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Civilización del Valle del Indo


Enviado por   •  26 de Abril de 2016  •  Documentos de Investigación  •  2.193 Palabras (9 Páginas)  •  317 Visitas

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Civilización del Valle del Indo

     Durante la década de 1920 fue redescubierta la “Civilización del Valle del Indo” o “Harappa” el predecesor más antiguo de la India, por arqueólogos británicos. Por medio de las investigaciones se asume que la civilización del Valle del Indo se desarrolló paralelamente a las  culturas de la Edad del bronce del Egipto antiguo, de Mesopotamia y de Creta como uno de los asentamientos  cercanos a los caudalosos ríos en Asia (National Geographic, 2012). Se sabe que fue una civilización que se desarrolló en el noroeste del subcontinente indio en los actuales estados de India y Pakistán. Esto es, a lo largo del valle del Indo, en una tierra fértil regada por el río Indo y sus afluentes.

     La civilización del valle del Indo (2500-1700 a.C.) es la primera conocida del sur de Asia y formó parte del auge urbano del tercer milenio que se dio en este continente[1]. A pesar de que existía y utilizaban una forma de escritura, hasta el momento no existe una literatura que pueda hablarnos de la historia o las creencias de este pueblo[2]. El conocimiento que se tiene proviene del estudio de los hallazgos arqueológicos. Por medio de ellos sabemos que comprendía varios asentamientos, supuestamente pobladas por dravidianos. Harappa y Mohenjo-Daro fueron sus dos ciudades principales.

    La civilización del valle del indo era especialmente urbana y mercantil. En Historia del Arte encontramos que hay evidencia del intercambio comercial entre Mesopotamia sumeria y las ciudades del valle del Indo[3]. No parece haber tenido una clase dominante de sacerdotes o guerreros, según John Fleming. La unidad cultural de esta civilización se refleja en la similitud de los objetos e instrumentos encontrados, y la estandarización de las medidas de peso y longitud. Esta unidad superó las grandes distancias y periodos de tiempo[4]. Contaban con armas e instrumentos de labranza rudimentarios. Del Valle del Indo se deriva el vehículo de rueda (c.2500 a.C.) que por esos mismos años aparece en las estepas del Asia Central (García Borrajero, 2010).

   Una particularidad de esta civilización es que no se dedicó a construir grandes templos ni tumbas reales, palacios o monumentos, contrario a Sumer, a la civilización a la cual es comparada frecuentemente en varios textos[5]. El texto Las grandes ciudades del Indo,  nos brinda una descripción de Mohenjo-Daro como ejemplo de otras ciudades de su clase[6]. Mohenjo-Daro: situada originalmente en la orilla occidental del río, contaba con plataformas para controlar las inundaciones. Se percibe un trazado urbano que denota una planificación. Unas tres calles  paralelas la cruzan de norte a sur y dos de este a oeste formando barrios. Se encuentran dentro de éstos, calles principales que se cruzaban en ángulo recto formando manzanas.

      Mohenjo-Daro contaba con una ciudadela, en su parte occidental. Al parecer los edificios públicos de la ciudadela solo se diferenciaban en el tamaño. Entre los edificios públicos se encuentran un gigantesco granero, un edificio, que probablemente era la sede de un colegio sacerdotal, una especie de sala de reuniones (su techo estaba sostenido por muchas columnas) y baños. Uno de los baños, grande y preparado de manera que recibiese el agua pura, parece haber tenido una función religiosa[7]. La ciudadela estaba erguida  sobre una plataforma artificial de ladrillo y rodeada por fortificaciones de inmensa solidez. En la ciudad baja se encontraban las casas, talleres y tiendas los cuales tenían, más o menos, el mismo tamaño. Las escaleras aun presentes en estas construcciones son prueba de la existencia de pisos superiores de madera.  Puesto que contaban con retretes, pozos privados de los cuales obtener agua, hogares para hacer fuego y algunas hasta salas de baño la autora del texto Las grandes ciudades del Indo, Román López, se refiere a ellas como “grandes y bien equipadas”. Por medio de tuberías de barro se movían desde el patio, el piso superior y el tejado al exterior, las aguas residuales. Las construcciones en Mohenjo-Daro eran en adobes y ladrillos cocidos a fuego. En las calles había desagües cubiertos con ladrillos, y con sumideros para llevar a cabo inspecciones (Román López, 1997). Diversos servicios públicos se proporcionaban de forma sistemática. Todo esto da testimonio del avance de la cultura del valle del indo como civilización. Poco queda de elementos decorativos.

Un rastro importante de las civilizaciones son sus obras artísticas. Las diferentes representaciones pueden iluminarnos en cuanto a la cultura que les dio vida. En la discusión del arte de esta cultura me dejo llevar por Historia Mundial del Arte. Siguiendo la línea de no construir grandes templos, ni monumentos, no hay indicios de un arte público de gran tamaño. Sino más bien quedaron obras pequeñas que más bien parecen  para uso personal. Quedan bastantes terracotas con figuras rudimentarias de hombres y figuras de mujeres con marcados órganos sexuales que parecen objetos de culto. Existen también muchas con imágenes de animales. Dentro de estas figuras se puede apreciar el simbolismo envuelto con la visión de la vida en aquel entonces para esta civilización. Muestra una cultura íntimamente entrelazada con la naturaleza. También se cuentan numerosas maquetas, como por ejemplo los carros de rueda tirados por bueyes, que se ha pensado quizá funcionase como un juguete. Están también los sellos de esteatita[8] suavemente cocidos en horno de alfarero para darle brillo. Muestran figuras de hombres, bestias fabulosas, y animales reales sobre caras planas rectangulares[9].

Por otra parte están las tallas circulares de piedra. Estas son extremadamente pequeñas, son cabezas masculinas, medias figuras con extraños ojos asiáticos rasgados, gruesos labios planos y barbas de flecos. 

Un ejemplar interesante y destacado del arte de esta civilización es el busto de un hombre encontrado en Mohenjo-Daro. Está hecho de piedra caliza blanquecina, recubierta de pasta roja. La colocación del ropaje sobre el hombro izquierdo característica,  se cree es representación de sacerdote o hechicero. El vestido cuenta con un patrón de dibujo del en forma de trébol. Se destaca en esta figura la disposición del cabello y barba, el labio superior afeitado y gran suavidad, como una máscara de la talla. Nótese el gran detalle pese a sus 18 cm de alto. Finalmente, se mencionan dos torsos tallados en piedra caliza  de Harappa), los cuales están uno en postura de danza y el otro recto y de pie. Carecen de piernas, brazos y cabeza y cuentan con sólo 10 cm de alto. Captan el ritmo de una danza (quizá de rito)[10].

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