La Guerra de los Treinta Años

La Guerra de los Treinta Años

La Guerra de los Treinta Años fue un conflicto complejo y prolongado entre muchas facciones diferentes, conocidas en el lenguaje moderno como actores estatales y no estatales. En la práctica, fue una serie de conflictos internos e internacionales separados pero relacionados que involucraron fuerzas militares regulares e irregulares, grupos guerrilleros, ejércitos privados y conscriptos. Debido a que tuvo un impacto tan profundo y duradero en toda Europa, atrayendo a sectores enteros de la sociedad moderna hacia y desde el campo de batalla, podría describirse como un ejemplo de guerra total. (Daudin, 2017)

Fue el último gran conflicto europeo causado por divisiones religiosas y uno de los más devastadores en la historia europea, con la muerte de aproximadamente 8 millones de personas. Lo que comenzó como un conflicto local en Bohemia terminó afectando a toda Europa e influyó en el desarrollo de la era moderna. (Mark, 2022)

La guerra se entiende mejor si se divide en cuatro fases:

• Revuelta de Bohemia (1618-1620)

• Participación de Dinamarca (1625-1629)

• Participación de Suecia (1630-1634)

• Participación de Francia (1635-1648)

Antecedentes

Desde 1517, la Reforma protestante había alimentado la diferencia religiosa y el malestar social, que se resolvieron con el Tratado de Augsburgo de 1555, que estableció una política de cuius regio, eius religio ("de quien rija, la religión") por la que un gobernante elegía si su territorio sería católico o luterano (la única denominación protestante reconocida en ese momento). Cuando el emperador católico del Sacro Imperio Romano Germánico Fernando II se convirtió en rey de Bohemia en 1617, provocó una revuelta en la población protestante en su mayoría, estos iniciaron la Rebelión de Bosch (y la Guerra de los Treinta Años) en mayo de 1618, tras la Segunda defensa de Praga y apoyo protestante para su elección como monarca Federico V del Palatinado (1596-1632). (Mark, 2022)

El ejército de Federico V fue derrotado en la Batalla de la Montaña Blanca en 1620 y los protestantes daneses participaron en el conflicto en 1625, un evento al que a menudo se hace referencia como la primera potencia extranjera en intervenir en la guerra, aunque en realidad, los protestantes holandeses habían estado suministrando armas y otros recursos a las fuerzas de Federico V desde 1618 y la España católica había apoyado a Fernando II. El protestante Cristián IV de Dinamarca entró en la guerra por razones religiosas y para proteger sus intereses comerciales, pero también porque el rey Gustavo II Adolfo de Suecia estaba dispuesto a entrar en la guerra como campeón protestante, un honor que Cristián IV quería para sí mismo. (Mark, 2022)

Sin embargo, Cristián IV no fue rival para el ejército imperial dirigido por el líder mercenario católico Albrecht von Wallenstein, quien acordó hacer las paces y retirar el ejército danés y a los mercenarios escoceses en 1629. Adolfo había apoyado a Cristián IV desde 1628, pero en 1630, con recursos del cardenal católico Richelieu de Francia, se lanzó al campo de batalla contra Wallenstein, Richelieu apoyó al rey protestante contra las fuerzas imperiales católicas en aras de mantener el equilibrio de poder entre Francia y las regiones vecinas controladas por la poderosa dinastía de los Habsburgo. Después de que Adolfo muriera en batalla en 1632, los suecos continuaron la lucha, apoyados por los franceses en la fase final y más sangrienta de la guerra. (Mark, 2022)

Causas

La guerra de los Treinta Años fue causada por varios factores, entre ellos:

• La percepción de un desequilibrio de poder en la región

• El resentimiento hacia la dinastía de los Habsburgo y su control del comercio

• El debilitamiento del poder del emperador del Sacro Imperio Romano Germánico

• Los intereses comerciales en la región

• Las disensiones religiosas

Sin embargo, las diferencias religiosas y la incapacidad de resolverlas pacíficamente fueron la causa y el efecto directos de las tres grandes reformas religiosas europeas:

• La Reforma de Bohemia (c. 1380-c. 1436)

• La Reforma protestante (1517-1648)

• La Contrarreforma (1545-c.1700)

La Reforma de Bohemia fue iniciada por sacerdotes y teólogos católicos que buscaban devolver a la Iglesia la simplicidad de sus primeros años y su mayor defensor fue Jan Hus (1369-1415), cuya ejecución como hereje desencadenó las guerras husitas (1419-1434). En el Concilio de Basilea de 1436, se concedió a Bohemia la libertad de culto y se permitió a la Iglesia de Bohemia celebrar servicios de acuerdo con sus propias creencias. (Mark, 2022)

En 1517, el monje y teólogo católico Martín Lutero (1483-1546) publicó sus 95 Tesis en Wittenberg, lo que dio comienzo a la Reforma protestante, impulsada por Ulrico Zuinglio (1484-1531) en Suiza y luego por Juan Calvino (1509-1564). La Iglesia católica respondió al desafío de estos reformadores con la Contrarreforma que comenzó en 1545, denunciando las enseñanzas protestantes como herejía y reafirmando la posición de la Iglesia como única autoridad espiritual. Mucho antes de 1545, la gente comenzó a identificarse fuertemente como católica o protestante y, dentro de las sectas protestantes, como adherentes a uno u otro líder, lo que creó más disensiones. (Mark, 2022)

El conflicto civil, motivado por la división religiosa, estalló en 1524 con la Revuelta de los campesinos alemanes y continuó con la Revuelta de los caballeros y la guerra de Esmalcalda, hasta que se convocó la Paz de Augsburgo de 1555 para resolver la disputa. Entre las disposiciones figuraba que el gobernante de la región eligiera la religión de su reino. Este concepto funcionaba en principio, pero era problemático si la religión del monarca difería de la de la mayoría de sus súbditos. (Mark, 2022)

Los bohemios estaban acostumbrados a practicar su fe a su manera desde 1436 y los que ya no querían ajustarse a la Iglesia bohemia ortodoxa se alinearon con Lutero (cuyas enseñanzas resonaban con las de Hus) y se les concedió su libertad de religión. Cuando Fernando II, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, se convirtió en rey de Bohemia, aunque prometió tolerancia

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