La Educación Bajo Napoleón: La Universidad Imperial.

Napoleón, con un desdén militar hacia la indecisión y vacilación, dio órdenes para que la educación fuera puesta sobre una base regular y sistemática. La tarea fue encomendada a Antoine-francois, conde de fourcroia, que había estado relacionado con asuntos educativos en la década anterior y cuyo informe al conseil d`etat, el 19 de abril de 1802.

Los lycees como institutos avanzados que reemplazaran a las escuelas centrales y, a la cabeza, las escuelas vocacionales y profesionales especializadas, las escuelas primaria centrarían en la alfabetización y los números, de los seis años a los doce: la secundaria en francés, latín, historia natural, geografía, matemáticas, física; los lycees para edades de dieciséis a veinte años en educación liberal, especializándose en lenguas y ciencias.

Los lycees, en esta fase, habían suplantado a los anteriores colegios universitarios de artes liberales y ofrecían un plan de estudios moderno, ya que las universidades habían sido necesariamente reemplazadas, como observo fourcroy en su informe, por ser instituciones que ya no estaban de acuerdo con el progreso de la razón y cuya reforma había sido invocada por la filosofía y la ilustración de medio siglo.

Napoleón estableció buenas relación con el papado en una concordato 16 de julio de 1801 que reconocía al catolicismo como la religión francesa dominante y establecía nuevos límites diocesanos.

El concordato disponía la reintroducción de la religión en la escuela, y siguiendo su inclinación por la uniformidad, Napoleón autorizo , sin referencia al vaticano, un catecismo escolar común que los obispos aceptaron con algunos recelos.

La enseñanza pública en todo el imperio esta confiada exclusivamente a la universidad.

Naden puede abrir una escuela o emplearse en la enseñanza pública sin ser miembro de la universidad imperial y sin tener titulación de una de sus facultades.

La fundación de la universidad imperial centro toda la autoridad ejecutiva en Napoleón atraves del gran maestro de la universidad, y del cuerpo ejecutivo, el conseil de l`universitè.

Los colleges eran escuelas locales secundarias, dirigidos por las comunidades; las escuelas privadas similares se llamarón instituts: tanti unos como otros tenían un plan de estudios basados en el francés, latín, ciencia, matemáticas, historia, geografía y religión.

El decreto de la universidad imperial contiene dos características adicionales centralizadas:toda la enseñanza superior de la universidades y escuelas profesionales aanzadas se reorganizaban en treinta y cuatro academias regionales, se creo una corporación de enseñanza, un sorps enseignant, en virtud de la regulación.

La agrega tión daba paso al prestigioso puesto de profesor en un lycee: las graduaciones y diplomas delas escuelas y academias avanzadas proporcionaban un cauce de movilidad ascendente en el creciente funcionariado a los hijos de la burguesía, creando una meriticracia francesa y el nuevo concepto social de la carrera abierta al talento.

El fin que nos proponemos es que los jóvenes no crezcan ni demasiado devotos ni demasiado escépticos; deberá hacerse que se ajustasen al estado de la nación y de la sociedad.

La educación francesa se mantuvo indeterminada, sin ser afectada de momento por el pensamiento reformista de Rousseau y pestalozzi: había ya suficiente agitación.

La educación elemental se siguió realizando de forma conservadora, pero esto no oscurecería el buen trabajo hecho por las comunas

La comunas, igualmente se ocuparon de sus colegios a menudo con un alto grado de solicitud y poco a poco estos se distinguieron de los lycees y de los colleges royaux por tomar un carácter mas técnico, en contraste con la inclinación científico literaria de los anteriores. El pluralismo religioso se mantuvo y se permitió a los no católicos que

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