantasías y especulaciones.

Aquel viejo loco del que hablamos, es don Alonso Quijano, que a sus cincuenta años era gran amante de la caza, pero que, a raíz de su afición por la lectura de los libros de caballería, perdió la costumbre y el placer de aquel pasatiempo, además de vender tierras de su hacienda, en pro de conseguir fondos y adquirir sus tan preciados libros de caballería, pues su amor y entrega a las historias de sus libros, cada día se hacía más desmesurado, tal y cómo nos lo narra el mismo libro:

En resolución, él se enfrascó tanto en su lectura, que se le pasaban las noches leyendo de claro en claro y los días de turbio en turbio; y así, del poco dormir y del mucho leer, se le secó el cerebro, de manera que vino a perder el juicio. (Cervantes, 1969, p.22)

Pues bien, es claro que don Alonso se dedicó por completo a sus preciados libros y se adentró en ellos, quizá como ninguna otra persona lo habría hecho, como un verdadero bibliófilo y aquí es entonces, en donde comenzamos a determinar qué fue lo que hizo que ese hidalgo se interesara por leer libros de caballería y aún más por ensamblar en su vida lo que en ellos estaba escrito.

¿Pero qué es eso que estaba escrito en los libros de caballería? ¿Por qué don Alonso Quijano, un hidalgo hacendado se interesó por aquellos libros, al punto de llegar a la locura a causa de su lectura? Para nosotros, podrían ser historias fantasiosas las que en aquellos libros se narraban, pero la visión del Hidalgo era otra, radicalmente distinta a la nuestra, si bien es cierto que con sus cincuenta años ya era viejo, su mente de buen lector y buen bibliófilo lo mantenían fortalecido y a la expectativa de que significaban esas letras que en esos libros aparecían y que lo tenían seducido.

Encantamientos, batallas, heridas, desafíos, requiebros, amores, tormentas y disparates imposibles, era lo que en aquellos libros estaba escrito y que don Alonso encontró magnifico y cautivador. Ahora bien, lo que esto significa es que ese Hidalgo encontró en aquellos libros la emoción que a su vida le faltaba, la que ningún libro de filosofía, teología, o astronomía podrían darle, esa emoción que le hizo recordar y añorar sus sueños, pero esos sueños ya no le pertenecerían a Alonso Quijano, sino al Quijote de la Mancha, pues el único sueño que podría emanar de sí mismo, sería el de convertirse en caballero, pues ya él reconocía como verdad lo que estos libros narraban y que cervantes nos lo expone en el primer capítulo: “y asentósele de tal modo en la imaginación que era verdad toda aquella máquina de aquellas soñadas invenciones que leía, que para él no había otra historia más cierta en el mundo” (Cervantes, 1969, p.22).

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