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La Guerra Civil (1936-1939)


Enviado por   •  7 de Diciembre de 2020  •  Apuntes  •  1.761 Palabras (8 Páginas)  •  122 Visitas

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La Guerra Civil (1936-1939)

Introducción

Tras la victoria del Frente Popular, se sucedieron diferentes tramas conspirativas contra el nuevo gobierno (UME dirigida por Sanjurjo desde el exilio). La reacción ante esto fue lenta y tímida. El general Mola desde Pamplona se granjea el apoyo de los carlistas (requetés); Franco y Goded, desde Canarias y Baleares, respectivamente, hicieron lo propio.

El 17 de julio de 1936, la guarnición de Melilla se sublevó declarando el estado de guerra en Marruecos. Un día más tarde, el 18 de julio se produce un levantamiento militar en regiones como Castilla, León, Baleares, Sevilla, Granada, Toledo… Una vez eliminados los focos sublevados de Madrid, Barcelona y San Sebastián, la República mantuvo la fidelidad de buena parte del ejército y guardia civil. A pesar de la inferioridad de los sublevados, su nº no era tan insignificante como para abandonar sus planes.

En las semanas posteriores se estabilizó el frente de ambas zonas preparándose para el largo conflicto. Al inicio de la guerra. El ejército quedó dividido en dos partes similares, aunque la república carecía de oficiales superiores con experiencia en combate.

En el bando sublevado destacaban principalmente las unidades militares africanas. Además se suman los apoyos de Alemania, Italia y Portugal con unidades militares, recursos y financiación al ejército franquista. (Legión Cóndor). La dirección militar fue estricta, quedando encuadradas multitud de fuerzas dispares en un ejército común sometido a las directrices del Código de Justicia Militar.

Con respecto al bando nacional, destacan las milicias de voluntarios agrupadas según su adscripción partidista o sindical. Los apoyos exteriores fueron por parte de las Brigadas Internacionales. Sin embargo, el apoyo oficial por las democracias occidentales fue nulo dada su política de no intervención. Con el oro del Banco de España se pudieron financiar la compra de suministros y pertrechos a Francia y a Rusia (principalmente a Rusia). Al contrario que el bando franquista, el ejército republicano se encontraba completamente disgregado en unidades militares afiliadas según su ideología política, sin la existencia de un mando central que las unificase.

Evolución política y social en el bando republicano

La sublevación provocó la inmediata dimisión de Casares Quiroga, por lo que Manuel Azaña puso a Diego Martínez Barrio en la gestión del Gobierno. Este supuso un fracaso, principalmente por la negativa de entregar armas al pueblo. Le sustituyó José Giral, que comenzó con la entrega de armas al pueblo. Las instituciones republicanas mantuvieron su pluralidad gubernativa hasta el final de la guerra, lo cual significó cambios de Gobierno y enfrentamientos por la marcha de la guerra entre el mismo bando.

El 5 de septiembre 1936, Azaña pone al mando a Largo Caballero (PSOE), quién formó un Gabinete de amplísima coalición donde participaron 4 ministros anarquistas (hecho inaudito en la historia del movimiento). El 6 de octubre se aprueba el Estatuto de Autonomía de Euskadi. A principios de Noviembre, el Gobierno central abandona Madrid, trasladándose a Valencia, quedando la primera bajo la autoridad de una Junta de Defensa dirigida por el general Miaja. La confianza en la victoria era grande, sin embargo, nuevos factores vinieron a complicar la situación.

El PCE ve aumentar exponencialmente su protagonismo en la guerra dada su disciplina interna, el control de suministros rusos (esenciales por el bloqueo de países occidentales), y la división de las demás fuerzas republicanas. Promulgaba ante todo unidad frente a un enemigo que actuaba unido. Se buscaba la alianza con los sectores de la burguesía media (pequeños empresarios y campesinos), bajo el lema “primero ganar la guerra”; por otro lado los anarquistas y el POUM apostaban por medidas revolucionarias y colectivizadoras en plena guerra. Estos enfrentamientos culminaron en Barcelona en mayo del 37 con el asesinato de Andreu Nin, líder y fundador del POUM.

La movilización popular demandaba cambios en la organización económica y social, siendo el aspecto más llamativo y transformador las colectivizaciones de empresas y explotaciones agrarias llevadas a cabo por las organizaciones sindicales campesinas (CNT y UGT). Justo lo contrario a lo que quería el PCE.

A partir de la crisis de mayo del 37, Gobierno estaba dirigido por Juan Negrín (PSOE), partidario de la unidad en las fuerzas republicanas apoyadas por los comunistas. Debido al deterioro de la relación entre la Generalitat y el Gobierno, se trasladó la sede de este a Barcelona el 31 de octubre, buscando el control de la industria bélica catalana. La unidad se afirmaba con la marginación violenta de los anarquistas y el POUM. Mientras, el PCE crecía con el apoyo del Frente Popular francés y la URSS. Con la caída del frente norte y las derrotas de 1938 (batalla del Ebro), se quiebran las esperanzas republicanas. Las concesiones de UK con Hitler se materializaron con el Pacto de Múnich (octubre del 38). Con este panorama, Negrín apuesta por resistir a ultranza hasta el estallido del conflicto Europeo, sin embargo, un sector de militares profesionales ya habían decidido la rendición a Franco, confiando quizá en un trato honorable al vencido.

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