La Diosa Griega Como Estereotipo

UNIVERSIDAD DE CONCEPCIÓN.

Facultad de Humanidades y Arte.

Depto. de Ciencias Históricas y Sociales

Historia de la Antigüedad

‘‘LA DIOSA GRIEGA COMO ESTEREOTIPO’’

Victoria Arratia Kandalaft

ÍNDICE

Introducción………………………………………………………………………………

Metodología y estado de la cuestión………………………………………………….

Origen y consolidación de los dioses olímpicos……………………………………..

Atenea, la guerra y la sabiduría……………………………………………………….

Artemis y las fronteras………………………………………………………………….

Hestia y la inmovilidad………………………………………………………………….

Afrodita y el adulterio……………………………………………………………………

Hera y el matrimonio……………………………………………………………………

Deméter y el amor maternal……………………………………………………………

Conclusión………………………………………………………………………………..

Bibliografía y fuentes……………………………………………………………………

INTRODUCCIÓN

Muchas veces en los trabajos históricos, y por consecuencia en las mismas aulas, se suele tener una visión estereotipada de los dioses y diosas de la mitología de la Grecia antigua como arquetipo de las diversas condiciones de los mortales, como si los griegos plasmaran en ellos las virtudes que componen sus ideales así como los vicios y concepciones de mundo que los afectan a ellos mismos o incluso los definen, en un aparente intento de disculpa o justificación.

En las siguientes líneas se intentará argumentar que tan falsos son estos estereotipos, particularmente los que hacen referencia a los entes femeninos, donde vemos plasmados con mayor evidencia las incongruencias en cuanto a género y lo que se espera socialmente de los hombres y mujeres griegos en su vida diaria y aspiraciones. Se tomarán como objeto de análisis solamente las respectivas historias y descripciones de las diosas griegas, pues hay muchos códigos sociales que afectan específicamente a la mujer griega, teniendo el varón mucha más libertad en relación a ello. Un ejemplo de esta restricción hacia la mujer que analizaremos más adelante al hablar de Afrodita es el adulterio, duramente castigado en el caso de las mujeres y pasado por alto ‘‘olímpicamente’’ cuando el adúltero es un hombre.

Por otro lado, estudiar a los entes divinos femeninos no quiere decir que tomemos de los mortales el mismo universo femenino, pues como advertimos, muchas de las diosas que mencionaremos de aquí en adelante tienen autoridad y facultades que dentro de la cultura patriarcal griega, debieran ser inherentes al hombre, como es el caso de Atenea: diosa de la guerra defensiva, la sabiduría y la democracia; elementos que están fuertemente atados al género masculino.

METODOLOGÍA Y ESTADO DE LA CUESTIÓN

DESARROLLO

ORIGEN Y CONSOLIDACIÓN DE LOS DIOSES OLÍMPICOS

Los griegos de la antigüedad eran politeístas y naturalistas, en otras palabras, su religión comprendía numerosos dioses, tanto femeninos como masculinos, representados por las fuerzas de la naturaleza, además de otros elementos como semidioses, héroes y espíritus. Para explicar la relevancia de estos dioses – y especialmente diosas – hay que partir ilustrando brevemente la historia con la que los griegos explican su fantástico origen.

Todo lo que los griegos sabían de sus dioses y de los orígenes del mundo lo aprendieron de la poesía épica reunida a finales del siglo VIII, donde destacamos a Hesíodo, que en su poema Teogonía, en otras palabras, ‘‘Genealogía de los dioses’’, que era la versión autorizada en el tema hasta que los dioses del Olimpo alcanzan la supremacía. Otro autor más que célebre es Homero, que en sus conocidas obras, La Iliada y La Odisea, destaca la relación de apoyo u ofensiva de los dioses para con los hombres, como estos son piezas de ajedrez en el juego de sus divinidades. Heródoto, historiador del siglo V a.C, escribe sobre ellos.

‘’No obstante, el origen de cada dios -¬¬¬¬¬¬¬¬¬- o si todos han existido desde siempre -¬-, y cuál era su fisonomía no se ha sabido hasta bien poco; hasta ayer mismo, por así decirlo. Pues creo que Hesíodo y Homero... fueron los que crearon, en sus poemas, una teogonía para los griegos, dieron a los nombres sus epítetos, precisaron sus prerrogativas y competencias, y determinaron su fisonomía’’ Heródoto, Historia, II, 53

Según Hesíodo, los dioses olímpicos que nos son tan conocidos pertenecen a la tercera generación, la cual desciende de la pareja originaria de divinidades cósmicas Gea (la tierra) y Urano (el cielo). Este último, no dejaba nacer a sus hijos, ocultándolos en el seno de su madre, quien estaba a punto de colapsar. Es por esta razón que Gea, afligida, forja una enorme hoz y explica a sus hijos el plan que podría liberarlos:

‘’ ¡Hijos míos y de soberbio padre! si queréis seguir mis instrucciones, podremos vengar el cruel ultraje de vuestro padre; pues él fue el primero en maquinar odiosas acciones’’ Hesíodo, Teogonía, 165

Estas palabras causaron temor en sus hijos, quienes no se atrevieron a hablar. Mas el poderoso Cronos (el tiempo), descrito por Hesíodo como el más terrible de estos hijos y de mente retorcida,

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