La concepción burguesa del ocio

La concepción burguesa del ocio

Durante el tiempo del ocio, nuestra conducta parece ser más una expresión pura de la personalidad que de un actuar por necesidad u obligación.

Al considerar globalmente en los estudios e investigaciones realizados, se advierten dos grandes tendencias que, por su conexión y paralelismo con los grandes sistemas hoy en pugna pueden ser calificados respectivamente de burguesa y marxist. Cada una pase a sus más o menos diferencias internas, representa una concepción del ocio o tiempo.

Los empíricos

Cobra entidad a raíz de los grandes estudios empíricos el estudio que Charles J. Galpin (1915) realiza en una comunidad rural en la que investiga, entre otras cosas, adónde iban a divertirse sus habitantes. Se realizan investigaciones de sociólogos que aplican técnicas de su especialidad a algunas manifestaciones del ocio. Se considera pionera la obra Middletown (1929).

En la Gran Bretaña, se interesan muy pronto por el ocio, pues el survey realizado por E.J. Gilchrist (1924).

En Francia sobresale la gran labor desarrollada por Joffire Dumazedier. A su inalcanzable acción propulsora y organizadora hay que sumar las numerosas investigaciones que ha dirigido; entre ellas, una encuesta iniciada en 1950, inspirada en en el método de los Lynd, sobre el comportamiento de y los problemas del ocio entre los franceses.

Los teóricos

En los estados unidos el interés teórico por el ocio se hace patente en 1950 con la aparición del impactante libro The Lonely crowd de David Riesman. En dicha obra el autor defiende la tesis de que el hombre, dirigido primeramente por la tradición y más tarde, en el Renacimiento, por las normas y los valores de la familia estricta, ha pasado en las sociedades de consumo, de cultura y de ocio masivo a depender de la guía de los mass media y los peer groups.

En trabajos posteriores; Riesman dice percibir nuevas actitudes hacia el trabajo como fuente de desarrollo individual, lo que lleva a trasladar su esperanza del ocio a la educación.

Martha Wolffensttein revea, según dicha autora, el surgimiento de una nueva moral (la fun morality), según la cual el ocio no solo deja de ser algo reprobado sino que pasa a ser obligatorio.

El ocio es una manera de renovarse, de desarrollarse y conocerse, de realizarse a sí mismo, así como un modo de vida más o menos organizado en conductas de rol y que es influido e influye sobre los diversos aspectos institucionales del sistema social y que, cada vez más, tiene un fin en sí mismo y una vida propia.

Se ha dicho que la sicología del ocio surge en Francia con Georges Friedmann, lo cual es cierto al menos en cuanto a la corriente teórica. Sin embargo, aunque sus primeras reflexiones sobre los problemas del ocio datan de 1935, es a partir de 1950 y sobre todo de 1956 año en que publica Le travial en miettes que dicho autor desarrolla sus ideas.

Los críticos

La corriente crítica burguesa cuenta con un importante antecedente. Tal es en efecto, la obra a la par clásica y actual del estadounidense Thorstein Veblen comprendido sobre el que más adelante llamare tipo caballeresco del ocio, aplicado específicamente a la sociedad estadounidense decimonónica.

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