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La cultura del valle del Indo

asdd1Trabajo29 de Marzo de 2014

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RECURSOS ECONÓMICOS

Además de por su extraordinaria planificación urbana, la Cultura del Indo se caracterizó por el desarrollo de la agricultura y la ganadería, el nacimiento de pequeñas industrias y, sobre todo, el comercio.

La fertilidad del valle constituyó un magnífico escenario para el desarrollo de la agricultura. Los principales cultivos alimenticios eran el trigo y la cebada, que se sembraban en primavera, cuando las aguas de la inundación retrocedían y crecían con un mínimo esfuerzo. También cultivaban legumbres, dátiles, melones y sésamo. En algunos lugares también se cultivó arroz, pero éste no constituyó base de su alimentación hasta que los asentamientos se extendieron hasta el río Ganges medio y bajo, después del año 1500 a.C.

En cuanto a la ganadería, los hombres de la civilización del Indo conocían una amplia gama de animales domésticos, entre otros, el asno, el buey, el ganado con joroba de la India, el búfalo de río, el elefante, sin embargo desconocían el caballo. Aprovechaban la fuerza de estos animales tanto en el arado como en el transporte de materias primas y bienes destinados al consumo.

La elaboración de objetos manufacturados sí que supone un hito en la cultura del valle del Indo. En primer lugar hay que destacar la fabricación de ladrillos cocidos, base de todas sus construcciones, y que elaboraban de un tamaño estándar, 24 x 14 x 7 cm. La cerámica es otro de los materiales fundamentales y que elaboraron con una gran calidad y rasgos locales propios e inconfundibles.

Además adornaban sus cuerpos con ricos ornamentos de plata y oro, que engrandecían con detalles en marfil y piedras preciosas. Conocían el estaño, el plomo y el cobre que utilizaban para fabricar armas, instrumentos y utensilios. Para fines domésticos hacían vasijas de barro de diversas formas. Hilaban la lana y el algodón. Un fragmento de algodón tejido proveniente de Mohenjo-Daro es la prueba más antigua del uso de los textiles en el mundo.

Esta combinación de agricultura, ganadería, metalurgia y alfarería proporcionó una indiscutible prosperidad a los habitantes del valle del Indo que les abrió la necesidad de comerciar con otros pueblos basándose en el trueque, como indica su sistema de pesas y medidas descubierto a partir de los hallazgos de varios juegos de pesos compuestos de cubos de piedra de diferentes tamaños proporcionales según una escala decimal.

Las causas que dan lugar a un comercio exterior fueron dos: buscar materiales que no se encontraban en el propio territorio y objetos de lujo para la élite, que era quien realmente controlaba este comercio.

El área que participaba del comercio exterior con la zona del valle del Indo era la de la península arábiga, sobre todo sus zonas costeras, Mesopotamia y el actual Irán. Documentos sumerios y acadios que registraban el comercio de oro, ébano y cornalina, identificaban éstas como procedentes de esta región. Las evidencias más claras de este contacto externo son el descubrimiento de artefactos típicamente harappienses en Omán como la cerámica o sellos de bronce.

Los mayoría de los productos con los que se comerciaba eran de lujo como oro, plata, piedras semipreciosas (lapislázuli y turquesa), metales (plomo y estaño), sellos, joyería y varias formas de objetos de arte que representaban animales exóticos. Pero también comerciaban con productos alimenticios, como el pescado salado o ahumado de Baluchistán, ropa y diversos productos manufacturados.

La cerámica del valle del Indo también circuló por toda esta zona del Asia meridional; Piezas en forma de copas, vajilla común, etc. se han encontrado en gran cantidad en Saar (actual Bahrein). Análogamente se han encontrado jarras en Mohenjo-Daro y otras localidades del valle idénticas a las localizadas en diferentes puntos del golfo pérsico y que posiblemente sirvieran para transportar

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