La Revolución Industrial
Danibmb28 de Junio de 2015
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HISTORIA CONTEMPORÁNEA I-GRUPO 260
La Revolución Industrial
Daniel Rodríguez Murias
La Revolución Industrial es el proceso de transformación económica, social y tecnológica que se inició en la segunda mitad del siglo XVIII en Gran Bretaña.
Índice
1- Concepto e interpretaciones……………………………………………2
2- La reforma agraria………………………………………………………3
3- La industria textil y siderúrgica………………………………………….4
4- La revolución en los transportes………………………………………….7
5- El papel del trabajo………………………………………………………...9
6- La política y el estado………………………………………………………11
7- Conclusión…………………………………………………………………….13
1. Concepto e interpretaciones
La revolución industrial es un proceso que ha tenido gran influencia en la vida de la humanidad, este suceso de revolución ocurrirá únicamente en Inglaterra, lo que se dará después serán procesos de industrialización. La revolución industrial se trata del cambio que se produjo en la producción y consumo de bienes por la utilización de movimientos, los cuales exigen la aplicación de la energía de la naturaleza. Hasta finales del siglo XX el hombre únicamente había utilizado herramientas, que dependen de la fuerza del hombre. Tienen un importante papel en la revolución los instrumentos mecánicos que son capaces de reproducir o superar los resultados obtenidos por el trabajo humano. Tal vez sea la máquina el invento que ha causado un mayor cambio en las condiciones de vida humana.
La mayoría de la población en el siglo XVIII trabajaba en el campo. Aproximadamente un 80% vivía de la agricultura. Las ciudades eran pequeñas y los artesanos producían en ellas pocos bienes industriales. El transporte era lento y caro, lo que se convertía en un condicionante del comercio. La baja productividad del trabajo hacía que la producción y el consumo por habitante fuera escasa. A la pobreza se añadía que no se lograba aumenta la riqueza por encima de la población.
Dentro del proceso de revolución industrial existen transformaciones determinadamente económicas, algunos de estos cambios son: La especialización de los mercados nacionales e internacionales, un movimiento rural hacia la urbe, la proliferación de la empresa de tipo privado, movimiento de la mano de obra de bienes primarios a la producción de bienes manufacturados y servicios junto a la aparición de nuevas clases sociales. De lo que no hay que dudar es que la producción tanto agrícola como la de la industria que estaba floreciendo se multiplicaría disminuyendo el tiempo de producción. El nivel de las masas experimentaría un crecimiento y progreso sostenido.
Y es que fueron diversos factores los que propiciaron estos cambios. La existencia de cambios en el medio geográfico, la transición demográfica, los cambios sociales y culturales, las iniciativas empresariales, las innovaciones tecnológicas y la nueva organización de las fábricas marcarán el devenir de buena parte de la humanidad. Pero particular importancia tuvo el papel de las instituciones, concretamente como expondré en el último apartado la revolución política y el papel del Estado.
2. La reforma agraria
Los cambios que apreciaremos en la agricultura inglesa a lo largo del siglo XVIII se concentran en la transformación de la estructura agraria y en los nuevos sistemas de cultivo, así como en los progresos técnicos.
En Inglaterra, los enclosures o cercamientos fueron el signo de la transformación agraria, un proceso en el cual la propiedad de la tierra y las relaciones de producción pasaron a formar parte del sistema económico capitalista. Hasta este cambio la forma mayoritaria de cultivar la tierra en Inglaterra consistía en que todos los propietarios tenían tierra común, la trabajaban entre todos y los beneficios se repartían de una forma más o menos equitativa (openfields). Se dieron numerosos inconvenientes; un propietario no podía invertir más en su tierra ya que los beneficios se repartían entre todo, no existía libertad para sembrar lo que se quisiera, había que someterse a lo que decidiera la mayoría: en esta situación la productividad era baja.
Las leyes inglesas de cercamiento se dictaron entre 1760 y 1840. Con esta ley se sustituían los campos abiertos (openfields) con un tipo de explotación fuertemente comunitario, por los campos cerrados con una explotación de tipo individualista.
A través del Acta de cercamientos de 1801 los pequeños campesinos que no pudieron cercar sus tierras, fueron expropiados o tuvieron que vender sus pequeñas parcelas. Éstas se unificaron en forma de grandes explotaciones agrícolas, acaparadas por aristócratas, comerciantes y campesinos más prósperos. Los nuevos propietarios invirtieron el dinero necesario para introducir innovaciones que el campo necesitaba y así aumentar la producción del mismo.
En lo que respecta al nuevo sistema de cultivo, se sustituye la rotación trienal por la rotación cuatrienal en la que se elimina la técnica de barbecho. El sistema más difundido en Inglaterra fue el Sistema Norfolk, caracterizado por la rotación cuatrienal de trigo, cebada, nabos y tréboles o hierba.
La introducción de tubérculos como la patata o el nabo tuvieron un efecto enriquecedor sobre el suelo, porque además de no desgastarlo lo enriquece en nitrógeno. Los progresos técnicos supusieron una mejora del utillaje agrícola, nuevos tipos de arado (arado de rueda de hierro). Se sustituye el buey por el caballo de tiro, y unos de los avances más importantes fue la sembradora mecánica de Jethro Tull, que depositaba semillas en los surcos. Se mejoró más adelante la composición química del suelo mediante el abono.
La revolución agraria va ligada con la revolución industrial. Ya que el aumento de la producción agraria pudo proporcionar alimentos a la población en continuo crecimiento de los núcleos urbanos. También los enclosures liberaron gran cantidad de mano de obra agrícola, propiciando el éxodo rural a las zonas industriales. La subida de la producción y de las rentas de los grandes propietarios agrícolas, suministro una parte importante del capital para financiar la industrialización.
3. La industria textil y siderúrgica.
Los cambios que se producen en la revolución industrial se producen en las primeras décadas en el sector textil. A comienzos del siglo XVIII la competencia en Europa ante los productos procedentes de la India era muy grande. Para competir con las muselinas se necesitaba un hilo fino y fuerte de cual los hiladores británicos no disponían. La water frame de Arkwright, que necesitaba una rueda hidráulica para ponerse en movimiento, hizo aumentar la producción de hilo. Años después inspirado en la water frame, Samuel Crompton había construido una máquina nueva inspirada en las anteriores, era conocida como mula, y producía un hilo fino y resistente. Gracias a ésta innovación, donde la producción se conseguía con el trabajo de un oficial y dos ayudantes, las exportaciones de tejidos británicos se multiplicarían por cien entre finales del siglo XVIII y principios del XIX. A partir de la renovación de la hilatura se renovaron y mecanizaron todas las etapas de producción de tejidos.
La energía que necesitaban esas máquinas fue satisfecha con el método de las ruedas hidráulicas, por ello las primeras fábricas se asentarían a lo largo de las orillas de los ríos. En 1712 Newcomen combinaría la presión de vapor con la atmosférica, para la producción de una máquina eficaz que elevara el agua mediante el vacío producido por la condensación. En 1763 James Watt, fabricante de aparatos de laboratorios que trabaja para la universidad de Glasgow, tuvo que arreglar una máquina de Newcomen. Criticaba Watt que la máquina perdía mucha energía al requerir mucho combustible para calentar y enfriar sucesivamente el cilindro en el que se iniciaba el movimiento. Por ello aprovecho su tiempo para independizar las dos etapas del proceso de forma que no hubiera pérdida de energía. Así en 1774 se construyó la primera máquina de vapor en Kinneil (Escocia), donde la innovación fue la construcción de un condensador independiente, que permanecía frío mientras el cilindro estaba caliente, este hecho puso fin al despilfarro de carbón.
La industria siderúrgica también será uno de los engranajes de este proceso de revolución industrial. La demanda del hierro estaba limitada por la dificultad de transformar el mineral. La utilización de coque por A. Darby fue un éxito a comienzos del siglo XVIII, pero este existo sería poco duradero. La fundición del hierro en un crisol a altas temperaturas permitiría la producción masiva de acero, con ella se satisfacen todas las demandas procedentes de la industria. Técnicas como la del afinado, forjado o pudelado irían mejorando el material siderúrgico a lo largo del siglo XVIII.
La calidad del hierro mejoró cuando Henry Cort puso a punto, en 1784, el método de pudelaje y laminación. El primero consistía en eliminar del hierro el carbón y el azufre, y el segundo, en laminar mediante un sistema de rodillo.
Hacia 1830 la industria siderúrgica experimenta un fuerte aumento de la demanda; la causa será la llamada era del ferrocarril. En 1825 George Stephenson
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