La Tortura

Opinión sobre la tortura

Desde mi punto de vista yo opino que la tortura cuando comenzó a realizarse o surgió la santa inquisición, todos estas personas que la realizaban veían por sus propios intereses Fue una institución judicial creada por el pontificado en la edad media, con la misión de localizar, procesar y sentenciar a las personas culpables de herejía.

Pero encierra en sí mismo siglos de intolerancia, oscurantismo, persecución, prejuicios, tortura, mentiras, intereses económicos, políticos y religiosos.

Y como lo dije solo eran intereses personales pues ellos practicaban la tortura cuando alguien cometía una injusticia como era la herejía o diversos crímenes

la actividad de aquellos tribunales se inspiraba en la necesidad de proteger la vida social, cuya tranquilidad se basaba en una fe común; y estaba movida por el ansia sincera de practicar la más alta de las caridades: la espiritual.

Y, contrario a lo que han difundido los enemigos de la Iglesia, la Inquisición fue diseñada para proteger al acusado, utilizando métodos de investigación justos y aceptables. La verdad es que fueron más las personas exoneradas que las condenadas.

Así como las autoridades de hoy en día consideran su obligación la tutela de la salud de los ciudadanos, la Iglesia católica estaba convencida de tener que responder ante Dios de la salvación eterna de sus hijos. Salvación que corría peligro a causa del más tóxico de los venenos: la herejía.

Además opino que la tortura sigue existiendo hasta ahora, solo que ahora no se menciona tanto y no es tan cruel como antes, pero para terminar opino que nadie puede torturar a alguien solo por una mala acción pues a final de cuentas si lo vemos de manera divina todos recibiremos nuestro castigo, y aunque no fuera de origen divino nos torturamos unos con otros haciendo males y a esas personas no reciben su castigo o su tortura por así decirlo,

La eutanasia

En esta sociedad actual cuando los valores se han confundido y muchas veces no sabemos qué es bueno y qué es malo, es bueno recordar la antiquísima Ley de Oro, dada a conocer por el sabio Confucio y reiterada por Jesucristo:

Confucio planteo esta ley asi: No hagas a los demás lo que no quieres para ti.

Y Jesucristo lo planteó de esta manera: Haz con los demás lo que te gustaria que hicieran contigo.

Basados en esto, antes de cualquier accion con fuertes implicaciones morales o consecuencias deberíamos preguntarnos: Si a mí me hicieran esto me dolería? me gustaría que me lo hicieran, o no?

Asi pues, si no te gusta que te maten, no mates. Si no quieres que te traicionen, no traiciones. Si quieres que te amen y te acepten como eres, ama y

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