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La Gran Dolina (Complejo arqueológico de Atapuerca).


Enviado por   •  4 de Mayo de 2017  •  Síntesis  •  5.244 Palabras (21 Páginas)  •  270 Visitas

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Daniel De Pedro Maté

                Prehistoria de la Península Ibérica

Universidad de La Rioja

Trabajo de curso: Yacimiento de la Gran Dolina

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Índice

  1. Revisión historiográfica………………………………………………………… 3
  2. Secuencia arqueológica……………………………………………………….  4
  3. Materiales arqueológicos más relevantes…………………………………… 7
  4. Hechos sociales deducidos a partir del estudio del yacimiento…………… 10
  5. Los exploradores: Homo antecesor……………………………………………12
  6. Importancia del yacimiento para el conocimiento del contexto histórico al que corresponde y conclusiones finales………………………………………13
  7. Anexos…………………………………………………………………………… 15
  8. Referencias bibliográficas……………………………………………………… 19

1- Revisión historiográfica

La Gran Dolina es uno de los yacimientos arqueológicos situados en la trinchera del ferrocarril de la Sierra de Atapuerca, localizado en el norte del municipio de Ibeas de Juarros, cerca de la capital y que da nombre a toda la provincia, formando parte de la comunidad autónoma de Castilla León en la sub meseta norte de la península Ibérica. Este relleno está situado en el sector norte de la mencionada trinchera, 3º 31´ 08´´ de longitud oeste y 42º 21´ 09´´ de latitud norte (coordenadas GPS). Es el yacimiento más importante de la Sierra de Atapuerca por la ingente cantidad de información que ha aportado y seguirá aportando sobre las comunidades humanas del Pleistoceno inferior y medio (Salas Ramos, 2014).

Dentro del complejo de yacimientos de la Sierra de Atapuerca, el de la Gran Dolina presenta un recorrido historiográfico propio en cuanto a sus excavaciones. Las campañas de excavación sistemática comenzaron en 1978 gracias al impulso de Emiliano Aguirre, en la zona superior del relleno con la intención de eliminar los sedimentos estériles. En 1981 se comienza a excavar 24 m2 de niveles fértiles arqueopaleontológicamente; la excavación preliminar de la base del nivel TD11 (ahora denominada TD10-1a) finalizó en 1987 y comenzó la del nivel TD10-1b. Hasta 1989 la superficie excavada fue de entre 25 y 30 m2.

En 1990, fue excavada la base, TD4W, para evitar que parte del perfil se desprendiera y se perdiera una valiosa información. Esta intervención finalizó en 1991, y gracias a ella se descubrió una abundante fauna e industria lítica muy antigua compuesta por 5 piezas de cuarcita y algunas bases indeterminadas de pequeñas dimensiones de sílex neógeno y que nos permitió conocer el mundo Achelense y los aspectos biológicos como culturales de Homo heidelbergensis. Hasta este momento el proyecto de las excavaciones estuvo dirigido por su impulsor Emiliano Aguirre, junto a los investigadores José María Bermúdez de Castro, Juan Luis Arsuaga y Eduald Carbonell.

En 1992, se amplió la excavación de la parte superior de la Gran Dolina retomando la intervención sobre TD11. En 1993 se inició un sondeo bioestratigráfico en un pequeño sector del yacimiento que comenzó en TD10 y llegó hasta el nivel TD5; el objetivo de esta intervención era obtener la referencia de las características bioestratigráficas del relleno, reconocer de forma diacrónica los diferentes niveles de la Gran Dolina y planificar una futura excavación en extensión.

En 1994 el sondeo de 6m2 llegó a TD6; este nivel comenzó a suministrar, tanto fauna como industria lítica, como restos humanos. En 1995 el sondeó alcanzará TD5 y en 1996 se retomarán los trabajos de excavación en la parte superior, ampliándose a 85 m2. En el año 1999 se finalizará el sondeo. Ante la existencia de voladizos en el sector oeste del relleno, desde 2001 y hasta la actualidad se está realizando una intervención con el objetivo de evitar situaciones de peligro y pérdida de información, lo que ha permitido recuperar nuevos restos óseos de Homo antecessor. 

En este yacimiento se han realizado varias series de dataciones por paleomagnetismo, termoluminis-cencia, ESR (Barrido de resonancia electrónica) e IRSL (Luminiscencia estimulada por infrarrojo). Las dataciones han proporcionado edades que oscilan entre cerca de un millón de años y más de 780.000 años para TD6 y entre 240.000 y 198.000 años en TD11 o 200.000 aprox. para TD10.

Es clave comentar que, tras los primeros impulsos a la investigación en Gran Dolina, llevados a cabo por los investigadores anteriormente mencionados, se unieron muchas más instituciones tanto públicas como privadas y la aportación de nuevos investigadores integrados en estas instituciones, que siguen en esta labor hasta ahora; entre estas entidades podemos encontrar: la Universidad de Burgos, la Universidad de Zaragoza y la Universidad de Alcalá de Henares (Salas Ramos, 2014).

2- Secuencia arqueológica

La Gran Dolina es una cavidad colmada por 18 m de sedimentos y en las que están identificadas 11 unidades de relleno con una extensión espacial desconocida. Estas 11 unidades se dividen en tres fases kársticas: una, endokárstica (TD1 y TD2) que son formaciones logradas gracias a la filtración del agua por grietas, fisuras y cavidades de disolución; otra fase de conducto abierto al exterior (TD3-TD9); y una exokárstica (TD10 y TD11) que son formas superficiales. Las últimas intervenciones arqueológicas han permitido el estudio de perfiles novedosos y con ello se está realizando un análisis más completo y pormenorizado de estas unidades. (Anexo 1)

Entre los distintos niveles del corte estratigráfico de Gran Dolina, los cinco primeros (de TD1 a TD5) son visibles en su totalidad por una columna situada en la cota este de la sección Dolina; la secuencia litoestratigráfica sobre la cota suroeste no está correlacionada, ya que se encuentra separada por una masa rocosa que divide la parte inferior del relleno.

La variedad estratigráfica de este yacimiento permite estudiar materiales de diferentes fases del Pleistoceno; de esta forma, la bioestratigrafía muestra como los niveles TD3 a TD8 pueden incluirse dentro del Pleistoceno inferior, mientras que de TD8 a TD11 se han datado como Pleistoceno medio. Las dataciones absolutas proporcionan edades de entre 337.000+/-29.000 (Falguéres et al., 1999) en TD10 y 1,07Ma-0,99 en TD1 por paleomagnetismo.

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